
El Asesino de Olga Sangrador
- Clasificación: Asesino
- Características: Pederasta - Violador en serie
- Número de víctimas: 1
- Fecha del crimen: 25 de junio de 1992
- Fecha de detención: Dos días después
- Fecha de nacimiento: 1961
- Perfil de la víctima: Olga Sangrador Caballo, de 9 años
- Método del crimen: Golpes en la cabeza con una barra de hierro
- Lugar: Tudela, Valladolid, España
- Estado: Condenado a 50 años de prisión el 15 de septiembre de 1993
Índice
- 1 Juan Manuel Valentín Tejero – Hallado el cadáver de la niña de Valladolid tras la detención de su presunto asesino
- 2 Valentín Tejero confiesa en el juicio que asesinó a golpes a la niña Olga Sangrador
- 3 Condenado a 50 años el violador y asesino de la niña Olga Sangrador
- 4 El asesino de Olga Sangrador no tiene «conciencia del mal», según el informe de la psicóloga de la cárcel
- 5 El asesino de Olga Sangrador ya es libre
- 6 De la tentativa a la brutalidad
- 7 La exmujer y los hijos de Valentín Tejero no quieren nada con él
Juan Manuel Valentín Tejero – Hallado el cadáver de la niña de Valladolid tras la detención de su presunto asesino
Francisco Fraguas – Elpais.com
28 de junio de 1992
El cadáver de la niña Olga Sangrador Caballo, de nueve años, fue encontrado en la tarde de ayer en las inmediaciones de un pinar de la localidad de Tudela de Duero, a unos 70 kilómetros de Villalón de Campos (Valladolid), de donde la pequeña desapareció en la madrugada del pasado día 25.
El descubrimiento del cuerpo de la niña se produjo después de que la Guardia Civil detuviera a su presunto asesino, un hombre alto y delgado que fue visto la noche de la desaparición de Olga Sangrador en la plaza Mayor de Villalón. El detenido disfrutaba de un permiso carcelario de seis días y había sido condenado por tres delitos de violación.
El presunto asesino de Olga cuya identidad no ha sido facilitada, declaró tras ser detenido que la pequeña se encontraba en buen estado de salud. Sin embargo, las fuerzas de seguridad descubrieron el cadáver de la pequeña cuando les condujo al lugar donde aseguraba haberla abandonado.
Los vecinos de Villalón llegaron a tirar cohetes e hicieron sonar las campanas en un primer momento, cuando creían que Olga había sido encontrada con vida.
Fue el padre de la niña, Domingo Sangrador, quien tuvo que comunicar a los vecinos y a los medios de comunicación que su hija había sido hallada muerta. Con la voz entrecortada. y llorosa manifestó: «El único dato que tenemos es que la niña ha aparecido muerta».
Medio centenar de guardias civiles apoyados por un helicóptero y perros adiestrados han peinado desde el día 25 una superficie de 7.000 hectáreas de terreno intentando localizar a la niña. Voluntarios de Cruz Roja y Protección Civil hicieron lo mismo en alcantarillados, pozos y acequias.
La localidad de Villalón de Campos está situada al norte de la provincia de Valladolid, a 64 kilómetros de la capital. Sus vecinos son en su mayoría agricultores y ganaderos, y prácticamente todos salieron a los campos a buscar a la niña, precisamente en unos días en que se viven las fiestas patronales de San Juan y San Pedro. El Ayuntamiento ha decretado la suspensión de los festejos a causa del asesinato.
La Delegación del Gobierno decidió dar prioridad absoluta a las fuerzas de seguridad -para la búsqueda de Olga Sangrador-, y todas las comandancias de la Guardia Civil de España fueron puestas en alerta.
Olga Sangrador Caballo era la menor de los tres hijos de un matrimonio que regenta un mesón en Villalón de Campos. El pasado día 25 salió de su casa por la tarde acompañada de un grupo de amigas para participar en una verbena popular. A la 1.30 de la madrugada dos vecinos manifestaron haber visto a la niña, acompañada de un hombre «moreno, alto, delgado y bien vestido», poco después de que dijera a sus amigas «que se marchaba a casa porque era muy tarde y sus padres le iban a reñir».
A partir de ese momento se perdió el rastro de Olga y las patrullas comenzaron el rastreo para localizarla. Los datos aportados por los vecinos permitieron a la Guardia Civil hacer un retrato robot del detenido, que presuntamente se desplazó hasta Villalón de Campos en un vehículo todoterreno Suzuki de color negro.
La madre de Olga tuvo que ser asistida médicamente mientras su padre se desplazaba con las fuerzas de seguridad hasta el lugar donde se encontraba el cadáver de Olga. Hoy domingo se celebrará en Villalón de Campos el funeral y el entierro de la niña.
Valentín Tejero confiesa en el juicio que asesinó a golpes a la niña Olga Sangrador
Francisco Forjas – Elpais
10 de septiembre de 1993
Juan Manuel Valentín Tejero, acusado de la violación y muerte de la niña de nueve años Olga Sangrador, ocurrida el 25 de junio de 1992 en Valladolid, confesó ayer, en el primer día del juicio que se sigue contra él en la Audiencia de Valladolid, haberla asesinado golpeándola en la cabeza con una barra de hierro.
La policía tuvo que contener a centenares de vecinos de Villalón de Campos, localidad natal de la víctima, que se concentraron ante la Audiencia y, a los gritos de «asesino» y «que le maten», trataron de llegar hasta él. El fiscal solicita 56 años de prisión mayor; la acusación particular, 82 años, y la defensa, 30 años.
En la vista oral del juicio, que se celebró en la audiencia vallisoletana, las partes coincidieron en que los delitos cometidos por Valentín Tejedor [Tejero], de 32 años, fueron los de rapto, violación y asesinato e inhumación ilegal de Olga Sangrador.
Nada más comenzar el juicio, a preguntas del fiscal reconoció «haber asesinado a Olga Sangrador, golpeándola en la cabeza con una barra de hierro» de la que posteriormente se deshizo.
Valentín Tejero, que negó haber violado a la pequeña Olga, aclaró que únicamente recordaba «haberla introducido los dedos en sus partes íntimas». «En ese momento», dijo, «tenía la mente en blanco, no sabía lo que hacía».
El presunto asesino, que declaró ante la Audiencia con la cara tapada por las manos y por un anorak, interrumpió su declaración en un momento del juicio en el que rompió a llorar y se sentó en el banquillo custodiado por la Guardia Civil, momento en que el público que abarrotaba la sala, entre ellos los padres y familiares de Olga Sangrador, empezó a abuchearle y a insultarle.
Según los peritos médicos, Valentín Tejero sufre una parafilia, es decir, atracción sexual hacia los menores e indicaron que «es totalmente responsable de sus actos». La acusación particular solicitó al juez que a la hora de dictar sentencia se contemple el cumplimiento íntegro de la condena.
Estaba de permiso
Al cometer el asesinato de Olga Sangrador, Valentín Tejero disfrutaba de un permiso carcelario de seis días, que le concedió el entonces juez de vigilancia penitenciaria Ignacio Sánchez Illera. Valentín Tejero cumplía condena en la cárcel de Villanubla por dos violaciones, abuso sexual a menores, exhibicionismo y robo.
Por otro lado, la niña de 12 años Henar Escudero, que apareció estrangulada el 24 de mayo pasado en un monte cercano a Bilbao, fue violada analmente por su primo y presunto asesino, Ángel López, cuando ya estaba muerta, según los resultados de la autopsia conocidos ayer tras levantarse el secreto sumarial. Bonifacia López, madre de la víctima, señaló ayer tras tener conocimiento de la violación que lo único que quiere ahora es «que al asesino de su hija no lo saquen más de la cárcel».
La asociación feminista Clara Campoamor, que ejerce la acción popular, informó que pedirá cerca de 60 años de prisión por cuatro delitos: violación, agresión sexual, asesinato y rapto. «Nos falta una niña y hay que dar una respuesta para que nunca más suceda esto. Queremos que aquí se haga justicia», dijo la presidenta de la asociación feminista, Blanca Estrella.
Por su parte la acusación particular en representación de la familia pedirá entre 12 y 20 años de reclusión menor por un delito de violación y entre 26 y 30 años de reclusión mayor por asesinato realizado con alevosía, abuso de confianza y fin hostil.
Condenado a 50 años el violador y asesino de la niña Olga Sangrador
Francisco Forjas – Elpais.com
16 de septiembre de 1993
La Sala Segunda de la Audiencia de Valladolid [ha] condenado a 50 años de cárcel a Juan Manuel Valentín Tejero, violador y asesino de la niña Olga Sangrador, de nueve años, natural de Villalón de Campos.
El tribunal ha impuesto al encausado 20 años de prisión por un delito de rapto con violación y otros 30 años por un delito de asesinato. La sentencia, dada a conocer ayer tarde, ha sido calificada de «muy suave» por María Jesús Díaz Astrain, representante de la familia y letrada de la acusación particular.
Díaz estima que es «una sentencia muy suave, que no recoge la sensibilidad social respecto al problema de la violación». Manifestó su intención de recurrir el fallo, «después de consultar con la familia», y señaló que la sentencia «es, además, decepcionante».
El fallo judicial no contempla la petición de la acusación particular de que para obtener beneficios penitenciarios se tenga en cuenta la totalidad de la condena en lugar de los 30 años de reclusión, tiempo máximo que un español puede permanecer en la cárcel según el Código Penal.
La Sala indica «que esa petición de la acusación particular es propia de la fase de ejecución y no de esta resolución por lo que a su juicio deberá ser resuelto por el órgano jurisdiccional competente en la misma».
Sin embargo, la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Huelva en el juicio seguido por la violación y asesinato de la niña Ana María Jérez Cano, incluía en el fallo la misma petición que el pasado día 9 en Valladolid formuló la representación familiar de Olga Sangrador.
Según declaraciones de la letrada María Jesús Díaz Astrain, «si no se contempla la totalidad de la condena para obtener beneficios penitenciarios Valentín Tejero podría disfrutar de un permiso carcelario en un período de tiempo no superior a los cuatro años».
El fallo de la Audiencia de Valladolid condena también al asesino de Olga Sangrador a indemnizar a la familia de la niña con 25 millones de pesetas, a su inhabilitación absoluta durante el tiempo que dure la condena y a la prohibición de volver a Villalón de Campos durante los seis años siguientes a ser puesto en libertad.
Según la resolución, el procesado «no presenta psicosis, demencia, retraso mental ni enfermedad alguna que modifique su imputabilidad», tal y como manifestaron los peritos en la vista oral del juicio.
El juicio por el asesinato y violación de Olga Sangrador se celebró en la Audiencia de Valladolid la pasada semana. En la vista oral, el fiscal solicitó una pena de 56 años de prisión mayor y seis meses de cárcel, mientras que la acusación particular pidió 82 años y seis meses. La defensa de Valentín solicitó 30 años de reclusión.
Durante el juicio, unas 1.000 personas se concentraron ante las puertas de la Audiencia desde primeras horas de la mañana para recibir a Juan Manuel Valentín con gritos e insultos de «asesino» y «que le maten». Al finalizar la vista, varios vecinos de Villalón de Campos intentaron agredir al asesino que tuvo que abandonar la Audiencia escoltado por numerosos policías.
Valentín, que cumplía condena por violación, se encontraba el 25 de junio del año pasado en libertad por un permiso penitenciario. Ese día captó con engaños a Olga Sangrador y la trasladó a un pinar de Tudela de Duero. Mató a la niña con una barra de hierro, tras violarla analmente.
El asesino de Olga Sangrador no tiene «conciencia del mal», según el informe de la psicóloga de la cárcel
J. Sanz – Elnortedecastilla.es
6 de noviembre de 2013
Hubo una época en la que Juan Manuel Valentín Tejero, hoy de 52 años, llevaba una vida aparentemente normal. Estaba casado, tenía, y tiene dos hijos, regentaba un quiosco y llevaba, en definitiva, una vida tan normal como la de cualquier otro vecino de La Victoria.
Pero su personalidad ocultaba lo que la psicóloga penitenciaria que le ha tratado o, mejor dicho, le ha examinado durante los últimos años califica, y la cita es literal, como un «germen del mal». La experta aclara que si nunca ha podido tratarle es porque él ha rechazado todos y cada uno de los programas de rehabilitación del sistema carcelario.
Así que las conclusiones a las que llegan todos los informes penitenciarios elaborados durante sus más de veinte años de estancia en la prisión de Herrera de la Mancha apuntan a que se trata, aunque el término está hoy en desuso, de un psicópata -la terminología oficial se refiere a que sufre un trastorno antisocial de la personal- con mayúsculas y apuntan a que el aún recluso vallisoletano «va a salir exactamente igual, con el mismo peligro, que cuando entró en prisión en 1992».
Impulsos sexuales
Y estamos hablando, prosigue la experta -prefiere ocultar su identidad-, «de un pedófilo que siente un impulso sexual irrefrenable ante los niñas pequeñas que desemboca en comportamientos muy violentos».
Su trastorno, que le convierten en «irrecuperable» para la sociedad, se tradujo desde su adolescencia en, al menos, un primer intento de violación -inauguró su reguero de antecedentes con tan solo 15 años- seguido de media docena de agresiones sexuales a menores y finalizado con el secuestro, la violación y el brutal asesinato de la niña de 9 años Olga Sangrador durante la madrugada del 27 de junio de 1992.
Y lo peor de todo, a juicio de una experta que conoce de primera mano su perfil, es que el asesino y violador multirreincidente vallisoletano carece, y la cita de nuevo es literal, «de conciencia del mal». Tanto es así que los informes penitenciarios recogen que el pederasta tiene «anulada su afectividad y no siente el dolor que puede sentir cualquier persona ante hechos como los que él mismo ha cometido y ante los que carece de resortes para controlarse».
Tres fechas y una decisión
Pues bien, semejante «bomba de relojería», como no dudan en calificarle desde la asociación de víctimas Clara Campoamor, que ejerce la acusación en nombre de los padres de Olga Sangrador, puede salir hoy mismo del centro penitenciario de Ciudad Real si así lo decide, como todo parece indicar, la Audiencia Provincial, la misma que le condenó por sus sucesivos delitos -todos ellos cometidos en su ciudad natal- a un conjunto de penas que suman 63 años.
Tanto la Fiscalía como el propio abogado de oficio del violador ya han mostrado su postura favorable a su excarcelación inmediata -sus escritos definitivos fueron registrados el viernes y ayer mismo- al entender que la anulación de la doctrina Parot fijaría el cumplimiento de su condena en el 12 de abril de 2012 -la acusación de los padres pide que se amplíe, como mínimo, hasta agosto de 2016 o hasta 2025-.
Esos beneficios penitenciarios, sin embargo, proceden exclusivamente de trabajos, cursos o estudios realizados durante su estancia en prisión, ya que «siempre ha rechazado someterse a los tratamiento específicos para los agresores sexuales», reiteran las fuentes penitenciarias consultadas.
«Maldad innecesaria»
Así que Valladolid, que ya convive desde el pasado 14 de noviembre con Pedro Luis Gallego, el violador del ascensor -afincado en un pueblo, pero que ha visitado la capital-, podría aumentar su censo hoy mismo con otro de sus vecinos menos ilustres, sobre el que todos los informes psicológicos y forenses alertan de que «su conducta impecable en la cárcel, donde no ha tenido ningún problema a lo largo de todos estos años, se puede traducir en un auténtico problema en la calle».
La experta aclara que «no se trata de una persona violenta, ni mucho menos, en su vida diaria, pero tiene una patología muy definida que le llevan a convertirse en un hombre muy violento con un exceso, incluso, de maldad innecesaria sobre sus víctimas -siempre niñas de entre 9 y 16 años- por esa ausencia de conciencia del mal». La psicóloga, de hecho, no duda en que «volverá a violar en cuanto se relaje la presión social y mediática sobre él».
El asesino de Olga Sangrador ya es libre
Elnortedecastilla.es
27 de noviembre de 2013
Valentín Tejero, preso desde hace dos décadas en la cárcel de Herrera de La Mancha (Ciudad Real) por distintas condenas, entre ellas una de 50 años por el rapto, violación y asesinato de la niña de 9 años de Villalón de Campos Olga Sangrador en 1992, ha abandonado a las 16.50 horas la prisión ciudadrealeña.
A su salida de la cárcel Tejero no ha querido hacer ninguna declaración a los medios de comunicación y ha llamado a un taxi desde la cabina de teléfono que se encuentra a la salida del penal de Herrera de la Mancha.
Así, 18 minutos después de su puesta en libertad, a las 17.08 horas se ha subido en el taxi, que ha llegado desde la localidad ciudadrealeña de Manzanares, y se ha marchado de la cárcel.
La Audiencia de Valladolid ha ordenado este miércoles su excarcelación debido a la anulación de la «doctrina Parot» decretada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) y que considera ilegal la aplicación retroactiva de la misma, que no aplica los beneficios penitenciarios sobre los 30 años de estancia máxima en prisión sino sobre la suma total de las penas.
La decisión de la Audiencia vallisoletana, tribunal sentenciador que condenó a Tejero a medio siglo de cárcel por el asesinato de Olga Sangrador, contrasta, sin embargo, con la postura de la familia de la niña, cuyo letrado, Luis Antonio Calvo, de la Asociación Clara Campoamor, había mantenido su petición de que el reo permaneciera entre rejas hasta 2025.
Olga Sangrador desapareció un 25 de junio de 1992 en la localidad vallisoletana de Villalón de Campos. La policía dirigió sus pesquisas hacia Juan Manuel Valentín Tejero, un delincuente que en ese momento disfrutaba de un permiso penitenciario otorgado por el entonces juez de Vigilancia Penitenciaria, Ignacio Sánchez Yllera, pese a que cumplía condena por tres delitos de abusos deshonestos.
Dos días después, Valentín Tejero confesó la autoría del rapto, violación y asesinato de Olga, de 9 años y cuyo cadáver, enterrado, fue localizado en un pinar de Tudela de Duero.
De la tentativa a la brutalidad
J. S. – Elnortedecastilla.es
28 de noviembre de 2013
El quiosquero intentó violar a una niña cuando él tenía 15 años, abusó de cinco menores con 25 y mató a la pequeña de Villalón a los 31.
La carrera delictiva de Juan Manuel Valentín Tejero, hoy de 52 años, responde a la perfección a un manual de libro sobre un asesino. «Los primeros delitos que cometió -tentativas, robos y violaciones consumadas- obedecen a conductas aproximativas a las víctimas, son ensayos antes de desatar un exceso de maldad y violencia innecesaria sobre la niña a la que acabó asesinando», considera la psicóloga penitenciaria que le valoró durante años en el centro penitenciario de Herrera de la Mancha, quien no duda en advertir de que «presumiblemente puede reincidir en cuanto se relaje la presión mediática y social sobre él».
Su historial apunta, como mínimo en este sentido dado que los inicios delictivos de este pedófilo diagnosticado se remontan a su adolescencia. Valentín Tejero contaba con tan solo 15 años cuando sumó su primera detención. Corría el año 1976 y ya fue acusado de una tentativa de violación sobre una niña de 9 años. Su vida continuó, llegó a formar una familia -se casó y tiene dos hijos- y durante años regentó un quiosco y un pequeño salón recreativo para jóvenes en su barrio de toda la vida (La Victoria).
Pero su pedofilia siempre estuvo latente y ya en 1982, con 21 años, fue detenido por exhibicionismo en las inmediaciones de Continente (el actual Carrefour del estadio) -fue condenado a cuatro meses de arresto-.
También fue detenido por robo antes de cometer su primera oleada de violaciones consumadas o tocamientos de nuevo sobre cinco niñas, de entre 10 y 12 años, en torno a 1986 y con escenarios tan dispares como las calles del centro o de La Rondilla -por aquello sumó trece años y cinco meses de cárcel-.
Así que el quiosquero de La Victoria pasó a partir de entonces sus cinco años siguientes a caballo entre la cárcel y su negocio gracias a un sinfín de permisos penitenciarios. Durante uno de ellos, en 1989, violó a una chica de 16 años en la calle Esperanto, y aún así obtuvo el régimen abierto del centro penitenciario en abril de 1991 -solo acudía allí a dormir-.
Apenas un año después, el 25 de junio de 1992, raptó, violó y asesino a la niña de Villalón Olga Sangrador -enterró el cuerpo en Tudela-. Dos días después fue detenido. Desde aquello han pasado 21 años y cinco meses.
La exmujer y los hijos de Valentín Tejero no quieren nada con él
Mar Domínguez – Elnortedecastilla.es
29 de noviembre de 2013
«Es su padre biológico, pero nada más. Desde que entró en la cárcel no han tenido ninguna relación con él y no permitirán que se acerque a su casa.» Quien habla es el portavoz de los dos hijos de Juan Manuel Valentín Tejero, el asesino de la niña Olga Sangrador, que el miércoles salió de la prisión de Herrera de La Mancha después de 21 años y cinco meses encarcelado, aunque estaba condenado a penas que sumaban 63 años por un largo historial delictivo, en el que se incluyen violaciones a otras seis niñas de Valladolid.
Aunque Valentín Tejero facilitó las direcciones de la calle Fuente el Sol, en La Victoria, y el domicilio de sus hijos en Santovenia a efectos de comunicaciones postales, no residirá en este último municipio. «La dirección que ha dado es la familiar, pero por allí no va a pisar. Ni sus hijos ni su exmujer quieren saber nada de él y no le van a permitir que se acerque a sus casas», explica este amigo de la familia, quien lamenta la presión mediática y social a la que están sometidos sus hijos porque «ellos son gente espléndida y no se merecen ser la comidilla de nadie por este depravado».
Salvo que fuera desheredado por sus padres, los dos ya fallecidos, Valentín Tejero podría regresar a uno de los dos pisos que tenían en La Victoria y es ahí donde le sitúan sus hijos, ya que una de las viviendas está desocupada y en la otra reside una hermana del ya exprisionero, según las mismas fuentes.
Al parecer, el asesino de Olga Sangrador, de 52 años, habría pasado sus primeras horas en libertad en Madrid, donde no se descarta que haya cambiado su imagen para evitar ser reconocido. De la prisión salió con una poblada barba, cabello largo canoso y visiblemente hinchado. Quizá con varias capas de ropa para disimular su físico. Llevaba una gorra oscura, cazadora de cuero marrón y amplios vaqueros. Tiraba de un carro con solo dos bolsas de mano donde portaba sus pertenencias.
Como nadie le esperaba llamó desde la cabina de teléfono a un taxi de la vecina localidad de Manzanares, que 18 minutos después le recogió y se fue raudo. En ese tiempo se mantuvo inmutable y sin hacer declaraciones, según informó Colpisa.
El asesino de Olga Sangrador -una niña de nueve años de Villalón de Campos a la que raptó, violó y asesinó con una barra de hierro la noche del 25 de junio de 1992- es libre de residir en Valladolid, ya que el auto judicial que dictaminó el miércoles al mediodía su excarcelación inmediata no contempla ninguna medida legal que limite sus movimientos.
El auto que dictaminó su salida de Herrera de La Mancha fue emitido por el mismo tribunal, la Audiencia Provincial de Valladolid, que en 1993 le condenó a 50 años de prisión al entender que los beneficios penitenciarios obtenidos durante los últimos 21 años y cinco meses fijan el «licenciamiento definitivo» de su condena en el día 12 de abril de 2012.
La decisión ya es firme después de que el abogado de los padres de Olga Sangrador anunciara que no recurrirá el auto, aunque sí anticipó que estudiará la posibilidad de solicitar una «aclaración» en el sentido de aplicar un posible «destierro» -figura vigente entonces, pero ahora inaplicable- de Villalón.
Los dos hijos de Valentín Tejero, de 33 y 35 años de edad, no acogerán en su entorno a «un señor -por llamarle de alguna forma- que es capaz de cometer esas atrocidades. Ellos fueron criados por su madre y por sus abuelos y van a tener ningún contacto con él», insiste el portavoz de la familia.
Alta seguridad en Valladolid
El alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, afirmó ayer en relación a las excarcelaciones de los violadores Valentín Tejero y Pedro Luis Gallego, que han salido de la cárcel por la doctrina Parot, que no están empadronados en la ciudad y envió un mensaje de tranquilidad ante la alta seguridad en la capital.
El alcalde defendió que la seguridad en la ciudad es muy alta por la coordinación existente entre las policías nacional y municipal y aseguró que una mujer sola está más segura a las doce de la noche en la capital vallisoletana que en Madrid o en Barcelona.