
- Clasificación: Asesino en serie
- Características: Mutilación - Escuchaba voces en su cabeza que le insistían que un terremoto era inminente y sólo asesinando podría salvar California
- Número de víctimas: 11 - 13
- Fecha del crimen: 1972 - 1973
- Fecha de detención: 13 de febrero de 1973
- Fecha de nacimiento: 18 de abril de 1947
- Perfil de la víctima: Lawrence White, 55 / Mary Guilfoyle, 24 / Rev. Henri Tomei, 64 / James Gianera, 24 / Joan Gianera, 23 / Kathleen Prentiss, also known as Kathy Francis, 30 / David Hughes, 9 / Daemon Francis, 4 / Robert Spector, 18 / David Oliker, 18 / Brian Scott Card, 19 / Mark Dreibelbis, 19 / Fred Perez, 72
- Método del crimen: Golpes - Arma de fuego - Arma blanca
- Lugar: Santa Cruz, Estados Unidos (California)
- Estado: Condenado a cadena perpetua en agosto de 1973, con posibilidad de libertad condicional en 2025
Índice
Herbert Mullin
Wikipedia
Herbert William Mullin (n. 18 de abril de 1947) es un asesino en serie que cometió 13 asesinatos en California desde el 13 de octubre de 1972 hasta el 13 de febrero de 1973.
Infancia y niñez
Mullin nació un 18 de abril de 1947, en el aniversario del devastador terremoto de San Francisco, y nada en su infancia preveía su comportamiento posterior. Sus padres, Martín Mullin (héroe de la guerra y luego vendedor de muebles) y Jean, vivían cerca de la ciudad San Francisco, donde transcurrió la infancia de Herbert, un niño normal según todas las apariencias. Más tarde declaró que sus padres, especialmente su padre, le maltrataban. Estaba convencido de que enviaban amenazas telepáticas a los otros niños para que no jugaran con él.
Aunque nació en Salinas, California, fue criado en Santa Cruz. Su padre, un veterano de la Segunda Guerra Mundial, fue estricto pero no abusivo. A menudo contaba sus batallas en la guerra, y enseñó a su hijo cómo usar una pistola a una edad temprana. Mullin tenía muchos amigos en la escuela y fue elegido como «el que más probabilidades tenía de llegar al éxito» por sus compañeros de clase. Sin embargo, poco después de graduarse en secundaria, uno de sus mejores amigos murió en un accidente de coche, y Mullin quedó devastado. Construyó un santuario dedicado a su amigo fallecido en su dormitorio. Más tarde expresó su temor a ser homosexual, a pesar de que tenía una novia desde hacía mucho tiempo.
En 1969, a la edad de 21 años, Mullin permitió que su familia lo internara en un Hospital Psiquiátrico. En los siguientes años entraría en varias instituciones pero saldría por cuenta propia después de un corto período. Extinguía cigarrillos en su piel, intentó entrar a una congregación y fue expulsado de un apartamento después de golpear repetidamente el piso gritando a gente que no estaba ahí.
Muchos años después, un famoso analista criminal del FBI, Robert K. Ressler afirmaría que Mullin tenía Esquizofrenia Paranoide, manifestándose incluso desde su secundaria, esto además pudo haber sido acelerado por el consumo de cannabis, LSD y anfetaminas.
Durante los años setenta había problemas en Santa Cruz, California. El cierre de los hospitales psiquiátricos decretado por el entonces gobernador Ronald Reagan, lanzó a los pacientes a un mundo que no los admitía. Sin duda, el caso más famoso de esta epidemia de asesinos fue el de Ed Kemper, “El Cazador de Cabezas”, quien cobró el mayor número de víctimas, su madre incluida.
Ola de Asesinatos
En 1972, Mullin tenía 25 años y regresó con sus padres a Santa Cruz. Para entonces escuchaba voces en su cabeza que le insistían que un terremoto era inminente y sólo asesinando podría salvar California. El cumpleaños de Mullin era el 18 de Abril, día del aniversario del Terremoto de San Francisco de 1906, lo que para él era muy significativo.
Mullin creía que la guerra en Vietnam producía suficientes muertes de norteamericanos para detener los terremotos como fuente de sacrificios para la naturaleza, pero con el final de la guerra a finales de 1972, él necesitaba comenzar a matar gente para mantener lejos el terremoto.
El 13 de Octubre de 1972, Mullin golpeó un vagabundo hasta matarlo con un bate de baseball. El hombre, de 55 años, hacía autoestop y Mullin lo derribó después de engañarlo para que observara el motor del auto. Mullin después describiría a su victima como el personaje bíblico de Jonás, y que él le mandó un mensaje telepático diciendo: «Levántame y lánzame al rio. Mátame para que otros puedan ser salvados.» El cuerpo del hombre fue encontrado al día siguiente.
La siguiente victima sería Mary Guilfoyle, de 24 años, a quien Mullin también recogió haciendo autoestop. La apuñaló hasta la muerte mientras conducía. Más tarde, lanzó su cuerpo en el bosque al lado de un camino y le abrió el estómago. Entonces enrolló sus intestinos en ramas de árboles para examinar buscando «contaminación». Cuando el cuerpo de Guilfoyle fue encontrado, se pensó erróneamente que era victima de Edmund Kemper, otro asesino en serie que operaba en aquella área. Debido a que su esqueleto fue encontrado después de varios meses, la policía no relacionó los asesinatos, a pesar de que ella fue asesinada sólo 2 semanas después de la primera víctima.
Sólo cuatro días después, un jueves de Noviembre, Mullin tomó a su tercera victima cuando iba a confesar sus pecados. En un estado de delirio, él creyó que el padre, Henri Tomei, quería ofrecerse para ser su próximo sacrificio para mantener lejos los terremotos. Le golpeó, pateó y acuchilló. El padre Tomei se desangró hasta morir en el confesionario y un feligrés vio a Mullin salir corriendo. La descripción del testigo no ayudó a la policía.
Después de eso, Mullin decidió enlistarse a la Marina, y pasó los exámenes físicos y psicométricos. De cualquier modo, le fue negado el ingreso cuando se encontró que tenía un número de arrestos menores por su actitud bizarra y anarquista en el pasado. Este rechazo alimentó los delirios paranoicos de conspiraciones de Mullin, creyendo que detrás del rechazo se encontraba un poderoso grupo de hippies.
Para Enero de 1973, Mullin dejó de tomar drogas, culpándolas por sus problemas. Mullin compró varias armas y decidió matar a Jim Gianera, un amigo de la escuela secundaria que le vendió marihuana. Cuando Mullin llegó a casa de Gianera el 25 de Enero de 1973, su viejo amigo se había mudado. La casa ahora estaba ocupada por Kathy Francis, y ella le dio la nueva dirección de Gianera. Allí, Mullin mató a Gianera y a su esposa disparándoles en la cabeza, tras lo cual acuchilló sus cuerpos repetidamente. Mullin regresó a la casa de Francis y la mató juntó con sus dos hijos de 4 y 9 años.
Debido a que el marido de Francis, que siempre estaba fuera, era un traficante de drogas, las 5 muertes fueron relacionadas al narcotráfico. Después los fiscales argumentarían que la muerte de Kathy Francis eliminaba el argumento de que Mullin no era culpable por razones de locura, pues él la asesinó para evitar testigos que lo relacionaran con el asesinato de los Gianera. Un agente del FBI documentó que Mullin había asesinado primero a la familia de Francis y después ejecutado a los Gianera.
Un mes después, en Febrero de 1973, Mullin caminaba en el Parque Estatal «Henry Cowell Redwoods» donde observó a 4 jóvenes acampando. Caminó hacia ellos, entró en una pequeña conversación y fingió ser guardabosque. Les ordenó irse porque estaban «contaminando» el bosque, pero ellos se negaron. Entonces les dijo que regresaría al día siguiente. Los niños, armados con rifles de calibre 22, no le tomaron en serio. Mullin regresó y les disparó, matándolos y dejando sus cuerpos, que fueron encontrados una semana después.
La última víctima fue 3 días más tarde, el 13 de Febrero. Mullin conducía solo cuando pasó juntó a un anciano hispano que cortaba su césped. Sin razón aparente, dio la vuelta, paró el coche y apoyándose sobre el capó del coche para apuntar disparó, matándolo instantáneamente. Regresó a su auto y continuó conduciendo «tranquilamente». Era en pleno día y había un gran número de testigos, uno de ellos dio a la policía la matrícula del auto. Un «dócil» Mullin fue capturado unos minutos después.
Víctimas (edad/fecha del asesinato)
Lawrence White (55 años, 13 de Octubre de 1972.)
Mary Guilfoyle (24 años, 24 de Octubre de 1972.)
Fr Henri Tomei (65 años, 2 de Noviembre de 1972.)
Jim Ralph Gianera (25 años, 25 de Enero de 1973.)
Joan Gianera (21 años, 25 de Enero de 1973.)
Kathy Francis (29 años, 25 de Enero de 1973.)
Daemon Francis (4 años, 25 de Enero de 1973. )
David Hughes (9 años, 25 de Enero de 1973.)
David Allan Oliker (18 años, 6 de Febrero de 1973.)
Robert Michael Spector (18 años, 6 de Febrero de 1973.)
Brian Scott Card (19 años, 6 de Febrero de 1973.)
Mark John Dreibelbis (15 años, 6 de Febrero de 1973.)
Fred Perez (72 años, 13 de Febrero de 1973.)
Encarcelamiento
En custodia, Mullin confesó sus crímenes y dijo que las voces en su cabeza le habían pedido que matara para prevenir un terremoto. Afirmaba que la razón de que no hubiera habido algún terremoto últimamente se debía a sus actos.
El fiscal del distrito del condado de Santa Cruz consideró a Mullin responsable de 10 asesinatos (no fue condenado por los 3 primeros asesinatos) y su juicio se inició el 30 de julio de 1973. Mullin admitió todos los crímenes y el juicio se centró en determinar si estaba cuerdo y era responsable de estas acciones.
El hecho de cubrir su rastro y de mostrar premeditación en algunos de sus crímenes fue resaltado por el fiscal Christopher Cottle, mientras que la defensa argumentaba que el acusado tenía un historial de enfermedades psiquiátricas, y muchos creían que sufría esquizofrenia paranoide. El 19 de agosto del 73 se declaró a Mullin culpable de asesinato en primer grado en los casos de Jim Gianera y Kathy Francis por ser premeditados, mientras que los 8 restantes fueron declarados como asesinatos en segundo grado al ser asesinatos impulsivos.
Fue sentenciado a cadena perpetua. Está encarcelado en la prisión estatal de Mule Creek, en Ione, California.
Herbert Mullin, el hippie que mataba para evitar un terremoto
Telegrafo.com.ec
27 de septiembre de 2013
Con los antecedentes del gran terremoto sucedido en San Francisco en 1906, este sujeto afirmaba haber sido llamado por Dios para impedir otro desastre a través de sacrificios humanos.
“Mátame para que otros puedan salvarse”… tras escuchar esta supuesta orden en su cabeza, Herbert Mullin procedió a golpear salvajemente con un bate de béisbol a un hombre indigente de 55 años, quien vivía en las calles de Santa Cruz, Estado de California (Estados Unidos). El asesino estaba totalmente drogado. Tenía un festival psicodélico en su mente.
Así, aquella noche del 13 de octubre de 1972, Mullin alucinó que aquel vagabundo le pidiera telepáticamente que lo asesinara y de inmediato procedió a cumplir ese supuesto deseo.
Se sentía el elegido. Decía que Dios lo había escogido con el propósito de salvar a la ciudad de San Francisco de otro gran terremoto, como el sucedido el 18 de abril de 1947. Justamente el 18 de abril de 1947 nació Mullin.
Afirmaba que había nacido en esa fecha por algo especial y que él debía ser quien impidiera que otra catástrofe acabara con la vida de miles de personas. Irónicamente, otras debían morir como sacrificio.
Y así empezó su etapa de asesino en serie, la que solo duró cuatro meses, pero en los que asesinó a 13 personas de entre 4 y 72 años, incluido un sacerdote católico.
Un líder muy popular y con un futuro exitoso
Herbert nació en Salinas, California, pero luego su familia se mudó a la localidad cercana de Santa Cruz, en el mismo Estado.
Las reglas no faltaron en su niñez. Su padre, Martin Mullin, fue un veterano de la Segunda Guerra Mundial; y su madre, una mujer refinada que inculcó en sus hijos las normas de buenos modales. Bajo la sombra de su padre, Herbert siempre vivió fascinado por el mundo militar.
Siendo un chico modelo para muchos, Herbert se sentía más especial que el resto. Cuando cumplió 8 años, el 18 de abril de 1955, el mundo de la ciencia se vio consternado ante la muerte de Albert Einstein. Esa fue una razón más para que aquel niño ejemplar se sintiera más especial.
En la secundaria fue presidente del consejo estudiantil y ganó una encuesta realizada en el colegio como la persona que tenía mayor potencial de ser alguien exitoso.
Un accidente que cambió su vida por completo
Aquel muchacho se quebrantó cuando su mejor amigo, Dean, falleció en un accidente automovilístico poco después de haber salido del colegio.
Sus aires de grandeza y aquel sentimiento de superioridad se potenciaron con ese duro golpe. En aquella época, 1965, Mullin empezó a delinquir. Eran los tiempos de la guerra de Vietnam, en los que la revuelta hippie se apoderó de los Estados Unidos en protesta por el conflicto bélico en el país asiático.
El pensamiento de que era el elegido por Dios para salvar a San Francisco de un terremoto a través de sacrificios humanos, persistía en la mente de Mullin.
Pero no cometía ningún asesinato, ya que consideraba que las muertes sucedidas en Vietnam eran suficientes. Así se abstuvo de matar a alguien hasta el 13 octubre de 1972, cuando le quitó la vida al vagabundo con el bate de béisbol.
Dos semanas después, mientras iba por la carretera, detuvo su auto para recoger a una muchacha que hacia auto-stop. Cuando estuvieron en un lugar desierto, el hombre la apuñaló hasta matarla.
Según su confesión tras ser atrapado, Mullin indicó que la chica le pidió telepáticamente que la asesinara. Luego, el 2 de noviembre, sintió que era una fecha especial para confesarse ante un sacerdote, ya que era el Día de los Muertos.
Le pidió al cura católico Henri Tomei que intercediera por él para dejar las drogas. Le contó sobre sus crímenes y mientras hablaba escuchó una voz en su interior que le decía: “Mata, será el sacrificio perfecto por la humanidad”. Golpeó al clérigo y lo asesinó.
Se abstuvo de quitarle la vida a alguien durante diciembre, ya que eran las fiestas de Navidad. Cansado de su drogadicción, sentía que debía matar a quien lo inició en ese mundo: Jim Gianera.
Lo fue a buscar a su casa, pero el hombre ya no vivía ahí, ahora estaban Kathy Francis y su hijo Daemon. La mujer le dio información de la nueva casa de Jim y de inmediato Mullin lo fue a buscar. Una vez frente a quien le ofreció droga por primera vez, le disparó, luego siguieron su esposa y su hijo.
Tras este crimen, Herbert regresó a la casa de Kathy Francis y la eliminó, al igual que a su hijo, para no dejar cabos sueltos. Luego siguió matando personas en sacrificio para evitar un terremoto.
Debido a su cautela, no dejaba huellas. Además, en aquellos días, Edmund Kemper, un asesino en serie, ya identificado por las autoridades, tenía como rango de acción la misma zona, por lo que en principio los crímenes de Mullin le fueron adjudicados a él.
El 13 de febrero de 1973, agobiado por el sentimiento de culpa, determinó poner fin a su macabra actividad mediante un asesinato público. Cuando iba en su auto, por un vecindario cerca de su casa, detuvo la marcha y le disparó a Fred Pérez, de 72 años. Fue detenido por la Policía a pocas cuadras de distancia y de inmediato confesó todos sus crímenes.
Actualmente cumple cadena perpetua en la prisión estatal de Mule Creek, en Ione, California.