
El Maníaco del Parque
- Clasificación: Asesino en serie
- Características: Tortura - Violación
- Número de víctimas: 11
- Fecha del crimen: 1997 - 1998
- Fecha de detención: 4 de agosto de 1998
- Fecha de nacimiento: 29 de noviembre de 1967
- Perfil de la víctima: Mujeres jóvenes
- Método del crimen: Estrangulamiento
- Lugar: São Paulo, Brasil
- Estado: Condenado a 268 años de prisión
Índice
Detienen a un hombre acusado de matar y violar a 8 jóvenes
Clarin.com
6 de agosto de 1998
Francisco de Assis Pereira, un sospechoso de haber matado a 8 mujeres después de violarlas en un parque de las afueras de esta ciudad [São Paulo], fue detenido ayer al volver de la Argentina. Su búsqueda duró 23 días, con pedidos de captura a Interpol, fotos publicadas en los diarios, la tevé de todo Brasil y la Internet. Se supo que el acusado huyó hacia Asunción, Paraguay, y después se refugió unos días en Buenos Aires, sin que los controles en la frontera de los tres países lograran apresarlo.
El caso de Francisco de Assis, un paulista de 30 años, ya figura en las crónicas policiales brasileñas como el de uno de los peores psicópatas. La pista que condujo al hombre -que trabaja como mensajero con una moto- la dieron otras siete mujeres atacadas por el maníaco y que, por casualidad, lograron salvarse.
Asesino serial
En todos los casos, el acusado actuó de de la forma característica de los asesinos en serie. Es decir: repetía su conducta. Encontraba a sus víctimas en supermercados o paradas de ómnibus y se presentaba como el caza-talentos que descubre bellezas para agencias de modelos. Con el pretexto de sacarles fotos, las llevaba al Parque del Estado, en el Gran San Pablo, y allí las violaba y ahorcaba con una soga.
Los cuerpos de las ocho asesinadas (el último, descubierto hace dos días) fueron hallados de a dos, en un radio de 200 metros. El parque es un gran espacio entre San Pablo y el municipio de Diadema.
Una de las jóvenes que sobrevivió (por seguridad no se difunde su nombre), contó a la policía que Francisco la abordó en una avenida de San Bernardo del Campo (municipio del Gran San Pablo).
«Era muy gentil y educado; me prometió ganar mucho dinero», contó la chica de 22 años, según un testimonio recogido por el diario Folha de Sao Paulo. Fingiéndose muerta, fue dejada por el asesino.
Los crímenes de El maníaco del parque, como lo bautizó la prensa, se conocieron a principios de julio, cuando la policía halló 4 cadáveres de chicas desnudas. Una investigación más a fondo permitió descubrir los cuatro cuerpos restantes. En todos los casos, se trataba de jóvenes cuyas desapariciones habían sido denunciadas por sus familias.
De Assis fue detenido por casualidad en Itaquí, en la frontera entre Brasil y Argentina, a 730 kilómetros de Porto Alegre. Después de cruzar el río Uruguay que marca el límite entre los dos países, el joven pidió alojamiento en la casa de un pescador de la zona, Joao Carlos Dorneles Vilaverde. El pescador, que había seguido el caso por tevé, llamó a la policía.
Assis Pereira fue trasladado a San Pablo con grandes medidas de seguridad: la policía temía que la gente quisiera matarlo. Ayer a la tarde, habló con los periodistas. Negó ser el asesino, pero contó una historia poco creíble.
«Fui a la Argentina como turista para patinar, para cumplir el sueño de participar allí en torneos. No estaba huyendo. Ni siquiera sabía que la Policía me buscaba», declaró.
Dijo, también, que había pasado sin ninguna dificultad por varias barreras policiales antes de llegar a territorio argentino, viajando con sus propios documentos. Admitió que conocía a una de las chicas -Selma Ferreira Queiróz, de 18 años- cuyo cadáver fue descubierto en el parque.
«Fui novio de ella y, cuando desapareció, fui tres veces al Departamento de Homicidios de la policía. Eso ocurrió hace unos meses y después no supe nada más».
El perfil de Francisco, según su familia, es el de un hombre normal. Le gustaba patinar y participaba de torneos en este deporte, en los que ganó varias medallas.
Entre los ex amores del presunto criminal figura un travesti: Tahyná Rodrígues. En su declaración, Tahyná dijo que convivió con Francisco durante un año y que, en ese tiempo, sufrió varias palizas.
El asesino del parque; Francisco de Assis Pereira
Natacha Díaz Pérez – Ratonascoloradas.blogspot.com.es
Francisco de Assis Pereira, asesinó a 11 mujeres después de violarlas en un parque de las afueras de la ciudad de San Pablo, Brasil.
Su modus operandi era exacto en todos los casos. Encontraba a sus víctimas en supermercados o paradas de ómnibus y se presentaba como el caza-talentos que descubre bellezas para agencias de modelos. Con el pretexto de sacarles fotos, las llevaba al Parque del Estado, en el Gran San Pablo, y allí las violaba y ahorcaba con una soga. Los cuerpos de ocho mujeres asesinadas fueron hallados de a dos, en un radio de 200 metros.
El caso de Francisco de Assis ya figura en las crónicas policiales brasileñas como el de uno de los peores psicópatas de la historia de este país latinoamericano. Los primeros datos de este asesino lo aportaron los peritos cuando el cuerpo de una de las víctimas presentaba una mordida. Entonces los peritos odontológicos pudieron reproducir la mandíbula de la persona que la había mordido y también la contextura ósea de su cara. La pista que condujo al hombre -que trabajaba como mensajero con una moto- la dieron otras siete mujeres atacadas por el maníaco y que, por casualidad, lograron salvarse.
Con los datos que aportaron estas víctimas se pudo realizar un retrato robot de Francisco de Assis Pereira y se reprodujo en todos los medios de difusión. Su búsqueda duró 23 días, hasta que fue detenido por casualidad en Itaquí, en la frontera entre Brasil y Argentina, a 730 kilómetros de Porto Alegre.
Después de cruzar el río Uruguay que marca el límite entre los dos países, el joven pidió alojamiento en la casa de un pescador de la zona, Joao Carlos Dorneles Vilaverde. El pescador que, había seguido el caso por televisión, llamó a la policía y fue detenido.
Otra de las partes importantes de la historia de Francisco de Assis Pereira fue su juicio, ya que los abogados defensores insistían en que era un psicópata que no tenía noción de los hechos que había realizado. Entonces el fiscal tuvo que demostrar por medio de peritos nacionales y extranjeros que Francisco de Assis era plenamente consciente de sus actos y que debía recibir la pena máxima.
Después de varios juicios se comprobó que este asesino serial era conciente de sus actos y se le dio la pena de 270 años de prisión por los crímenes de 11 mujeres, de los cuales sólo 9 cuerpos fueron encontrados. La primera víctima de este depredador fue durante el primer semestre de 1997 y la última en febrero de 1998. Recién el 4 de agosto de 1998 fue detenido en la ciudad de Itaqui.
Algunas victimas:
- Elisângela Francisco da Silva (21), su cuerpo fue hallado el 28 de julio de 1997.
- Raquel Mota Rodrigues (23), su cuerpo fue hallado el 16 de enero de 1998.
- Selma Ferreira Queiroz (-18), fue hallada el 3 de julio de 1998.
- Patrícia Gonçalves Marinho (24), hallada el 28 de julio de 1998.
Cómo única explicación argumentó que «eran chicas estúpidas y crédulas y al irse con cualquiera que le pidiera para fotografiarlas, sin apenas conocerlo, eran fáciles y se merecían pagar por ello».
En el caso de Elisângela Francisco da Silva, declaró que fue la mejor noche de su vida, y comentó a la policía que durante 2 días siguió visitando el cuerpo muerto de la joven, «sólo para besarla», aunque, cuando empezó a hacerse evidente los signos de descomposición, abandonó las visitas.
Francisco de Assis Pereira, el Maníaco del Parque
Datos extraídos de la serie documental «Instinto asesino» de Discovery Channel.
San Pablo es la mayor ciudad de Brasil y una de las urbes más grandes del mundo. El Parque del Estado es una de las reservas naturales que sirve como pulmón a San Pablo. A pesar de la enorme popularidad de este parque, su selva casi impenetrable lo convierte en ocasiones en un lugar peligroso.
Sergio Alves, delegado de policía: «El cuerpo fue encontrado en una posición muy grotesca. Las caderas de Selma estaban hacia arriba, arrodillada y el rostro en el suelo también, sugiriendo que hubo relaciones íntimas. También se recolectó material que indicaba ser el resultado de una relación sexual alrededor de las piernas. En ese momento intuimos que podría ser líquido seminal, esperma.
»Al lado encontramos otro cuerpo del sexo femenino, muy cerca de ella. En ese instante suponíamos que era una coincidencia: una chica fue asesinada aquí por coincidencia, otra acá…»
El cadáver de la primera víctima fue identificado por su propio padre. [Se trataba de] Selma Queiroz, de veintiséis años. Los restos óseos de la segunda mujer, por otra parte, fueron enviados a los servicios periciales de la policía.
Sergio Alves: «A partir de ahí comenzamos a averiguar en qué lugar esta persona había sido vista con vida por última vez.
»Selma, por lo que relatabas los familiares, era una chica extrovertida, alegre y con muchas ganas de vivir. En aquellos días se transmitían los partidos del Mundial de fútbol. Fue montada una pantalla en el centro de San Pablo para que la gente alentara a la selección brasileña. Desde ese lugar, Selma contactó a su familia.» [A partir de ese día no supieron nada más de ella].
Durante la necropsia, Medicina Legal determinó que la occisa fue estrangulada y luego violada post mortem. La identidad del cuerpo hallado a pocos metros de Selma no pudo ser revelada.
Sergio Alves: «Por lo que recuerdo, y según los médicos forenses, lamentablemente ese líquido encontrado en el cuerpo no estaba en condiciones para un examen de ADN.»
Ermindo López, perito criminal: «Selma ya había sido identificada y sepultada. Lo primero fue revisar las fotos de la escena e intentar buscar en esas fotos algún indicio que nos llevara al autor del crimen. Conseguimos encontrar en la parte posterior del brazo izquierdo de la víctima, [de] Selma, un arco dentario. La impresión parcial de una mordida. Esto para nosotros fue una luz que apareció e hicimos todo lo posible para enfocarnos en ese único vestigio que encontramos.»
Sergio Alves: «A esas mordidas, a través de las fotografías, se les otorgó una atención especial; de modo que, en un futuro, cuando tuviéramos un sospechoso, se pudiera hacer un molde y hacer un cotejo de las muestras.
»Como parte de la investigación hicimos rastreos en el Parque del Estado, porque esa zona era también frecuentada por drogadictos y desamparados.»
Nuevos hallazgos: 6 de julio de 1998.
Ermindo López: «Cuando llegamos nos percatamos que se trataba del hallazgo de dos cuerpos. Ambos cadáveres se encontraban en un avanzado estado de descomposición.»
Luis Carlos Dos Santos, investigador de la policía de San Pablo: «Durante el peritaje, los cadáveres que estaban muy cerca de Selma tenían los dientes muy rosados. ¿Qué nos indicaba ese tono rosado? Que habían muerto por estrangulamiento.»
Sergio Alves: «Nos llamó la atención que las víctimas eran del sexo femenino y ambas fallecieron en condiciones semejantes a las dos encontradas anteriormente.»
En menos de cuarenta y ocho horas, cuatro cadáveres de mujeres fueron hallados en el Parque del Estado.
Paulo Algarati Vásquez, médico psiquiatra forense: «Entonces comenzamos a hacernos la noción. Aunque no se sabía quién era el asesino, se comenzó a manejar la hipótesis que había un asesino en serie. La posición de los cuerpos al ser hallados nos daba un posible modus operandi. [El homicida] No veía a las mujeres como personas, sino como un objeto, como presas. Iba con el instinto de matar.»
La noticia sobre el homicida serial se regó como pólvora por San Pablo y el resto de Brasil.
Marcelo Godoy, reportero: «Nos llegó la información al periódico que dos mujeres habían sido encontradas muertas en el Parque del Estado. Aparentemente, ambas habían muerto de la misma forma. Estaban semidesnudas y además había señales de violación. El primer reportaje que hicimos hablaba que existía un maníaco merodeando en San Pablo.»
Cuando el caso de los homicidios salió a la luz pública, los investigadores convocaron a fuerzas especiales para rastrear la tupida selva del parque.
El rastreo: 8 de julio de 1998.
Sergio Alves: «Un kilómetro selva adentro, los policías especializados en buscar en búsquedas gritaron «cuerpo, cuerpo». Entonces corrimos inmediatamente. El cuerpo del sexo femenino estaba en un avanzado estado de descomposición. Entonces, y para nuestro desconcierto, escuchamos un nuevo grito de «cuerpo». […] Prácticamente todos quedamos aterrados. Y encontramos el sexto cuerpo.»
Luis Carlos Dos Santos: «Notamos que había surcos, indicando que la tierra había sido arada recientemente. Entonces comenzamos a excavar y encontramos carteras de mujer y múltiples accesorios femeninos.»
Sumaron seis los restos de mujeres encontrados en el parque. Los peritos manifestaron que las últimas víctimas fueron asesinadas mucho antes que Selma Queiroz. Esto hizo que los investigadores recurrieran a los archivos policíacos de San Pablo.
Sergio Alves: «Intentamos hacer una indagatoria sobre todos los cuerpos del sexo femenino que habían sido encontrados en el parque. Se hizo una investigación que abarcaba todo ese año; desde enero de 1998 en adelante.»
La consulta de los archivos arrojó nuevas pistas. En el mes de enero de 1998, los cuerpos de dos mujeres fueron encontrados en el parque. Estos casos, sin embargo, fueron cerrados por falta de evidencias. Una de las mujeres fue identificada como Raquel Mota Rodrigues, de veintitrés años.
Luis Carlos Dos Santos: «Establecimos que la muerte de Raquel había tenido lugar en enero. También fue encontrada desnuda; el cuerpo estaba posicionado del mismo modo que el de Selma. También había sido dejada en el bosque, sin vestido, sin falda, sin medias, sin nada de lo que tenía cuando había salido. Revisando el registro de personas desaparecidas descubrimos quién había hecho la denuncia de su desaparición: la prima de Raquel.»
Sergio Alves: «Conversamos con su prima, y ella nos reveló que el día de la desaparición, Raquel la llamó por teléfono y le dijo «Mira, prima, estoy en la estación de Jabaquara […] Estoy aquí con un papacito». Y también otro detalle: fue convidada a tomarse a unas fotos para ser modelo.»
Luis Carlos Dos Santos: «En ese entonces pensaba que nadie es tan bueno como para tener un ciento por ciento de éxito en la vida. De todas las que atacó, alguna debe haber sobrevivido.»
Marcelo Godoy: «La existencia de un asesino en serie en San Pablo era algo inusual. Despertaba la atención y la curiosidad de las personas. Primero por el misterio que rodeaba el caso. Alguien estaba cometiendo estos crímenes…»
Luis Carlos Dos Santos: «Los medios comenzaron a divulgar la historia de Raquel por la tevé, fue algo sensacionalista. Ellos sacaron a la luz la declaración de la prima que había sido invitada por alguien, y la prensa comenzó a llamarlo el Maníaco del Parque.
»Se comenzaron a recibir llamadas, de trescientas a cuatrocientas llamadas. Todos alegaban haberlo visto. Entonces nuestros mayores aliados fueron la prensa y las llamadas de informantes. ¿Por qué? Alguien iba a llamar, alguien debió sobrevivir. Aunque no quisiese ser identificado, iba a llamar.»
Víctima sobreviviente: «Mi jefa me pidió que fuera a la oficina de correo. Había una fila enorme. Él estaba detrás de mí. Entonces comenzamos a conversar y él me preguntó si quería participar en un desfile. Lo único que recuerdo fue que me dijo que tenía que posar en una bermuda.
»Entonces nos subimos a la moto; fue un camino que no recuerdo bien por dónde era. Sé que era cerca del Zoológico. Entonces me violó por primera vez. Entonces paró, se calmó y volvió a conversar, como si no hubiese ocurrido nada. Paró, me dejó amarrada y se fue. Se llevó todas mis pertenencias y se fue. Me dejó sola. Esperé un poco, comencé a moverme; pude volver a vestirme y me fui. Estaba en una calle, recuerdo que había una luz que me parecía que era la luna. Miré para arriba y me dije: «Voy a guiarme con la luna porque no sabía adónde ir». Él era moreno, era bajito y rosbusto, con una barba descuidada. Más o menos así.»
Sergio Alves: «Entonces logramos, a través de esas sobrevivientes [La policía localizó a más de una] la elaboración de un retrato hablado, que también hicimos público.»
En menos de una semana, los cadáveres de seis mujeres fueron hallados en el Parque del Estado. El testimonio de una sobreviviente hizo posible la divulgación de un retrato hablado del presunto violador y asesino serial.
Sergio Alves: «Llamó una chica. Dijo que tenía una información muy importante. Estaba en el interior del Metro, en el centro de San Pablo, en la Estación Sé, cuando fue abordaba en el interior del propio metro por un sujeto; un individuo moreno, de aproximadamente treinta, treinta y cinco años. E insistía con vehemencia que participara en una sesión de fotos para una multinacional. Incluso se puso pesado. Entonces le dijo: «escuche»; anotó el nombre y le dijo: «éste es mi número, si cambia de idea, por favor, llámeme.»»
Luis Carlos Dos Santos: «El lunes, cuando investigamos de dónde se hizo la llamada, descubrimos que provenía muy cerca de la comisaría. Era una empresa de motorizados que prestaba servicios de mensajería.»
Sergio Alves: «Cuando llegamos, hablamos con el dueño de la empresa. Primero revisamos los antecedentes de todos los empleados […] Él me dijo que hubo una situación que le llamó la atención: un empleado que se había ido. Había dejado el trabajo de manera extraña. Nos llevamos su fotografía. Volvimos a citar a las víctimas sobrevivientes. [Una de ellas identificó al individuo]
»Entonces no tuve dudas. Nuestro principal sospechoso era esa persona: treinta y dos años, moreno y mensajero. A partir de ahí toda la investigación se centró en Francisco de Assis Pereira.»
Las autoridades brasileñas emitieron una orden de captura contra Francisco de Assis Pereira. El detective Sergio Alves, entre tanto, continuó con las indagatorias en la empresa de motorizados, donde el prófugo trabajó por cuatro meses.
Sergio Alves: «Este individuo era sospechoso de la desaparición de una chica, Isadora Fraenkel: una azafata, una chica que estudiaba, hija de un profesor universitario.»
Isadora Fraenkel, de diecinueve años, desapareció misteriosamente en las calles de San Pablo en febrero de 1998. Francisco intentó cambiar cheques a nombre de ella y por esto fue interrogado en la comisaría de personas desaparecidas. Sin evidencias que lo inculparan, la desaparición de Isadora quedó en un limbo legal.
Luis Carlos Dos Santos: «Sin cuerpo, no hay crimen. Sólo teníamos una denuncia por desaparición.»
Marcelo Godoy: «Después que se divulgó su foto, los ciudadanos querían saber qué estaba haciendo la policía para dar con el Maníaco. Se le exigía a la policía en ese momento.»
Sergio Alves: «Imagínense la situación. Era un año electoral; había elecciones para gobernador de San Pablo, y el caso de Francisco era una piedra enorme en los zapatos del candidato a gobernador. El asunto se convirtió en un problema de seguridad pública. O sea, el gobierno actual no lograba atrapar a una persona, no estaba en condiciones de atrapar a un asesino en serie; una persona que volverá a matar seguía suelta.»
El dueño de la empresa de mensajeros donde el presunto homicida trabajó durante cuatro meses solicitó de emergencia los servicios de un plomero debido a una obstrucción en uno de los sanitarios de la oficina. [Allí se descubrió los restos de una prenda de mujer que había tratado de ser eliminada]
Sergio Alves: «Fui rápidamente a la empresa, revisé la evidencia, la miré y dije: «Por lo menos, algo es seguro. El autor de la muerte de Selma Queiroz. No hay dudas, es él.»»
Francisco de Assis Pereira fue identificado como el presunto violador y asesino de al menos siete mujeres en el Parque del Estado. A pesar de los esfuerzos de un equipo de investigación y la policía, el paradero del Maníaco era una incógnita.
Sergio Alves: «Pasó un mes, y lamentablemente, no teníamos éxito en la captura de Francisco de Assis Pereira. No sólo en Brasil, sino que prácticamente toda América del Sur sabía que estábamos buscando a este sujeto.»
Luis Carlos Dos Santos: «Apareció otra sobreviviente que había salido con un patinador, que había ido al bosque. Allí él la golpeó, intentó tener sexo con ella. Ella le mordió el pene; […] se le echó encima, le mordió y pudo salir corriendo.»
Sergio Alves: «El parque Ibirapuera es una zona de mucha actividad en San Pablo. Nos dirigimos a esa lugar, conversamos con varias personas. Francisco era sumamente conocido allí. Era un excelente patinador.»
Durante la averiguación, una compañera de patinaje del presunto homicida entregó a las autoridades un vídeo casero.
Sergio Alves: «Ese vídeo mostraba sus destrezas, pasando por rampas, patinando en un solo pie, haciendo piruetas con un estilo propio. Era un profesional del patinaje.»
El vídeo fue remitido a los servicios periciales para su análisis. El próximo destino de los investigadores era Guaraci, ciudad natal de Francisco.
Sergio Alves: «Llegamos a la casa de Francisco de Assis Pereira, encontramos a su madre, a su padre. Nos dijeron que hacía un tiempo que no veían a Francisco.»
Los investigadores recorrieron más de seiscientos kilómetros de Guaraci a Mato Grosso tras el rastro del Maníaco.
Sergio Alves: «Su foto estaba en todos los medios de difusión. No podíamos encontrarlo. Todos los policías pusieron a un lado su vida personal y prácticamente pasamos a vivir en la comisaría. Suponíamos que se trataba de una persona astuta.»
La policía de Brasil y la Interpol siguieron el rastro de un presunto homicida serial a Mato Grosso, una extensa selva tropical situada en el centro oeste de Brasil. La cacería contra Francisco de Assis Pereira comenzó en San Pablo, un mes atrás.
Durante varios días, el vídeo de Francisco fue analizado por expertos de los servicios periciales.
Ermindo López: «En cierto momento, Francisco habla a cámara y dice: «Patinar es adrenalina pura». Cuando abre la boca, aparece su arco dentario. Para nosotros eso fue fundamental. Nos detuvimos allí, congelamos la imagen y la fotografiamos. Tenía una separación entre los dientes, fractura en uno de los dientes y un diastema en la región central idéntico al que teníamos en la mordida; que era el indicio inicial de la mordida que tenía Selma.»
[Francisco de Assis Pereira fue capturado finalmente en Itaquí, en la frontera de Brasil con Argentina.]
Marcelo Godoy: «[Francisco de Assis Pereira] dio una rueda de prensa en la que había un centenar de periodistas en la que negó los crímenes.»
Luis Carlos Dos Santos: «Parecía una super estrella. Todo asesino en serie […] quiere ser una estrella. Quiere ser reconocido, aunque sea por el mal que está causando. […] Él quería leer el periódico y decir «Lo hice yo y nadie sabe quién soy.»»
Sergio Alves: «Francisco fue interrogado por primera vez en una sesión que duró nueve horas y media.
»Tomé la foto de Selma, él la miró y dijo: «No sé quién es esta persona». Le dije: «¿Cómo que no sabe? Usted sabe quién es. Es Selma.»»
Tras setenta y dos horas de interrogatorios, Francisco de Assis Pereira decidió confesar sus crímenes.
Paulo Algarati Vásquez: «Ya estaba llegando a la fase de canibalismo. Mordía a sus víctimas.»
Luis Carlos Dos Santos: «Así, frío, con toda frialdad […] incluso con una sonrisa dijo: «esas chicas eran muy tontas. Con cualquier conversación caían. Eran idiotas.»»
Sergio Alves: «Todas tuvieron un final parecido. Él dijo: «Si vas a un lugar como éste, con un sujeto que nunca viste, eres una desvergonzada». Entonces decía que le hacía un juicio a la chica. En determinado momento, dictaba sentencia. […] Pero antes les mostraba: «Mira lo que les pasó a ellas. No fueron buenas conmigo.»
»Cuando la chica veía eso, imagino el pánico, el terror que la invadía. La chica, desvestida, caminaba con él en ropa interior y él le mostraba cadáveres […] A Francisco no le bastaba con matar simplemente. Quería infligir dolor. Y no era sólo un castigo físico, sino también mental. Él quería ver el terror estampado en sus víctimas.»
Francisco de Assis Pereira confesó haber torturado, violado y asesinado a nueve mujeres en el Parque del Estado entre enero y septiembre de 1998. Las autoridades recuperaron los cuerpos de ocho víctimas, pero los restos de Isadora Fraenkel estaban todavía en algún lugar del parque.
Luis Carlos Dos Santos: «Entramos con él en el bosque para que nos mostrara dónde estaba Isadora. Entonces vi por primera vez su comportamiento. Cuando puso los pies en el bosque se transformó. Miraba el bosque como si fuese un felino, un animal. Sus ojos estaban fuera de órbita.»
Sergio Alves: «Volvió dos veces seguidas después de su muerte [la de Isadora] para seguir besándola hasta que en cierto momento comenzó la descomposición. Entonces ya no estaba en condiciones de aproximarse. Entonces dejó el cuerpo allí.»
Luis Carlos Dos Santos: «Cuando [Francisco de Assis Pereira estuvo] en la comisaría de personas desaparecidas, él tuvo miedo que lo arrestaran porque sabía que había matado a Isadora. Entonces […] tomó la moto, volvió al bosque, tomó un litro de gasolina de la moto, lo echó sobre Isadora y le prendió fuego. Pensó que con eso, si encontraban el cuerpo, no podían relacionar el cuerpo con él, ni siquiera lo iban a reconocer.»
El asombro de las autoridades no acabó con la recuperación del cadáver de Isadora Fraenkel. Francisco confesó el asesinato de una décima víctima: Rosilda França de Oliveira, de veinte años.
Sergio Alves: «La importancia de las mordidas encontradas en Selma fue concluyente. A través de fotografías, a través de moldes, fueron comparadas con la dentadura del sospechoso.»
Ermindo López: «Esa mordida, el único vestigio que teníamos, fue el camino que nos llevó al culpable. Y fue lo que sucedió. La comparación dio positiva, punto a punto, los elementos del arco dentario de él con la marca que había en la piel de ella. Fue una prueba crucial, contundente, de que él había estado con esa última víctima, Selma.»
Dictamen psiquiátrico.
Paulo Algarati Vásquez: «En el caso de Francisco, él tenía una inteligencia limítrofe, pero no era deficiente mental. Él tenía trastornos afectivos y de conducta. Su violencia se recrudecía. Necesitaba esa emoción cada vez más fuerte para poder sentir el placer que sentía matando. Él siente satisfacción, y cuanto más castigaba el cadáver, más hacía sufrir a la persona, más placer sentía.
»Terminada la pericia psiquiátrica, determinamos que Francisco padecía de trastorno social de la personalidad, y eso significa, según nuestra legislación, que es semimputable. El jurado consideró que no era semimputable, sino que sería plenamente imputable.»
Francisco de Assis Pereira fue condenado a una pena de ciento veintiún años.
Luis Carlos Dos Santos: «Se convirtió a la religión evangélica. Entonces cita frases de la Biblia; dice que se regeneró, que está arrepentido de todo. Pero todos los psiquiatras dicen que su mal no tiene cura. No existe un medicamento que haga que el sujeto vuelva a tener una vida normal.»
Sergio Alves: «Me ayudó mucho. Mucho profesionalmente […] Pero personalmente debo decir que no me hizo bien. Ayudé a esclarecer el caso, pero no me siento recompensado. Incluso lo lamento, porque uno se queda pensando […] tengo una hija de dos años, casi tres años. Imagino la desesperación de los padres al saber que su hija fue maltratada de ese modo. Preferiría que nada hubiese sucedido. Nada. Dejémoslo ahí.»
VÍDEO: INSTINTO ASESINO – EL MANÍACO DEL PARQUE