
El crimen del expreso de Andalucía
- Clasificación: Asesino
- Características: Robo en un tren
- Número de víctimas: 2
- Fecha del crimen: 11 de abril de 1924
- Fecha de nacimiento: 1888
- Perfil de la víctima: Angel Ors Pérez, de 30 años, y Santos Lozano León, de 45 (oficiales ambulantes de correos)
- Método del crimen: Golpes con tenazas de marchamar - Arma de fuego
- Lugar: Toledo, España
- Estado: Ejecutado en el garrote vil el 9 de mayo de 1924
Ultima actualización: 6 de abril de 2015
El asalto al Expreso de Andalucía, bajo la dictadura del General Primo de Rivera, se llevó a cabo el 11 de abril de 1924, antes de llegar el tren a la localidad de Alcázar de San Juan. Dos empleados fueron asesinados en el vagón correo. Los autores fueron los miembros de una banda de señoritos tronera y jugadores de ventaja.
El primero de los culpables detenido por la policía fue José María Sánchez Navarrete, alias Pepe, «el Coronel», que era hijo, nada menos, que de un teniente coronel de la Guardia Civil. Además, José María Sánchez Navarrete era, lisa y llanamente, empleado de Correos y había servido como ambulante en el expreso de Andalucía y otros recorridos.
Este sujeto era un hombre de costumbres equivocadas. Era un jugador empedernido y en más de una ocasión se le había relacionado con el contrabando de tabaco, «negocio» que realizó aprovechando su puesto de ambulante del vagón correos en la línea Madrid-Málaga. Contaba treinta y seis años, parecía algo afeminado y gozaba de gran simpatía entre sus compañeros de profesión.
Como anécdota, se divulgó que había formado parte de la comisión que solicitó al director general de Comunicaciones la devolución de los cuerpos de don Santos Lozano León y don Ángel Ors Pérez a fin de que fueran enterrados en Madrid. Asimismo, colaboró en la colecta destinada a recoger fondos para los hijos de las víctimas. José María Sánchez Navarrete contribuyó con cien pesetas… ¡parte del botín obtenido en el tren expreso y que había costado la vida a sus dos compañeros!
Tras participar en el robo el viernes, Sánchez Navarrete se incorporó al trabajo el lunes, en la central de Cibeles. Era de los que con mayor fuerza condenaban el hecho. “¡Ni con la vida pagan los criminales!”, decía.
Finalmente descubierto, fue condenado a muerte. La noche antes de las ejecuciones otro de los condenados, Francisco de Dios Piqueras, recibió la visita del escritor Eduardo Zamacois quien al ver su actitud le dijo entregado: “Es usted uno de los hombres con más valor que he conocido”. Piqueras le contestó : “¿Y qué quiere que le haga?”
Sin embargo, Navarrete, al clarear el día 9 de mayo de 1924, se moría de miedo. Cuando se presentó el cortejo de la muerte, su abogado defensor, apenado por el espectáculo, le recriminó: “¡Hay que ser hombre, Navarrete!”.
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VÍDEO: LA HUELLA DEL CRIMEN – EL CRIMEN DEL EXPRESO DE ANDALUCÍA