Günter Hermann Ewen

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Günter Ewen
  • Clasificación: Asesino en masa
  • Características: Venganza
  • Número de víctimas: 5
  • Fecha del crimen: 15 de mayo de 1999
  • Fecha de nacimiento: 1963
  • Perfil de la víctima: 4 hombres y 1 mujer
  • Método del crimen: Arma de fuego
  • Lugar: Varias, Alemania, Francia
  • Estado: Se suicida en un hotel de Luxemburgo el 18 de mayo de 1999
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Günter Ewen – El asesino de cinco personas «burla» a la policía francesa

Roberto Montoya – El Mundo

18 de mayo de 1999

Guenter Hermann Ewen sigue su huida hacia ninguna parte. El criminal alemán mató el domingo a cuatro personas en su país, cruzó la frontera hacia Francia y asesinó a otra, pero ahora se enfrenta a cientos de policías y gendarmes que lo persiguen día y noche.

El domingo, las fuerzas de seguridad francesas estaban convencidas de tenerlo cercado en un cuartel abandonado a tres kilómetros de la pequeña localidad termal de Sierck-les-Bains -noreste de Francia- y no dudaban de que caería en cuestión de horas. El último vehículo que robó para huir de la persecución policial, un Peugeot 106 verde, apareció abandonado en ese lugar, cerca del domicilio de su última víctima.

Sin embargo, la policía reconocía horas después que el individuo había logrado escapar del cerco y seguía su fuga, pertrechado con dos armas cortas de grueso calibre -un mágnum 357 y una pistola de nueve milímetros-. Algunos testigos sostienen que, en la discoteca de la localidad alemana de Dillingen donde comenzó el domingo su carnicería, Günter Ewen disparaba con un arma en cada mano.

La persecución

«Le hemos perdido el rastro en el bosque cercano a Sierck», declaró en la mañana de ayer Jean-Michel Civardi, comandante de la Gendarmería de Thionville. Los policías, provistos de armas largas y chalecos antibalas, rastreaban al cierre de esta edición una amplia área cercana, donde perdieron la pista del asesino.

Las Fuerzas de Seguridad cuentan con perros especialmente adiestrados en persecuciones y con el apoyo de helicópteros, miembros de la policía motorizada y agentes que se desplazan en todoterreno. Los objetivos principales de los registros eran las numerosas granjas aisladas que existen en la región, las grutas y los bosques.

«Ignoramos si se está moviendo a pie o en coche», reconoció el comandante Civardi, «y de lo único que estamos seguros es que desde el domingo no se ha denunciado ninguna agresión ni robo de automóvil en toda la región.»

El hecho de que la zona sea poco habitada está impidiendo que haya testigos. «Hemos recibido cientos de llamadas telefónicas de gente de la zona», dijo el oficial, «y estamos intentando verificarlas todas, para ver si alguna es realmente una pista buena».

La gendarmería y la policía han divulgado la foto del presunto asesino y sus virtudes: un delincuente común alemán, con un importante currículo de robos y agresiones a mano armada, corpulento -1,86 metros de altura-, con el cabello entre rubio y pelirrojo.

Günter Ewen inició un tiroteo en la noche del sábado al domingo en la discoteca Xanadú de la ciudad de Dillingen (oeste de Alemania), en el que murieron dos personas y otras ocho resultaron heridas leves. La Fiscalía regional no puede confirmar si se trató de asesinatos intencionados o si las víctimas fueron alcanzadas por equivocación.

Pocos minutos más tarde, el presunto asesino irrumpió en el domicilio de una pareja anglofrancesa, a la que al parecer conocía, y disparó mortalmente contra ellos y contra la hija de ambos, quien, pese a las heridas de gravedad, pudo llamar a la policía.

Estos asesinatos fueron, según la Fiscalía, una venganza, ya que uno de los miembros de la pareja, el francés Josef Pattar, trabajaba desde hace años como confidente de la policía y había declarado contra Günter Ewen el pasado año.

El presunto asesino logró llegar con el automóvil de su hermana hasta la localidad francesa de Sierck-les-Bains, donde supuestamente disparó contra su última víctima mortal.


El asesino múltiple alemán se suicida

Roberto Montoya – El Mundo

19 de mayo de 1999

Guenter Ewen, el asesino múltiple alemán que había logrado romper el cerco policial el domingo pasado tras matar a cinco personas en su país y en Francia, terminó su desesperada huida descerrajándose en la sien una de las mortíferas balas de su revólver 357 Magnum. Se mató en la habitación del pequeño hotel familiar Mon Plaisir (Mi Placer), en las afueras de Luxemburgo.

Günter Ewen, quien después de matar a cuatro personas en Alemania en la madrugada del domingo, logró pasar a Francia y mató a una quinta, pudo volver a atravesar la frontera, esta vez hacia Luxemburgo, a pesar del gigantesco dispositivo policial germano-francés-luxemburgués lanzado en su búsqueda.

Creyendo posiblemente estar a salvo en un tercer país, Günter Ewen tomó una habitación en el primer piso del Mon Plaisir, situado en Strassen, en la periferia de Luxemburgo y cerca de un acceso a la carretera que conduce a un cuarto país, Bélgica, a donde se sospecha que pretendía viajar.

Pero Günter Ewen, que tuvo la sagacidad necesaria para escapar de los cientos de gendarmes, con perros y helicópteros que le pisaban los talones, se había hecho demasiado famoso. Su foto y sus datos habían sido ampliamente difundidos por los medios de comunicación de los tres países cerca de cuyas fronteras se movía: Alemania, Francia y Luxemburgo.

El portero del hotel lo reconoció inmediatamente cuando lo vio llegar nervioso, agotado, a pie y sin equipaje alguno. «Se me ha estropeado el automóvil», explicó. El prófugo se negó a rellenar la ficha de registro del hotel y advirtió: «Bajo ningún concepto quiero ser molestado». Pero su exigencia no fue tenida en cuenta, y Günter Ewen fue molestado, aunque no por una camarera, sino por docenas de policías luxemburgueses.

El portero se dio cuenta inmediatamente de que se trataba del individuo que se buscaba desde el domingo y de inmediato llamó a la policía.

Sin tener todavía certeza de si esta no sería una más de las numerosas personas que desde el domingo decían haber visto al asesino múltiple, pero al mismo tiempo conscientes de la peligrosidad del prófugo, una veintena de agentes fuertemente armados, con chalecos antibalas, apoyados por tiradores de elite desde los techos de edificios cercanos, rodearon el hotel y cortaron el tráfico en las inmediaciones.

La habitación daba a la calle y estaba en el primer piso, por lo que se temía una huida desesperada a tiros.

Al parecer, Günter Ewen, que estaba desnudo para darse una ducha, vio algún movimiento sospechoso por la ventana de su habitación, pues cuando la policía llamó a su puerta ya había levantado una barricada tras ella. A pesar de ello, los agentes lograron forzar la puerta, arrojando al interior varias granadas paralizantes.

Fue en ese momento cuando Günter Ewen comprendió que todo era inútil, que ya era imposible escapar o defenderse, y se pegó un tiro -una versión asegura que con la última bala que quedaba en el tambor de su Magnum- en la sien derecha.

Cerco policial

Los jefes policiales de los tres países afectados en la persecución de Guenter Ewen no eran capaces de explicar cómo el prófugo logró romper el cerco tendido en la zona de Sierck-les-Bains, en la Lorena francesa, y pudo atravesar la frontera y llegar a Strassen, en los suburbios de Luxemburgo, a más de 40 kilómetros de distancia.

Guenter Ewen era un viejo conocido de la Justicia alemana, que lo consideraba un hombre «extremadamente peligroso».

Condenado a cinco años y medio de prisión por una violación y tentativas de otras violaciones, fue liberado en octubre de 1996, después de haber purgado los dos tercios de su pena, como es habitual en Alemania.

«Le habíamos hecho todo tipo de pruebas psicológicas y tomado las precauciones habituales antes de liberarlo», dijo en conferencia de prensa el portavoz del Tribunal de Sarrebruck (suroeste de Alemania), quien sostuvo que «en ese momento nada nos decía que fuera tan peligroso».

Sin embargo, dos años más tarde, Günter Ewen fue de nuevo procesado en su país, en este caso acusado de cuatro robos a mano armada. Ante la falta de pruebas, Ewen fue liberado. El principal testigo de cargo que hubo contra él era una de las dos personas que asesinó en Alemania, después de matar a otras dos en una discoteca y antes de atravesar la frontera y matar una quinta en Francia.

Pánico en Sierck-les-Bains

Tras conocerse en la tarde de ayer el suicidio de Guenter Ewen -inicialmente se dijo erróneamente que habría resultado muerto por disparos de la policía-, los 2.000 habitantes de la pequeña Sierck-les-Bains volvieron a la rutina.

«Es un enorme alivio para la población», dijo ayer en rueda de prensa el alcalde de la comuna, Jean-Marie Blanchet, en compañía del teniente coronel Georges Carbonne.

Desde que el domingo pasado Günter Ewen arrebató violentamente en esa zona el automóvil a una mujer y mató a tiros a un bombero, todos los indicios parecían demostrar que el prófugo se encontraba en las inmediaciones. El último coche robado había sido encontrado a tres kilómetros de este pueblo, frente a un cuartel abandonado.

En cuestión de horas toda la zona se vio alterada con la presencia de policías y gendarmes con perros adiestrados, apoyados por helicópteros, que comenzaron un minucioso rastreo.

El hecho de que no se hubiera producido la denuncia de robo de ningún automóvil en la zona parecía confirmar que el prófugo se encontraba en alguna de las grutas, granero o granja abandonada de los alrededores.

Los habitantes de Sierck-les-Bains cerraban como nunca habían hecho las puertas y ventanas de sus casas, salían a la calle lo mínimo imprescindible y, en la medida de lo posible, en grupo, los niños ya no jugaban en la calle, las salidas del pueblo se reducían a las impostergables y las compras se dejaban para otro día. Para hoy.

 

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