
- Clasificación: Asesino
- Características: Parricida - Enterró el cadáver de su mujer debajo de la cama de matrimonio
- Número de víctimas: 1
- Fecha del crimen: 1 de marzo de 1998
- Fecha de detención: 22 de marzo de 2005
- Fecha de nacimiento: 1963
- Perfil de la víctima: Su esposa, María Angela De Luca
- Método del crimen: Estrangulación
- Lugar: González Catán, Argentina
- Estado: Condenado a cadena perpetua el 26 de noviembre de 2007
Índice
Mario Frieiro – Perpetua para un hombre por un crimen macabro y espeluznante
Clarin.com
27 de noviembre de 2007
Así lo consideraron los jueces del tribunal que ayer condenó a Mario Frieiro. El crimen fue en 1998. Pero se descubrió siete años después, cuando un hijo lo denunció. Esos años, el chico vivió amenazado por su padre.
Un crimen macabro y espeluznante. Con esos calificativos contundentes de los jueces, Mario Frieiro (quien hace nueve años estranguló y luego enterró a su esposa, María Angela De Luca, debajo de la cama) fue condenado ayer a prisión perpetua. Los jueces dijeron que fue un «homicidio calificado por el vínculo».
El asesinato ocurrió en 1998 en Gonzalez Catán, pero el caso se descubrió siete años más tarde cuando el hijo menor del matrimonio se quebró y le contó a la Justicia que su papá lo había tenido amenazado todo ese tiempo con mandarlo a un instituto de menores si lo delataba. «Papá mató a mamá y la enterró debajo de la cama», reiteró durante el juicio.
Ayer, si bien el Tribunal Oral Criminal 4 de La Matanza (que integran Franco Fiumara, Jorge Multedo y Gerardo Gayol), reconoció que De Luca le era infiel a su marido y lo agredió con una sartén con aceite caliente, rechazó el planteo de la defensa de considerar una emoción violenta. «La agresora que solía ser, es hoy la víctima» explicaron los jueces. Y agregaron: «nada justifica la muerte de un ser humano».
Además de calificar al crimen como «espeluznante», Fiumara subrayó que «el relato del acusado fue de una frialdad y certeza increíble y linda con lo macabro y morboso». Además «si amaba a De Luca, como dijo en la audiencia, no se entiende como estuvo viviendo siete años sobre el cadáver del amor de su vida».
Frieiro había admitido ante el tribunal que su relación con De Luca estaba cortada pues la mujer tenía un amante. Contó que un día fue atacado con aceite hirviendo por ella y por eso consideró que actuó en defensa propia. El argumento no le alcanzó para que el episodio sea considerado como un atenuante.
Es más, Fiumara dijo a Clarín que el único atenuante que se podría considerar era que «es un hombre trabajador y no hizo abandono de sus hijos después de la muerte de su mamá».
Durante el debate, el hombre dijo que tenía «una laguna» en su memoria. «No me acuerdo si le pegué un tiro, la apuñalé o si la agarré del cuello. Veníamos de una situación mala porque ella se había ido con el fotógrafo».
Dijo que el día del crimen, «ella empezó a revolear todo» cuando él le preguntó donde había estado. Allí ella le tiró con la sartén y lo quemó. «Después de la pelea me fui y cuando volví vi a mi mujer en el suelo. Quise reanimarla pero después de tres o cuatro horas noté que estaba dura, muerta, blanca como un papel».
«Actué con locura y la sepulté en una habitación. No hubo un día que no piense en eso, que no me arrepienta», dijo intentando convencer al tribunal.
Al escuchar el fallo en la sala, Frieiro no hizo demasiados gestos. Apenas le habló al oído a su abogado Miguel Racanelli. Tras la lectura conversó con su nueva esposa desde hace siete años que estaba sentada en la primera fila y llevaba una remera con la frase «Mario estamos con vos». La frase se repetía en un pasacalle que se colocó en la misma puerta del tribunal en Entre Ríos y Catamarca, un rato antes de escucharse la sentencia.
La salida del tribunal, en cambio, fue bastante tumultuosa. Las hermanas, amigas y familiares de María Angela le gritaban «asesino, asesino». Grupos de mujeres además reclamaban con carteles: «Para que ninguna otra mujer muera asesinada. Justicia».
Al reclamo se sumó el abogado querellante, José Ferrari: «El tribunal impartió un veredicto con el cual estamos totalmente de acuerdo los familiares. El fallo además va a marcar una postura ya que hay un antes y un después respecto a la violencia familiar».
El abogado del acusado, Miguel Angel Racanelli, anticipó que hará otra presentación por emoción violenta por el hostigamiento y la infidelidad de la esposa. Y adelantó que pedirá para Frieiro algún beneficio con el tiempo por buena conducta, ya que se lo permite la pena de prisión perpetua que no es lo mismo que reclusión. Así Racanelli calculó que su defendido estaría en condiciones de obtener una excarcelación dentro de 12 años.
Una vez conocida la sentencia y al salir del tribunal, Frieiro sonrió y hasta gritó del camión «no se olviden de los cigarrillos». Y volvió a la cárcel de Olmos donde está detenido desde 2005.
Prisión perpetua para el hombre que mató y enterró a su mujer debajo de la cama
Enlamiranoticias.com.ar
27 de noviembre de 2007
El Tribunal calificó el crimen de «macabro» y «espeluznante». El hecho ocurrió en 1998 en la localidad bonaerense de González Catán, lo que recién se descubrió cuando el hijo lo delató siete años más tarde.
Mario Frieiro fue condenado este domingo a prisión perpetua por haber asesinado y enterrado debajo de la cama a su esposa en 1998 en la localidad bonaerense de González Catán, en un hecho que se descubrió siete años más tarde cuando su hijo menor se quebró y lo delató ante la justicia.
El Tribunal Oral en lo Criminal 4 de La Matanza dio por acreditado que Frieiro estranguló a su esposa María Angela De Luca, consideró agravante que luego la sepultó en la habitación, debajo de la cama matrimonial y lo condenó por unanimidad por «homicidio calificado por el vínculo».
Al salir de los tribunales de Entre Ríos y Catamarca de San Justo, Frieiro se mostró sonriente y levantó el pulgar para saludar a su actual mujer, mientras era insultado por familiares de la víctima y un grupo de mujeres de una asociación contra la violencia familiar.
Los jueces Franco Fiumara, Jorge Multedo y Gerardo Gayol calificaron el hecho como «macabro» y «espeluznante» y si bien reconocieron que la víctima María Angela De Luca era infiel y solía agredir a Frieiro, rechazaron el planteo de la defensa de atenuarle la pena por emoción violenta.
«La agresora que solía ser hoy es la víctima, pero nada justifica la muerte de un ser humano», dijo el juez Fiumara al argumentar la sentencia.
La clave para la condena fue el testimonio durante el juicio de Pablo Frieiro, el hijo menor de la pareja, hoy de 18 años, que presenció el crimen cuando tenía 7 u 8 años y delató a su padre en 2005 cuando tenía 16.
Los jueces le dedicaron un párrafo aparte al joven a quien consideraron como «la víctima más inocente» de todo el drama familiar, no sólo porque fue testigo del crimen, sino por los años que lo calló y el daño psicológico que esto le produjo, algo que también fue considerado como agravante para la pena a Frieiro.
Si bien habían solicitado en sus alegatos la pena de reclusión perpetua -más severa que la prisión perpetua porque el imputado no goza de beneficios-, tanto el fiscal Ariel Panzoni, como el abogado querellante, José Luis Ferrari, se mostraron conformes con el fallo.
Por su parte, el abogado defensor del condenado, Miguel Racanelli, anticipó que apelará el fallo ante la Cámara de Casación «porque hay elementos para atenuar la pena».
El TOC 4 de La Matanza consideró que el crimen fue cometido entre el 28 de febrero y el 1 de marzo de 1998.
Basándose en el testimonio del hijo Pablo, los jueces determinaron que el día del hecho Frieiro y De Luca comenzaron a discutir porque la mujer iba y venía de su hogar porque estaba en pareja con un vecino, el fotógrafo Ricardo Carricaberry, quien por orden de los jueces será investigado por falso testimonio por no admitir la relación.
Los jueces dieron por acreditado que «la madre pasó a lo físico» y le arrojó a Frieiro una sartén con aceite caliente por la cabeza que además le provocó quemaduras, lo que motivó que el imputado tomara a De Luca por el cuello con sus manos y con un pañuelo de color rojo hasta estrangularla.
El tribunal recordó que Pablo contó en el debate que De Luca frecuentemente los golpeaba salvajemente a los tres -por su padre, su hermano mayor y él-, y que en una ocasión el chico tuvo que «pegarle con un palo de escoba» a su madre para que dejara de lastimar a su hermano Mario.
Respecto al hecho de haber enterrado a De Luca debajo de la cama, los jueces lo consideraron un acto «lindante con lo macabro y morboso» y remarcaron que al confesarlo por primera vez en el juicio, Frieiro «jamás demostró arrepentimiento en el frío relato».
Además, indicaron que pese a que Frieiro dijo en la audiencia que amaba a De Luca no entienden como estuvo viviendo siete años «sobre el cadáver del amor de su vida».
El día de la confesión, Frieiro dijo: «Me tiró con la sartén que todavía tenía aceite caliente. Me defendí. Si me dicen le pegaste un tiro, no sé; si la apuñalaste, no sé; si murió del corazón, no sé; si la ahorqué, no sé».
«Estaba muerta, dura y blanca como un papel. Agarré una herramienta, una pala y lo hice. Me asusté y la sepulté en la habitación», relató.
El caso se descubrió en 2005, cuando Pablo Frieiro, de 16 años, se quebró y le contó a la policía y luego a la Justicia que siete años antes, en 1998, su padre había asesinado a su madre y había ocultado el cadáver debajo del piso donde estaba la cama matrimonial.
El chico dijo que durante todo ese tiempo no había hablado porque su padre lo tenía amenazado a él con encerrarlos en un instituto de menores si lo delataban.
La policía allanó la vivienda que habitaba la familia en Juan B. Bustos 6004 de González Catán y al excavar debajo de la cama, encontraron el esqueleto de una mujer, que un estudio de ADN luego ratificó que pertenecía a De Luca.
Freiro estuvo prófugo 15 días durante los cuales estuvo deambulando por San Clemente del Tuyú y San Bernardo, hasta que el 22 de marzo de 2005 pactó junto a su abogado su entrega y fue detenido en Virrey del Pino.