
- Clasificación: Asesino
- Características: Violador
- Número de víctimas: 1 +
- Fecha del crimen: 22 de diciembre de 1921
- Fecha de detención: 29 de abril de 1922
- Fecha de nacimiento: 1885
- Perfil de la víctima: Irene Wilkins
- Método del crimen: Golpes de martillo
- Lugar: Londres. Inglaterra, Gran Bretaña
- Estado: Ejecutado en la horca el 19 de agosto de 1922
Thomas Allaway
Colin Wilson y Patricia Pitman – Enciclopedia del crimen
El 22 de diciembre de 1921, Irene Wilkins, cocinera de Streatham, soltera, pedía, por medio de un anuncio en el Morning Post, un empleo en una escuela. Unas horas más tarde recibía un telegrama salpicado de faltas de ortografía en que se le decía que debía acudir inmediatamente a Bournemouth, donde la recogería un coche. Un tal Mr. Frank Humphris, que viajaba en el mismo tren, vio entrar a Miss Wilkins en un coche gris verdoso conducido por un chófer.
A la mañana siguiente fue encontrado su cuerpo en las cercanías de Ilford Lane, pocos kilómetros al este de Boscombe. Aunque sus ropas estaban en desorden, la violación no se había consumado. Causa de la muerte: shock y varias heridas en la cabeza producidas por un martillo o un instrumento semejante. Cerca del lugar del crimen se encontró la huella de un neumático Dunlop-Magnum.
Entre los interrogados por la policía se encontraba Henry Allaway, chófer al servicio de Mr. Sutton, que parecía tener una coartada perfecta. Aunque tres de los neumáticos del coche de Mr. Sutton eran Dunlop-Magnum, el cuarto -el de la rueda posterior izquierda- resultó ser Michelin.
Las investigaciones llevadas a cabo en las oficinas de telégrafos cercanas descubrieron que en el espacio de pocos días habían sido enviados tres telegramas en respuesta a anuncios de jóvenes en busca de trabajo. Dos empleados recordaron que habían sido cursados por un chófer.
El 4 de enero de 1922, Mr. Humphris volvió a ver el coche gris verdoso y tomó el número de la matrícula, enviándolo a la policía. Debido a una ineficiencia inexplicable, esta no hizo ninguna investigación.
Un mes más tarde, un empleado de la oficina de correos de Boscombe reconoció a Allaway como el hombre que había cursado uno de los telegramas y tomó asimismo el número de la matrícula del coche. Aunque parezca imposible, la policía tampoco dio importancia a este hecho. Pocos días después Allaway fue seguido hasta su casa por el mismo empleado que le había reconocido; a pesar de todo, no se llevó a cabo la detención.
El 20 de abril, Allaway desapareció con el talonario de cheques de mister Sutton y comenzó a falsificar su firma. Fue arrestado en Reading el 29 de abril. Por fin, la policía empezó a sospechar. La caligrafía de Allaway resultó ser la misma que figuraba en los impresos de los tres telegramas.
Al día siguiente del crimen Allaway condujo a la señora Sutton a casa de su hermana, donde aquella iba a tomar el té, y tuvo que esperar durante hora y media; la cartera de Irene Wilkins fue encontrada más tarde en un lugar próximo a la casa.
Allaway fue identificado como el hombre que cursó el telegrama, por Mr. Humphris y por un guardavías que recordaba haberle visto la noche del crimen esperando la llegada del tren.
Se descubrió también que aunque había recibido autorización para comprar cuatro neumáticos nuevos para el coche poco antes del asesinato había sustituido uno de ellos por un Michelin muy gastado.
Fue juzgado en Winchester en julio de 1922, por un tribunal presidido por Mr. Avory, actuando como fiscal Mr. Thomas Inskip.
La defensa intentó, sin éxito, probar una coartada. Allaway fue sentenciado a muerte después de deliberar el jurado durante una hora. El motivo del crimen fue, evidentemente, la violación que no fue consumada.