
Joe Ball - El carnicero de Elmendorf - El hombre aligator - El Barba Azul de Texas
- Clasificación: Asesino en serie
- Características: Se deshacía de los cadáveres de sus víctimas dándoselos de comer a los caimanes
- Número de víctimas: 5 - 14 +
- Fecha del crimen: 1936 - 1938
- Fecha de detención: 24 de septiembre de 1938
- Fecha de nacimiento: 7 de enero de 1896
- Perfil de la víctima: Mujeres jóvenes
- Método del crimen: Arma de fuego
- Lugar: Elmendorf, Estados Unidos (Texas)
- Estado: Se suicidó el mismo día que fue detenido
Joe Ball
Última actualización: 3 de enero de 2016
De 45 años. Tejano. Propietario de la hostería de la Amistad y dedicado a la cría de caimanes. Era un hombre de intensa vida sexual que utilizaba a sus amantes (cuando comenzaba a cansarse de ellas), como alimento de sus cinco caimanes domesticados.
En septiembre de 1937 desapareció una de sus camareras, hecho que se repetía a menudo en la hostería. Hazel Brown, de 22 años, había dejado allí, como habían hecho inexplicablemente todas las anteriores, sus vestidos y objetos personales.
Su madre comunicó sus sospechas al sheriff de la localidad, John Klevenhagen, quien había recibido ya varios informes poco favorables sobre la hostería, mal llamada «de la Amistad».
Se decía que un vecino de Joe Ball, horrorizado de la violencia de este, había abandonado su hogar, trasladándose con su familia a otra región. Otro de sus vecinos, el policía Elton Cude, contaba que el estanque donde Ball tenía sus caimanes, situado casi en el lindero con su propiedad, despedía un olor pestilente y que al quejarse de ello al hostelero, este le amenazó con un revólver.
Cude determinó averiguar el motivo del hedor y algún tiempo después pudo llegar, sin ser visto, hasta el estanque y en un barril de lluvia que había junto al mismo, creyó ver flotando algo que le pareció ser trozos de carne. Cuando el sheriff le interrogó sobre esto, Joe Ball declaró que se trataba de la carne que compraba para sus caimanes, la cual había tirado allí porque se había estropeado.
La policía averiguó que Hazel Brown había abierto una cuenta en un banco pocos días antes de su desaparición y que desde entonces no había realizado ninguna operación. De la misma forma que Hazel, habían desaparecido muchas otras camareras de la hostería así como la segunda y la tercera mujer de Joe Ball.
Sometido a un largo interrogatorio, Ball declaró que no conocía el paradero de ninguna de dichas mujeres. Al volver a la hostería, creyendo erróneamente que una de sus leales sirvientas le había traicionado, Joe Ball se dirigió al mostrador, sacó de su escondite un revólver y se disparó un tiro, procedimiento que había utilizado seguramente para deshacerse de sus víctimas. El sheriff declaró más tarde que durante el interrogatorio Ball parecía muy abatido.
El antiguo vecino de Joe Ball que había abandonado la comarca, declaró entonces que una noche de 1936 había visto al hostelero descuartizar el cuerpo de una mujer y echar después los trozos a los caimanes: «…Me apuntó con su revólver… ; dijo que me dejaba marchar vivo porque tenía muchos hijos…»
Los cinco caimanes fueron enviados al parque zoológico de San Antonio.
Joe Ball, El Carnicero de Elmendorf
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Frank Ball llegó a Elmendorf, un pequeño pueblo al sudeste de San Antonio, Texas, alrededor de 1885. A través de un préstamo del banco local abrió una fábrica para procesar algodón y la llegada del tren, pocos años después, hizo prosperar su negocio volviéndolo rico. Frank se casó con Elizabeth, y acrecentó su fortuna haciendo negocios de bienes raíces, eventualmente abrió una gran tienda en el pueblo.
La familia Ball crió en total ocho hijos, Joseph D. Ball, su segundo hijo, nació el 7 de enero de 1896. La niñez de Joe Ball fue normal, pero era un niño de carácter retraído que disfrutaba más de la pesca y largas excursiones en solitario que de actividades con otros chicos. Siendo ya un adolescente adquirió pasión por las pistolas y solía pasar largas horas practicando el tiro, se sabe que llegó a ser un tirador muy habilidoso.
En 1917, cuando los Estados Unidos declaran la guerra a Alemania, Joe se alista y es enviado al frente poco después. No existen registros sobre su desempeño durante la guerra, pero sobrevive y en 1919 es dado de baja honorablemente y regresa a Elmendorf.
A su regreso trabaja durante algún tiempo con su padre, pero al parecer, los dos años en las trincheras le hacen difícil adaptarse a la vida civil y renuncia. Habiendo aprendido algo de negocios, se da cuenta que La Prohibición ha dado lugar a una gran demanda de licor ilegal por lo que decide dedicarse al contrabando y, a pesar de los riesgos (que parece disfrutar), se dedica a recorrer la región en su Ford modelo A vendiendo whisky.
A mediados de los años 20, Joe Ball contrata a un joven afroamericano llamado Clifton Wheeler para que le ayude en el negocio, un tipo inteligente y más bien taimado que pronto queda encargado del trabajo sucio. Se ha dicho que Clifton temía a Joe, ya que cuando este se emborrachaba se entretenía haciéndolo bailar disparando a sus pies.
Al finalizar La Prohibición, el negocio de Joe se vino abajo, pero, aprovechando sus conocimientos en el negocio del licor, decide abrir una cantina. Así es como, tras comprar un terreno a la orilla de la carretera a las afueras de Elmendorf, construye una taberna con dos habitaciones en la parte de atrás, y la bautiza con el nombre de Sociable Inn. El lugar no es más que una habitación grande con mesas y un piano en donde los parroquianos pueden beber y ocasionalmente disfrutar de una pelea de gallos.
Aun cuando el negocio parece ir bien, Joe Ball siente que debe de contar con alguna atracción que haga llegar más clientes así que construye, en la parte trasera de la taberna, un pequeño lago artificial rodeado con una reja de tres metros de altura en donde pone cinco caimanes vivos, uno grande y cuatro más pequeños. El éxito es inmediato y sus nuevas mascotas atraen a muchos nuevos clientes. Los sábados son especialmente concurridos ya que ese día Joe tiene un espectáculo especial que consiste en alimentar a los caimanes con algún mapache, perro, gato o cualquier otro animal vivo del que pueda echar mano.
Además de los caimanes, el éxito de la taberna está en que Joe Ball siempre se las arregla para contratar chicas jóvenes y guapas para atender a los parroquianos. Ninguna de las chicas parece quedarse demasiado tiempo, pero él siempre lo explica diciendo que son chicas que van de paso buscando la manera de hacer un poco de dinero rápidamente.
En 1934 Joe conoce a Minnie Gotthardt, una chica de 22 años de Seguin a quien apodan Big Minnie. A pesar de que ella no agrada a la mayoría de sus clientes, Joe Ball comienza una relación con ella y juntos atienden el Sociable Inn durante los siguientes tres años. Los problemas comienzan cuando Joe se enamora de una de sus meseras más jóvenes, Dolores Buddy Goodwin. Las cosas se complicaron aun más en 1937 cuando entra a trabajar a la taberna Hazel Schatzie Brown, una guapa chica de 22 años que de inmediato comienza a recibir las atenciones de Joe Ball.
En el verano de 1937 el problema de Joe se soluciona parcialmente al salir de escena Big Minnie; según explica a amigos y familiares de la mujer, Minnie decide dejar el pueblo tras dar a luz a un bebé de color. Algunos meses más tarde Joe Ball se casa con Dolores, a quién confía que no es verdad que Minnie huyera, según le cuenta, la verdad es que él la llevó a una playa cercana, le disparó en la cabeza y la enterró en la arena. Ella no le cree y el asunto no se vuelve a tratar entre ellos.
En enero de 1938 Dolores se ve envuelta en un accidente automovilístico que casi le cuesta la vida, como resultado le es amputado el brazo izquierdo. Rápidamente comienzan a correr rumores de que la verdad es que uno de los caimanes de Joe le había arrancado el brazo. Independientemente de cual haya sido la verdad, Dolores desapareció misteriosamente el siguiente abril y no demasiado tiempo después Hazel también.
Quizá las mujeres no fueran muy fieles a Joe Ball ni él a ellas, pero ese no era el caso con sus caimanes. Según se cuenta, cuando un vecino reclamó a Joe por el fuerte olor a carne podrida del alimento de sus mascotas, Joe tomó una escopeta y le sugirió que no se metiera en asuntos que no eran de su competencia a menos que quisiera terminar como alimento él mismo. El vecino decidió mudarse a otro pueblo.
El negocio de Joe parecía ir viento en popa no obstante la continua desaparición de sus ayudantes, pero a mediados de 1938 la familia de Minnie comenzó a hacer preguntas de nuevo al no poder localizarla a pesar de los esfuerzos de la oficina del sheriff del condado de Bexar. Como Joe Ball había sido su último amante y patrón conocido fue interrogado en varias ocasiones, sin embargo, sin evidencias de algún crimen, tuvieron que dejarlo en paz.
Algunos meses más tarde, los familiares de otra chica desaparecida, Julia Turner, de 23 años, acudieron a la policía. Como Julia también había sido empleada de Joe nuevamente la policía lo interrogó, él les dijo que al parecer la chica había tenido algunos problemas locales y había decidido marcharse del pueblo. Las investigaciones de la policía concluyeron que ella no había regresado al departamento que compartía con otra chica, su ropa y efectos personales aún estaban ahí, los investigadores regresaron a la taberna e interrogaron de nuevo a Joe Ball. Esta vez él «recordó» que la chica estaba realmente desesperada y él le había prestado quinientos dólares, ya que ella ni siquiera quería regresar a su departamento.
Durante los meses siguientes dos chicas más, empleadas de Joe Ball, desaparecieron. Los ayudantes del sheriff interrogaron a Joe durante horas, pero no lograron sacarlo de su postura: las chicas habían dejado el pueblo, él no sabía nada más. Al no tener alguna prueba contra él, de nuevo tuvieron que dejarlo ir.
El 23 de septiembre de 1938 la suerte de Joe comenzó a decaer. Un viejo vecino de Joe Ball declaró a la policía que lo había visto cortando pedazos de carne humana para alimentar a sus caimanes. Mientras la policía decidía que acción tomar, un méxico-americano pidió ayuda al alguacil del condado de Bexar, John Gray, acerca de un barril «con olor a muerto» que Joe había dejado tras el granero de su hermana. A la mañana siguiente los alguaciles John Gray y John Klevenhagen fueron a investigar, pero el barril había desaparecido. De nuevo decidieron visitar a Joe Ball.
Cuando Gray y Klevenhagen llegaron al Sociable Inn informaron a Ball que lo iban a llevar a San Antonio para interrogarlo, Joe accedió y pidió permiso para cerrar apropiadamente el establecimiento, ellos accedieron. Joe Ball tomó una cerveza y la dejó caer, se acercó a la caja registradora y oprimió la tecla «NO SALE» («Sin Venta»), cuando el cajón de la registradora se abrió tomó de él un revolver colt calibre 45 y tras colocárselo contra el pecho jaló del gatillo ante la impotencia de los agentes. El disparo fue mortal.
Alguaciles de toda la región convergieron en la taberna para la investigación. Tras encontrar carne en estado de putrefacción en el lago de los caimanes y un hacha cubierta con sangre y pelo desarrollaron la teoría de que Joe Ball descuartizaba a sus víctimas y alimentaba con ellas a sus mascotas.
Las investigaciones concluyeron que solamente Clifton Wheeler podría haber ayudado a Joe Ball en estas espeluznantes tareas, así que Wheeler fue detenido y llevado a San Antonio para su interrogatorio.
Al principio Wheeler negó tener conocimiento alguno de las acciones de Joe, pero tras todo un día de preguntas, finalmente aceptó colaborar. Explicó a los agentes que Hazel Brown, una de las chicas de Joe Ball se había enamorado de otro hombre y estaba planeando irse para comenzar una nueva vida. La noticia, y el que ella lo acusara de haber asesinado a Minnie, hicieron que Joe perdiera los estribos y la matara. Para poder corroborar el hecho le pidieron que les mostrara en donde estaba enterrado el cuerpo.
Al día siguiente, Wheeler los condujo a un sitio apartado, a unas tres millas de pueblo, cerca del río San Antonio. Ahí comenzó a cavar en un sitio en que la tierra estaba medio suelta y poco después descubrieron dos brazos, dos piernas y un torso en avanzado estado de putrefacción; cuando le preguntaron por la cabeza, él señaló los restos de una hoguera. Entre las cenizas se encontraron una mandíbula, algunos dientes y pedazos de un cráneo humano.
Wheeler les contó que una noche, tras haber estado bebiendo copiosamente, Joe le había ordenado traer algunas cobijas y una lata de alcohol, después habían recogido del granero de su hermana un barril de 55 galones y en el auto de Joe lo habían llevado hasta el río. Una vez ahí, Joe Ball lo había obligado, a punta de pistola, a cavar una fosa y cuando abrieron el barril dentro estaba el cadáver de Hazel. Siempre bajo amenazas, lo había obligado a ayudarlo a desmembrar el cadáver. Una vez enterrado Joe Ball arrojó la cabeza de Hazel a la fogata.
Cuando lo interrogaron sobre Minnie Gotthardt, dijo que Joe la había llevado a Ingleside, cerca de Corpus Cristi, donde después de beber en cantidad, le había pegado un balazo en la cabeza. Joe Ball la mató porque descubrió que estaba embarazada y no quería que esto interfiriera en su relación con Dolores. Ambos la enterraron en la arena.
El 14 de octubre de 1938 fue encontrado el cuerpo de Minnie donde Wheeler había dicho que estaría.
Cuando fue interrogado sobre la desaparición de las otras chicas negó saber algo al respecto. Wheeler se declaró culpable de complicidad bajo amenazas y fue condenado a dos años de prisión.
Entre las cosas que se encontraron en la taberna de Joe había un álbum con fotografías de docenas de mujeres, nunca se comprobó que Ball las hubiera conocido realmente, pero según el alguacil J. W. Davis podría ser la pista de varios otros asesinatos.
En cuanto a Dolores, fue localizada varios meses más tarde en California, adonde había huido para comenzar una nueva vida. También fue encontrada en Phoenix, Arizona, otra de las chicas supuestamente desaparecidas. Los caimanes de Joe Ball terminaron en el zoológico de San Antonio.
Las investigaciones concluyeron que la sangre y pelo encontrados en el hacha tomada de la taberna de Joe Ball no eran humanos, pero muchas de las chicas desaparecidas jamás fueron localizadas. En 1957, Dolores declaró en una entrevista con el periódico San Antonio Light que Joe Ball era un hombre dulce y cariñoso que jamás haría daño a nadie que no le obligara a ello, además dijo, que Joe había alimentado a sus caimanes con carne humana… La duda quedará por siempre…