Henry Judd Gray

Índice

1 El juicio de Henry Judd Gray y Ruth Snyder
2 Henry Judd Gray y Ruth Snyder: la investigación policial

El juicio de Henry Judd Gray y Ruth Snyder

La muchedumbre se agolpa a las puertas del juzgado para seguir de cerca el caso de Henry Judd Gray y Ruth Snyder.

Henry Judd Gray y Ruth Snyder: el juicio.

El asesinato de Albert Snyder despertó una gran curiosidad entre los ciudadanos neoyorquinos.

El jurado se ausentó a las 5,20 de la tarde y regresó a las 7,00. Solicitado su veredicto, el portavoz respondió: «El jurado considera a los acusados, señora Ruth Snyder y señor Henry Judd Gray, culpables de asesinato en primer grado». A esto siguió la solicitud de que la sentencia fuera aplazada, por lo que se les convocó de nuevo para el 13 de mayo. A las diez de la mañana de ese día, tras desestimar una serie de solicitudes por parte de la defensa para que el veredicto fuera anulado, la sentencia se hizo firme. Ambos serían ejecutados en la silla eléctrica.

Henry Judd Gray y Ruth Snyder: Tom Howard se equipa con una cámara especial para la ejecución de Snyder. El fotógrafo pretende inmortalizar el momento.

Tom Howard se equipa con una cámara especial para la ejecución de Snyder. El fotógrafo pretende inmortalizar el momento.

Henry Judd Gray y Ruth Snyder: El principal problema consistía en introducir la cámara en la prisión de Sing Sing. Al principio, pensaron en atarla al pecho del fotógrafo, pero tras varios intentos tuvieron que descartar el plan, pues descubrieron que los latidos del corazón empujaban la cámara hacia fuera. Por fin, la colocaron en el tobillo de Howard con una tobillera de aluminio que fijaron a la cámara con tornillos; luego se la sujetaron con una hebilla y unas trabillas. Un cable recorría la pernera del pantalón del fotógrafo hasta el bolsillo izquierdo, desde el cual se activaba el disparador con un conmutador.

El principal problema consistía en introducir la cámara en la prisión de Sing Sing. Al principio, pensaron en atarla al pecho del fotógrafo, pero tras varios intentos tuvieron que descartar el plan, pues descubrieron que los latidos del corazón empujaban la cámara hacia fuera. Por fin, la colocaron en el tobillo de Howard con una tobillera de aluminio que fijaron a la cámara con tornillos; luego se la sujetaron con una hebilla y unas trabillas. Un cable recorría la pernera del pantalón del fotógrafo hasta el bolsillo izquierdo, desde el cual se activaba el disparador con un conmutador.