
- Clasificación: Asesina
- Características: Infanticidio - Confesó que mató a los niños debido a su incapacidad para pagar las facturas y por temor al rechazo de su pareja sentimental, quien reconoció sus amenazas
- Número de víctimas: 4
- Fecha del crimen: 2000 - 2005
- Fecha de detención: Junio de 2005
- Fecha de nacimiento: 1972
- Perfil de la víctima: Sus hijos recién nacidos
- Método del crimen: Desconocido - Introdujo a dos de sus bebés en un congelador y sepultó a los otros dos en cubos llenos de cemento
- Lugar: Graz, Austria
- Estado: Condenada a cadena perpetua por tres cargos de asesinato el 31 de marzo de 2006. Los expertos dijeron que no podían descartar que alguno de los bebés hubiera nacido muerto
Infantes en conserva
José Luis Durán King – Operamundi-magazine.com
8 de diciembre de 2013
El 3 de junio de 2005, un adolescente bajó al sótano de un complejo departamental en Austria. En la penumbra distinguió un envoltorio que tenía la apariencia de un bebé. Las autoridades encontraron cuatro cuerpos de infantes, envueltos en plástico y refrigerados.
Además de la belleza de sus palacios y jardines, Austria destaca por ser una de las ciudades más tranquilas de Europa y del orbe. Sus saldos rojos de fin de semana tienen que ver más con riñas de bar o accidentes en esquíes (en temporada invernal), que con enfrentamientos con armas de alto poder, secuestros o narcotráfico.
Sin embargo, en los años 70 del siglo pasado, en 1974 para precisar, Johann Jack Unterweger escandalizó a sus paisanos al ser convicto por el asesinato de prostitutas en varios países. La presión internacional por parte de intelectuales y políticos -que ponían al hombre como un ejemplo de rehabilitación- rindió frutos, y fue puesto en libertad en 1990.
Lo que Unterweger había comenzado en prisión lo consolidó fuera de ella: convertirse en periodista y, con base en esto, en una celebridad de mediana rutilancia. Escribió libros y era uno de los reporteros asignados por su diario a cubrir una ola de homicidios en Austria. Unterweger daba en cada nota un reporte tan preciso que parecía que él era el asesino de mujeres… Y lo era.
Después de 11 homicidios en su nueva época, es decir, tras de salir de prisión, Unterweger fue señalado nuevamente como posible sospechoso, hasta que fue arrestado el 27 de febrero de 1992 en Miami, Florida. Incapaz de lidiar con la idea de regresar a una celda, el carismático individuo decidió colgarse en su celda el 29 de junios de 1994.
Un caso más reciente también puso los pelos de punta a los habitantes de la apacible Austria. En esta ocasión, una mujer fue la protagonista.
El 3 de junio de 2005, un adolescente bajó al sótano común de un complejo departamental al sur de Austria. Iba por un poco de hielo. Pese a la penumbra distinguió un envoltorio que tenía la apariencia de un bebé. Subió con su familia, y ésta alertó a la policía. Las autoridades encontraron dos cuerpos de infantes, envueltos en bolsas de plástico y refrigerados. En el transcurso de la semana, los agentes, con la ayuda de los perros, dieron con dos cuerpos más, metidos en cubetas de plástico, recipientes que fueron rellenados con cemento.
No se necesitó mucha investigación para dar con la presunta culpable de los crímenes: Gertraud Arzberger, bibliotecaria, de 38 años, quien llevaba viviendo en el condominio aproximadamente un lustro. En ese lapso, los vecinos la vieron embarazada en igual número de veces, aunque ignoraban qué había sucedido con los menores. El novio, de Gertraud, un hombre de 39 años llamado Johannes Genser, también fue detenido, aunque el individuo quiso deslindarse de cualquier participación en los hechos, al decir que nunca supo que su pareja haya estado embarazada.
Sin embargo, resulta que Johannes era casado, eso sí, pero andaba con Gertraud desde hacía ocho años atrás. De hecho, tres de los infantes hallados fueron procreados por Genser.
La mujer declaró que se tuvo que deshacer de sus hijos porque no pudo pagar los gastos derivados de su manutención, aunque al parecer el motivo verdadero es que Johannes Genser puso en claro desde un principio de la relación que no quería niños de por medio.
Aunque no se pudo determinar con exactitud la causa de la muerte de los menores se supo que estaban vivos cuando fueron colocados en las bolsas de plástico y en las cubetas.
Gertraud Arzberger fue condenada a prisión de por vida y su novio a 15 años. Al salir de la Corte, Johannes Genser vio a su amante-cómplice, volteó hacia el juez y preguntó que si podía pedir la mano de su amada. El magistrado, sin perder la serenidad, simplemente negó esa posibilidad.