
El Asesino de la Furgoneta
- Clasificación: Asesino
- Características: Seis años antes, Luis Patricio había disparado con una escopeta a su anterior novia y había sido condenado por ello a 18 años de cárcel
- Número de víctimas: 1
- Fecha del crimen: 13 de octubre de 1999
- Fecha de detención: Mismo día (se entrega)
- Fecha de nacimiento: 1963
- Perfil de la víctima: María del Mar Herrero Pacheco, de 23 años
- Método del crimen: Apuñalamiento (8 veces)
- Lugar: Madrid, España
- Estado: Condenado a 24 años de prisión el 13 de marzo de 2002
Índice
- 1 Luis Patricio Andrés, el asesino de la furgoneta
- 2 El homicida de su exnovia es un psicópata, según la sentencia que lo condenó en 1995
- 3 El reo del asesinato de Mar Herrero niega ahora ser el autor del crimen
- 4 La madre de Mar Herrero declara que el exnovio de la joven la perseguía a todas horas
- 5 Condenado a 24 años de cárcel el asesino de Mar Herrero
- 6 El Estado deberá pagar por el crimen de un preso en libertad condicional
Luis Patricio Andrés, el asesino de la furgoneta
Francisco Pérez Abellán – Larazon.es
16 de septiembre de 2009
Mar se vio en peligro y decidió romper. Luis, herido en su orgullo, comenzó una brutal campaña de acoso que generó 14 denuncias, e ideó un plan para matarla. Fingió un falso rodaje y la contrató a través de terceros. Alquiló una furgoneta blanca en Chamartín y quedó con ella en la plaza de Castilla. Era el 13 de octubre de 1999, a las seis de la mañana. Sorprendió a la chica por detrás y la empujó al vehículo. La mató a puñaladas y la dejó allí. Hoy cumple condena de veinticuatro años.
El psicópata se distingue porque provoca dolor en su entorno. De una u otra forma, es un camaleón que mientras se confunde con el paisaje, atrae las iras del infierno. Luis Patricio Andrés decía trabajar en el mundo mágico del cine cuando secuestró y asesinó a la maquilladora Mar Herrero. Es un individuo que tiene una opinión excesivamente buena de sí mismo, que cree que llegará muy lejos y que para donde va necesita ser manipulador y contar con ausencia total de culpa. Según el psicólogo que lo examinó, padece de un trastorno mixto de la personalidad.
En el momento en el que fue juzgado tenía 39 años y era la segunda vez que intentaba asesinar a una mujer. En 1998 cumplía condena de dieciocho años por la agresión contra la que entonces era su novia, Rosana. Sucedió el 21 de julio de 1993, día en el que Luis Patricio disparó hasta cuatro veces contra la chica, dejándola viva por puro milagro.
El agresor había perdido el tornillo de Hare, el especialista en psicópatas mundial que predica que el conjunto se rompe cuando hay una pieza que falta. Luis Patricio es asténico, pequeño, anguloso, y le gusta llevar una gorra de béisbol, como un Spielberg de vacaciones. Es un maltratador que en su día difundió una foto porno con la cara de otra de sus novias para humillarla como prostituta. Todas sus chicas han sido presionadas, amenazadas; y las últimas, agredidas.
Luis Patricio llegó a ayudante de producción del cine y fue cuando Rosana le dejó. Bajo la careta de un hombre comprensivo, quedó con ella para formalizar la ruptura, mientras ocultaba una pistola del 22 en la chaqueta. La subió en su coche para llevarla a la calle Moscatelar y al bajarse del vehículo y cruzar, ella empezó a escuchar disparos. Era Luis Patricio, que intentaba matarla desde el coche. Le acertó con dos tiros. La salvaron los médicos mientras el agresor huía de Madrid. Los peritos que le examinaron detectaron en él a un psicópata con fuerte narcisismo.
Su captura y juicio se benefició de una reducción de condena a 12 años por la entrada en vigor del llamado «Código Penal de la democracia» (1995). Si no, jamás habría tenido la oportunidad de acercarse a Mar Herrero, porque habría estado tras la rejas hasta 2002. Como buen psicópata, fue un preso modelo hasta que logró salir en libertad. En contra del educador y del psicólogo de la prisión, le concedieron el tercer grado.
Se encontró con Mar Herrero cuando puso un anuncio buscando gente para su supuesto proyecto de rodaje de una película. La joven tenía 23 años, Luis Patricio había cumplido 36. Tiene una característica envolvente, capaz de convencer a cualquiera, unida a la exhibición del conocimiento de varios idiomas, como inglés y francés, que la deslumbraron. Sin embargo, ella acabaría derribando todo el andamiaje de mentiras alrededor de él.
El homicida de su exnovia es un psicópata, según la sentencia que lo condenó en 1995
Luis Fernando Durán / Juan Francés – Elpais.com
16 de octubre de 1999
«Sufre un trastorno narcisista de la personalidad, en todo equiparable a una psicopatía…» Así definió hace cuatro años una sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid a Luis Patricio Andrés, de 36 años, el hombre que el pasado miércoles, tras quedar en libertad por una juez de vigilancia penitenciaria, torturó y mató a su exnovia. La Audiencia, en aquella sentencia, le condenó a 12 años de prisión por el asesinato frustrado de su pareja, una embarazada a la que disparó por la espalda. El juez decretó ayer prisión incondicional para el acusado, que solicitó ayuda psicológica.
La sentencia emitida por la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Madrid define a Luis Patricio Andrés como «consumidor habitual de alcohol y ocasional de otras drogas, aunque no puede ser tenido como un alcohólico o un toxicómano». «Es considerado por muchos de los que le han tratado como un desequilibrado, un transtornado», agrega.
La sentencia concreta aún más su psicopatía: «En el trato con las mujeres sus rupturas son frecuentes pero, en principio, jamás acepta que se hayan producido por su propia decisión». La resolución se basa en informes de psicólogos y declaraciones de conocidos del condenado para calificarle como un psicópata.
Luis Patricio Andrés fue condenado a 11 años, dos meses y 29 días de prisión por el asesinato frustrado de Rosana Martínez, su novia de entonces. La disparó por la espalda cuatro veces. Dos balas le alcanzaron. Una le dañó el pulmón y el hígado. La otra le dio en el pie. Ella estaba embarazada de mes y medio y Luis Patricio, su asesino frustrado, era el padre, siempre según fuentes judiciales. Pero el inculpado no cumplió toda la condena.
A los tres años de ingresar en prisión, el 29 de octubre de 1998, un Juzgado de Vigilancia Penitenciaria le concedió el tercer grado (régimen abierto) en contra de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias. En marzo pasado el juzgado de vigilancia penitenciaria, en contra del criterio del fiscal, le dejó en libertad provisional.
Y el 6 de octubre, pese a las denuncias de Mar Herrero por amenazas y coacciones, y a la consecuente petición de la Fiscalía de Madrid de que se le revocase la libertad condicional, el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria le mantuvo el beneficio penitenciario. Esta decisión judicial y sus consecuencias han provocado un profundo malestar en el seno de la fiscalía de Madrid, en la Secretaría General de Asuntos Sociales y en la policía.
De hecho, a los dos días de la puesta en libertad de Luis Patricio, la propia Mar Herrero se dirigió a un juzgado de guardia de Alcobendas para denunciarle otra vez. «He pasado y estoy pasando mucho miedo. Creo que ha localizado mi vehículo», escribió en su denuncia. Cinco días después murió acuchillada.
María del Mar Herrero Pacheco fue enterrada ayer en el cementerio de Fuencarral, de Madrid, en un acto íntimo al que acudieron un centenar de familiares y amigos. Un primo de la fallecida, Ricardo Pacheco, gritó en el sepelio: «Muchas gracias a todo el Gobierno, a la Comunidad Autónoma y al Ayuntamiento de Madrid, que no han sido capaces de presentarse, ni de mandar un telegrama, ni una triste corona, ni un solo clavel como éste».
La familia de María del Mar anunció que van a pedir la inhabilitación de la psicóloga que estuvo tratando a Luis Patricio Andrés, y de la titular del juzgado de instrucción número 5 de Alcobendas, que decretó la libertad del ahora homicida. «Espero que dimita», dijo.
El juez de guardia de Madrid ordenó ayer tarde el ingreso en prisión provisional de Luis Patricio Andrés, de 36 años, como supuesto autor de la muerte de su exnovia María del Mar Herrero, de 23 años, el pasado miércoles.
Luis Patricio manifestó que necesitaba ayuda psiquiátrica, según fuentes jurídicas. Anoche fue trasladado a la cárcel de Soto del Real. Nueva Izquierda afirma que el asesinato de Mar Herrero supone «un fallo gravísimo de los mecanismos policiales y judiciales para la protección de los derechos constitucionales y humanos».
Los máximos responsables de la Justicia, de la Fiscalía y policiales de Madrid se reunirán el martes próximo en la sede de la Audiencia Provincial de Madrid para tratar el problema de la violencia familiar.
El reo del asesinato de Mar Herrero niega ahora ser el autor del crimen
José Antonio Hernández – Elpais.com
23 de febrero de 2002
El juicio contra Luis Patricio Andrés, acusado de asesinar a su exnovia Mar Herrero, se inició ayer en la Audiencia de Madrid. La declaración de Andrés, de 38 años, fue una sorpresa. Se retractó de su declaración autoinculpatoria anterior y atribuyó el crimen a unos conocidos suyos cuyos nombres rehusó facilitar. «Prefiero estar en la cárcel que muerto», soltó ante las insistentes preguntas del fiscal y los abogados para que diese los nombres de esos conocidos.
El crimen de Mar, ocurrido el 13 de octubre de 1999, produjo una conmoción en Madrid. Andrés mató supuestamente a su exnovia cuando disfrutaba de un régimen de libertad condicional: cinco años antes disparó con una escopeta a su anterior novia, lo que le costó una condena de 18 años de prisión por asesinato frustrado.
Además, la víctima había presentado 14 denuncias contra él por amenazas de muerte y la juez de Alcobendas que las había recibido no adoptó ninguna medida cautelar. Esta juez ha sido sancionada por este motivo por el Consejo del Poder Judicial al pago de una multa de 200.000 pesetas por graves retrasos en la tramitación de esas denuncias.
Andrés se enfrenta a una petición del fiscal de 18 años de cárcel por el asesinato de Mar. El abogado de la familia de la fallecida pide una condena de 31 años y el del Ayuntamiento de Alcobendas, que ejerce la acción popular, 25 años. La letrada de la defensa, María Nieves Pérez Fernández-Rabelo, entiende que la pena debe ser de sólo 12 años. Subraya que en la conducta de su cliente concurre la eximente incompleta de «trastorno severo de la personalidad».
Andrés conoció a Mar, vecina de Alcobendas, a la semana de quedar en libertad condicional por el intento de asesinato de su anterior pareja. Mantuvo una relación sentimental con ella entre marzo y agosto de 1999, fecha en la que Mar puso fin a la relación. La decisión de Mar desató la ira del acusado, quien, según el escrito del fiscal, urdió un plan para matarla. Mar era maquilladora de televisión, y Andrés, productor de cine.
Utilizando como intermediarios a conocidos de ambos (ella le tenía auténtico pánico), Andrés logró que Mar se desplazase a la seis de la madrugada del 13 de octubre de 1999 desde Alcobendas hasta la plaza de Castilla. La chica, sin saber que su exnovio estaba detrás del plan, acudió al lugar creyendo que se trataba de un trabajo para una productora de cine.
El acusado había alquilado una furgoneta el día anterior y, nada más verla, la obligó, a punta de navaja, a subir al vehículo. La condujo hasta el barrio madrileño de San Blas. Allí la amordazó de pies y manos, le asestó cinco cuchillada [cuchilladas] en el pecho y la estranguló. A continuación se presentó en los juzgados de Madrid y confesó el crimen. Entonces, según el sumario, declaró que él «era el único culpable de la muerte», que había actuado de forma «salvaje» y que su comportamiento con Mar había sido el de «un animal».
El acusado se retractó ayer de esa versión. Con un lenguaje preciso y un tono arrogante, confesó que fue él quien rompió con Mar y que la reacción de ella fue amenazarle y ponerle «falsas denuncias». Todo ello, dijo, con la finalidad de que el juzgado de vigilancia le revocase la libertad y él volviese a la cárcel. «Intenté parar todo eso a través de amigos y un abogado, para que dialogaran con ella y parar esa vorágine», declaró.
Aclaró que contactó «con terceras personas», cuyos nombres se negó a revelar, y que éstas le dijeron que hablase con un taxista para que recogiese a Mar en su casa y la llevase a la plaza de Castilla. La excusa, que tenía que maquillar a artistas de una película. Según Andrés, esas personas le indicaron, además, que alquilase una furgoneta y que acudiera con ella a la plaza de Castilla antes de que llegase Mar en el taxi.
Según su nueva versión, dejó la furgoneta en el lugar indicado y se fue a beber. Añadió que sobre las nueve de la mañana recogió la furgoneta en el lugar indicado («me dejaron las llaves escondidas debajo de una de las rueda», explicó) y que al abrir una de sus puerta se topó con el cadáver de Mar. «Perdí la noción y me puse a andar con la furgoneta sin rumbo». En San Blas, Andrés cogió un taxi y le pidió que le llevase a los juzgados de la plaza de Castilla, donde, según su versión, se declaró «el único culpable de la muerte».
La madre de Mar Herrero declara que el exnovio de la joven la perseguía a todas horas
José Antonio Hernández – Elpais.com
26 de febrero de 2002
«Mi hija le tenía pánico; ese señor la perseguía a todas horas: era horrible». Lo explicó ayer María Luisa Pacheco -madre de Mar Herrero, la joven de Alcobendas asesinada el 13 de octubre de 1999 cuando contaba 23 años- ante el tribunal que juzga al supuesto homicida, Luis Patricio Andrés, de 38 años.
Enlutada, la madre de la fallecida relató la inhibición policial y judicial ante las 14 infructuosas denuncias que ella y su hija presentaron por el calvario de amenazas que les tocó vivir tras cortar Mar la relación que durante cinco meses mantuvo con Luis Patricio.
Luis Patricio Andrés se enfrenta a una petición fiscal de 18 años de cárcel por el asesinato de Mar. Según el fiscal, urdió un macabro plan para matar a su exnovia, tras romperse la relación que mantenían. Dado que Mar le tenía pánico, el procesado contactó con amigos de ella para que éstos, ignorantes del plan, la llevasen a la plaza de Castilla en la creencia de que iba a trabajar como maquilladora para una película.
Siempre según el fiscal, Luis Patricio introdujo a Mar en una furgoneta, a punta de navaja, y la condujo hasta el parque de San Blas. Una vez allí, y tras amordazarla de pies y manos, la estranguló y le asestó cinco cuchilladas.
En la primera sesión del juicio, Luis Patricio se retractó de sus declaraciones autoinculpatorias anteriores e indicó que su papel en la trama se limitó a alquilar la furgoneta para unos conocidos suyos, que, según él, fueron los que mataron a su exnovia. El acusado rehusó revelar sus nombres («prefiero estar en la cárcel que muerto», dijo al tribunal).
En la sesión de ayer intervinieron dos biólogas forenses de la Policía Científica. Éstas indicaron que en la furgoneta usada en el crimen se hallaron siete colillas de cigarrillo y que, tras analizarlas, se comprobó que el tabaco fue consumido «por dos varones». Ello abre la posibilidad de que haya alguna otra persona implicada en el asesinato.
La última denuncia
El testimonio de María Luisa, madre de Mar, fue el más sobrecogedor de los escuchados ayer. Indicó que Luis Patricio perseguía a su hija «a todas horas, de día y de noche», y que, antes de salir de casa, miraban por la ventana para ver si él seguía en la calle «dentro de un coche».
Según María Luisa, dos días antes del crimen, justo cuando ella y Mar estaban en el juzgado número 5 de Alcobendas presentando la que fue la última denuncia de su hija contra Luis Patricio, éste llamó al teléfono móvil de Mar y volvió a amenazarla. También la madre fue víctima de las vehementes amenazas de Luis Patricio: «Estando en el hospital Puerta de Hierro, donde estaba ingresada mi madre, él llamó a la habitación y me dijo: «¿qué pasa?, ¿se ha muerto ya la vieja? Pues detrás vas a ir tú»».
María Luisa describió la impotencia que sufrió su hija en una de la ocasiones en las que acudió al juzgado y pidió hablar con la juez para que evitase de alguna forma las constantes amenazas: «Nos dijeron que la juez no podía recibirnos. Mi hija, que estaba muy asustada, comenzó a llorar y chillar y, mirándome, dijo: «¿Es que no me va a recibir hasta que no me mate?»».
La titular del Juzgado 5 de Alcobendas ha sido sancionada por el Consejo del Poder Judicial al pago de una multa de 200.000 pesetas por el retraso en la tramitación de las denuncias de Mar. La muerte de esta chica fue especialmente dolorosa, porque el acusado se hallaba en libertad condicional en la fecha en la que supuestamente le segó la vida.
Cinco años antes, Luis Patricio había disparado con una escopeta a su anterior novia y había sido condenado por ello a 18 años de cárcel. El hombre entabló amistad con Mar, maquilladora de televisión, a los pocos días de quedar en libertad condicional.
También declaró ayer en el juicio el padre de la víctima, José Miguel Herrero. Éste indicó que se enteró de que Luis Patricio había estado en la cárcel cuando acudió junto con su esposa a la casa de los padres del procesado con la finalidad de hablar con ellos sobre la tormentosa relación.
«¿Cómo la has matado?»
Aparte de los padres, también declararon ayer los 11 policías que intervinieron en el esclarecimiento de los hechos. Uno de los agentes relató que el padre del acusado, ya fallecido, fue citado tras el crimen en la comisaría. Según recordó este agente, el padre testificó que su hijo le telefoneó para contarle que había matado a Mar. «¿Y cómo la has matado? ¿Con una pistola?», le increpó el padre. «No, ha sido más cruel, con un cuchillo», concluyó.
Un fotógrafo que solía trabajar con la víctima, y del que se valió Luis Patricio para citar a Mar en la plaza de Castilla, explicó que el acusado se hizo pasar por otra persona, le ofreció trabajo y le pidió los servicios de una maquilladora, por lo que contactó con Mar.
Condenado a 24 años de cárcel el asesino de Mar Herrero
El País
14 de marzo de 2002
Los magistrados de la Sección Decimosexta de la Audiencia de Madrid condenaron ayer a 24 años de prisión y al pago de una indemnización de 180.303 euros (30 millones de pesetas) a Luis Patricio Andrés, para quien las acusaciones pedían penas de 31 años de cárcel por matar a su exnovia, la joven Mar Herrero, en octubre de 1999. Los jueces entienden que no ha lugar declarar al Estado responsable civil del abono de esta indemnización, tal y como solicitaban las acusaciones popular y particular. Luis Patricio Andrés había sido declarado culpable por un jurado popular.
La Audiencia madrileña ha condenado a Luis Patricio Andrés por sendos delitos de asesinato cualificado y detención ilegal, en los que concurren la circunstancia atenuante de confesión del hecho y las agravantes de aprovechar las circunstancias de lugar y tiempo, aprovecharse del auxilio de otras personas y reincidencia.
Además de cumplir la pena de prisión, el procesado deberá indemnizar a los familiares de Mar Herrero con 180.303 euros (30 millones de pesetas), pago del que se exime, como responsable civil subsidiario, al Estado. Las acusaciones habían reclamado que fuese el Estado el que se hiciese cargo de la indemnización: temen que el acusado se declare insolvente y, además, argumentan que el Estado es responsable porque, cuando asesinó a Mar Herrero, Luis Patricio Andrés se hallaba en libertad condicional.
El pasado 1 de marzo, Andrés fue considerado por un jurado popular culpable de dar muerte y detener de forma ilegal, en octubre de 1999, a Mar Herrero, una maquilladora de 23 años que residía en Alcobendas y con la que había mantenido una relación sentimental mientras él se encontraba en libertad provisional. El procesado cumplía en aquella época una condena de 17 años de cárcel por haber disparado a su antigua novia cuando ésta se hallaba embarazada.
Los seis hombres y cinco mujeres que formaron parte del jurado entendieron que había quedado probado durante el juicio que Luis Patricio fue la persona que asesinó a la joven Mar Herrero. El veredicto fue rápido y unánime.
Engaño
La sentencia señala, que en marzo de 1999, el acusado entabló una relación sentimental con Mar Herrero y que, durante el verano de ese mismo año, ella decidió poner fin a dicha relación, circunstancia que no fue aceptada por Luis Patricio. El ahora condenado, utilizando a terceras personas y adoptando él mismo la identidad de otras, citó a Mar a las seis de la mañana del 13 de octubre de 1999 en la plaza de Castilla de Madrid, con la excusa de encargarle un trabajo como maquilladora para una productora.
La joven acudió a este lugar, donde la esperaba Luis Patricio en una furgoneta que había alquilado el día anterior para llevar a cabo sus propósitos. A punta de navaja, obligó a Mar a subir al vehículo, y allí, con el «calculado fin de causarle la muerte», la apuñaló y asfixió, según se recoge en la sentencia.
Los jueces indican que, como consecuencia de las heridas causadas con el arma blanca, así como por la obstrucción de las vías respiratorias y la estrangulación del cuello, Mar sufrió una parada cardiorrespiratoria irreversible que le provocó la muerte.
Antes de morir, Mar Herrero había presentado hasta 12 denuncias contra el que fue su novio, e incluso pocas horas antes de ser asesinada pidió ayuda a la psicóloga y a la trabajadora social que se ocupaban de Luis Patricio durante su libertad provisional.
Tras la muerte de Mar, Andrés se dirigió al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria, donde confesó los hechos precisamente ante las dos profesionales que le trataban e indicó el lugar en el que se encontraba la furgoneta con el cadáver de la joven en su interior. Asimismo, hizo entrega a la policía de las llaves del vehículo, circunstancia que el jurado popular entendió que debía ser considerada como atenuante de la responsabilidad criminal.
El letrado de la familia de Mar, Luis Ángel Aparicio, adelantó que recurrirá la sentencia: la acusación entiende que el Estado debería hacerse cargo de la indemnización porque, cuando cometió el asesinato, Luis Patricio se encontraba en libertad provisional.
El Estado deberá pagar por el crimen de un preso en libertad condicional
El País
7 de agosto de 2002
El Tribunal Superior de Justicia ha declarado al Estado responsable civil subsidiario de la muerte de Mar Herrero, por lo que deberá indemnizar con 180.303 euros a los padres de la víctima, asesinada por su exnovio, Luis Patricio de Andrés, en octubre de 1999 en Madrid. «El sistema se demostró insuficiente para evitar el daño» causado a la víctima y a la familia, según el fallo.
La sentencia estima en parte el recurso interpuesto por la acusación particular e íntegramente el formulado por la popular, que ejerce el Ayuntamiento de Alcobendas, contra la dictada el pasado marzo por la Audiencia de Madrid, que condenó a De Andrés a 24 años de prisión.
María Isabel Sanz, alcaldesa en funciones de Alcobendas y concejal de la Mujer, se mostró ayer «satisfecha» por el fallo al entender que si el acusado es insolvente, «debe ser el Estado el responsable civil subsidiario, dado que ha habido una serie de mecanismos que no han funcionado bien en el caso».
La edil recuerda que el penado estaba en libertad condicional -había sido condenado por asesinato frustrado de una novia anterior- pese a las reiteradas denuncias que María del Mar había interpuesto contra él por insultos, acoso y amenazas de muerte.
La sala, formada por los magistrados Javier María Casas Estévez, José Manuel Suárez Robledano y Antonio Pedreira Andrade, ha confirmado ahora la condena impuesta por la sección 16ª y desestima el recurso interpuesto contra ella por el reo.
El magistrado Ramiro Ventura Faci, tras el veredicto de culpabilidad de un jurado popular, dictó sentencia el pasado 7 de marzo en la que estimaba probado que De Andrés mató a María del Mar Herrero cuando estaba en libertad condicional tras el asesinato frustrado de su anterior compañera sentimental.
El fallo de la Audiencia Provincial también estableció que el condenado debía indemnizar a los padres de la fallecida, José Miguel Herrero Santos y María Luisa Pacheco, con 180.303 euros, a la vez que rechazaba declarar al Estado responsable civil de esta muerte.
La sentencia del Tribunal Superior recuerda que el condenado se benefició de los fines de reinserción social constitucionalmente establecidos mediante la concesión judicial de la libertad condicional. «Ante los acontecimientos que precedieron a la comisión de los delitos objeto de enjuiciamiento, se adoptaron las medidas oportunas legalmente previstas, normales en tales casos sin que se revocara la libertad condicional ante la falta de firmeza de la condena por amenazas dictada respecto al acusado», agrega.
Relación de causalidad
También señala que el «funcionamiento normal, en el sentido de plena aplicación de la legalidad penal y penitenciaria vigente, se reveló claramente insuficiente ante los crímenes ejecutados por el acusado, existiendo adecuada relación de causalidad entre las decisiones judiciales de carácter penitenciario (su pendencia hasta la firmeza de la condena por amenazas [que tenía] recurrida) y la subsiguiente comisión dolosa de los graves delitos enjuiciados» [el asesinato de María del Mar].
«La objetividad de la responsabilidad civil subsidiaria reclamada se revela así como lógica consecuencia de la inobservancia de las reglas de conducta impuestas a quien obtuvo en corto período de tiempo el beneficio de la libertad condicional, infringiendo las normas de comportamiento» de ese régimen penitenciario controlado por la Administración, argumenta el tribunal.
Los magistrados reconocen que «el daño reclamado [la indemnización] derivó del funcionamiento normal del sistema penal y penitenciario legalmente establecido, y no de infracción alguna imputable al mismo». Sin embargo, inmediatamente después añaden: «Si el sistema se demostró insuficiente para evitar el daño, aún aplicándose sin anormalidad alguna, [el Estado] ha de satisfacer económicamente a los perjudicados por la pérdida de una vida humana a consecuencia de dicho funcionamiento».
Luis Patricio de Andrés mantuvo una relación sentimental con María del Mar hasta 1999, cuando la joven decidió darla por terminada. Citó a la joven a las seis de la madrugada del 13 de octubre de 1999 en la plaza de Castilla con la excusa de darle un trabajo de maquilladora, y después le asestó ocho puñaladas abandonando su cadáver dentro de una furgoneta en San Blas. Después se dirigió al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria, donde confesó el crimen, aunque en el juicio negó ser el autor.