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David Avendaño Ballina
- Clasificación: Asesino en serie
- Características: Líder de "las Goteras", una banda de prostitutas que envenenaban a sus clientes para robarles
- Númeero de víctimas: 25 - 70 +
- Fecha del crimen: 1997 - 2007
- Lugar: México, D. F., México
- Estado: Condenado a 13 años y 4 meses de prisión el 17 de octubre de 2011
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Mary Frances Creighton
- Clasificación: Asesina
- Características: Envenenadora
- Númeero de víctimas: 1 - 3
- Fecha del crimen: 1923 / 1935
- Lugar: Varios lugares, Estados Unidos (Nueva Jersey), Estados Unidos (Nueva York)
- Estado: Ejecutada en la silla eléctrica el 19 de julio de 1936
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Francisca Rojas de Caraballo
- Clasificación: Asesina
- Características: Parricida - Ofuscada porque su marido la había echado de su lado y le iba a quitar a sus hijos
- Númeero de víctimas: 2
- Fecha del crimen: 30 de junio de 1892
- Lugar: Necochea, Argentina
- Estado: Condenada a la pena de penitenciaría por tiempo indeterminado el 20 de septiembre de 1894

Jean-Baptiste Troppmann, nacido en Alsacia en 1849, provenía de una familia humilde; su padre era un mecánico y, a pesar de su facilidad para inventar artilugios, nunca pudo salir de la pobreza, lo que forjó la personalidad de Jean-Baptiste y le convirtió en un ser amargado.

El padre de Jean-Baptiste lo le maltrataba frecuentemente, mientras que su madre lo sobreprotegía y mimaba. Jean-Baptiste generó en su interior un profundo desprecio por sus hermanos y hermanas y se convirtió en un mentiroso patológico.

El carácter malhumorado de Jean-Baptiste Troppmann le hacía antipático para sus compañeros de clase, lo que lo convirtió en blanco bromas y ataques, pero Jean-Baptiste se sometió a un severo entrenamiento físico, que le permitió alcanzar una fuerza prodigiosa. Además, en las disputas mostraba un furor propio de un perro rabioso y sus compañeros, escarmentados, le dejaron tranquilo.

A los 14 años Jean-Baptiste comenzó a trabajar en el taller de su padre, donde fue también al principio víctima de las burlas y mofas, en especial las de su hermano Edward, pero las bromas terminaron cuando un día Jean-Baptiste le aplastó la cara con un martillo sin previo aviso.

Jean-Baptiste Troppmann comenzó a estudiar química en secreto y, aunque no había razón alguna para ocultar este hecho, no se lo comunicó ni a su familia. Empezó a investigar sobre toxicología, y llegó a crear un compuesto que, según afirmaba, era un veneno imposible de detectar.

Retrato de Jean-Baptiste Troppmann según un grabado publicado en una edición francesa acerca de su biografía. En diciembre de 1868, su padre vendió algunas máquinas a una fábrica de París y envió a Jean-Baptiste para que ayudase a instalarlas. Algunos testigos afirman que fue entonces cuando comenzó a obsesionarle la idea de hacerse rico.

Jean-Baptiste Troppmann en un grabado que muestra los momentos previos a su ejecución. Troppman era un ávido lector de novelas por entregas y de biografías de famosos criminales; para muchos, este hábito casi compulsivo constituía una de sus principales motivaciones: emular a esos criminales, para él heróicos, y obtener fama y riqueza.
Jean-Baptiste Troppmann: el asesinato de la familia Kink

La casa de la familia Kinck. En abril de 1969, Jean-Baptiste se trasladó a Roubaix encargado de un trabajo similar al que hizo en París en diciembre. Allí conoció a Jean Kinck, también alsaciano y su futura víctima. Kinck era un afortunado hombre de negocios que disfrutaba jactándose de su dinero; Troppmann le propuso llevar a cabo juntos algunos asuntos, planeando huir a América con el dinero de su socio, pero este finalmente declinó la «colaboración».

El asesinato de Jean Kinck. Después del fracaso del primer intento fallido de estafa, Jean-Baptiste concibió otro plan: le contó a Kinck que había descubierto en las montañas del alto Rin varias minas de metales preciosos (durante el proceso afirmó que la propuesta era usar una antigua imprenta para falsificar billetes, pero seguramente era una invención para desacreditar a su víctima y aminorar su delito). Jean Kinck cayó en la trampa y salió para Bollwiller (Alsacia), donde Troppmann le envenenó, mezclando ácido prúsico en el vino, y enterró su cadáver bajo un montón de piedras en un foso situado entre Guebwiller y Bollwiller.

El asesinato de la familia Kinck. Después de matar al cabeza de familia, Jean-Baptiste convenció a la señora Kinck para entregarle una cantidad económica para un negocio. Esta envió a su hijo, Gustave, a París, donde Troppmann lo apuñaló a las afueras de la ciudad, enterrándolo en el parque de Pantin. Poco después, la señora Kinck, a punto de dar a luz, llegó a París con sus otros cinco hijos. Jean-Baptiste los llevó al parque de Pantin, donde supuestamente aguardaba su esposo. Ahí, Troppmann asesinó a la mujer embarazada y sus cinco hijos, cerca del lugar en el que se encontraba el cadáver de su hijo mayor, Gustave.