Santiago DEL VALLE GARCÍA

Santiago del Valle terminó con la vida de la niña Mari Luz Cortés, de 5 años, en Huelva, el 13 de enero de 2008.

El asesino reconoció ante la juez que le gustaban las niñas de siete u ocho años y que sabía que eso no estaba bien.

Del Valle aseguró que sentía inclinación hacia las niñas desde que una hija suya de 25 meses murió atropellada por un camión y desde que la Junta de Andalucía le quitó a otros dos hijos, a raíz de ser condenado por abusar de su hija de cinco años. A pesar de la condena, el pederasta no entró en la cárcel debido a una negligencia judicial.

Santiago del Valle con su esposa, Isabel García.

Santiago del Valle fue detenido por el asesinato de Mari Luz Cortés en la localidad de Pajaroncillo (Cuenca), el 25 de marzo de 2008.

El historial delictivo de Del Valle evidencia que sentía especial atracción por las niñas de corta edad. Cinco años tenía su hermana cuando empezó a abusar de ella. Los mismos que Mari Luz. Y los mismos que su hija en 1998, cuando la obligó por primera vez a masturbarle.

En 1992, Santiago del Valle consiguió cobrar una indemnización de 20 millones de pesetas por el atropello en extrañas circunstancias de su primera hija, Nuria Noelia del Valle García, de dos años.

En 1999 falsificó un informe médico con el que acusó a un profesor de abusar sexualmente de su segunda hija. Le reclamó 60.000 euros, pero se descubrió el engaño y los cargos de abusos se volvieron en su contra.

Santiago del Valle eludió la cárcel durante seis años y, con varias condenas a sus espaldas, siguió acosando a menores, recorrió varias ciudades españolas, se matriculó en cursos para adultos, exigió una vivienda ante las cámaras y, tras su regreso a Huelva, terminó con la vida de Mari Luz Cortés.

Según fuentes judiciales, la tarde del 13 de enero de 2008, Del Valle actuó con una rapidez y discreción insólitas. El pederasta de 43 años asesinó a Mari Luz sin dejar huellas en su casa ni marcas en el cuerpo de la niña, y se deshizo del cadáver en el intervalo de una hora, o menos.

La reconstrucción de los hechos hizo sospechar que el asesino disponía de un plan previamente concebido para deshacerse del cuerpo de un menor y no dejar rastro.

Santiago del Valle atrajo hasta su casa a Mari Luz Cortés tirándole desde la ventana un osito de peluche. Ya en el portal, el pederasta le efectuó «diversos tocamientos» y, como la niña se resistió, hubo un forcejeo y ésta quedó inconsciente. Después, arrojó su cuerpo en una zona de marismas.

Santiago del Valle durante el juicio por el asesinato de Mari Luz Cortés en la Audiencia Provincial de Huelva (2011).

El asesino de Mari Luz Cortés declara en el juicio.

Los jueces consideraron a Santiago del Valle autor de un delito de asesinato y otro de abusos sexuales con el agravante de reincidencia, por los que le impusieron una condena de 22 años de cárcel (19 por el primer delito y tres por el segundo).

El caso evidenció las carencias del sistema judicial y desembocó en un enfrentamiento entre el poder judicial y el Gobierno, que supuso la primera huelga de jueces de la democracia.