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Robert George Clements
- Clasificación: Asesino
- Características: Envenenador - «Barbazul»
- Númeero de víctimas: 1 - 4
- Fecha del crimen: 1920 - 1947
- Lugar: Lancashire, Inglaterra, Gran Bretaña
- Estado: Se suicida antes de ser detenido (1947)
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Leone Bouvier
- Clasificación: Asesina
- Características: Despecho
- Númeero de víctimas: 1
- Fecha del crimen: 27 de febrero de 1953
- Lugar: Nantes, Francia
- Estado: Condenada a cadena perpetua el 10 de diciembre de 1953
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El asesinato de Olof Palme
- Clasificación: Crimen sin resolver
- Númeero de víctimas: 1
- Fecha del crimen: 28 de febrero de 1986
- Lugar: Estocolmo, Suecia
El juicio de Raymond Fernández y Martha Beck (I)

Martha Beck sube las escaleras del juzgado en Mineola, en Nueva York. Los asesinos de los Corazones Solitarios se declararon «no culpables» e intentaron convencer al tribunal de que ambos padecían una enfermedad mental.

Martha Beck entra en la cárcel del Condado del Bronx, en Nueva York.

Martha Beck, la asesina de los Corazones Solitarios.

Martha Beck en el juzgado de Michigan en 1949 después de su comparecencia por el caso de los Corazones Solitarios (Fotografía de Bettmann / Corbis).

Martha Beck en compañía del fiscal Roger McMahon (Fotografía de Bettmann / Corbis).

Martha Beck en compañía de su abogado Herbert Rosenberg.

El abogado Herbert Rosenberg (centro) conversa con Raymond Fernández y Martha Beck en el juzgado del Condado del Bronx, Nueva York.

Raymond Fernández (izquierda), el abogado Herbert Rosenberg y Martha Beck en el juzgado.

Raymond Fernández (izquierda), el abogado Herbert Rosenberg y Martha Beck se dan la mano en el juzgado. La defensa fue poco convincente. El abogado sostenía que Martha estaba loca y que Fernández no sabía que ella fuera a matar a una de las víctimas, la señora Janet Fay. Pero más tarde, la defensa de Fernández decidió cambiar su planteamiento, y se declaró «no culpable» por incapacidad mental. Como prueba de ello se hizo un amplio relato de la anormal conducta sexual de ambos, pero no sirvió de nada.

Raymond Fernández (izquierda), el abogado Herbert Rosenberg y Martha Beck se dan la mano en el juzgado.

Martha Beck, con un vestido de lunares de seda gris y luciendo un nuevo peinado, abandona el juzgado de Bronx después de ser condenada a la pena de muerte.