
- Clasificación: Asesino
- Características: Robo
- Número de víctimas: 1
- Fecha del crimen: 7 de febrero de 1744
- Fecha de detención: 21 de agosto de 1758
- Fecha de nacimiento: 1704
- Perfil de la víctima: Daniel Clark, un amigo íntimo
- Método del crimen: Golpes con herramienta
- Lugar: Yorkshire, Inglaterra, Gran Bretaña
- Estado: Ejecutado en la horca el 6 de agosto de 1759
Eugene Aram
Colin Wilson y Patricia Pitman – Enciclopedia del crimen
Hombre de letras y libertino nacido en 1704 y ahorcado públicamente en 1759 en la llanura de Tyburn, ante las puertas de York por el asesinato de Daniel Clark, zapatero, cometido 14 años antes en Knaresborough.
El padre de Aram fue jardinero de Sir Edward Blackett, en Newby, Yorkshire, Gran Bretaña. Su hijo heredó de él una gran inclinación a la poesía. Autodidacta, Eugene llegó a ser maestro de la escuela de Gouthwaite, en la región occidental de Yorkshire. Contrajo matrimonio con Anna Spence, de quien tuvo siete hijos.
Según sus discípulos tenía una gran preocupación por la disciplina y cumplía puntualmente sus deberes de maestro y de cristiano. Pero sus actividades extraescolares correspondían a las de un vulgar ladrón y comerciante en mercancías robadas. Su compinche era un tal William Houseman, cardador de lino.
El 7 de febrero de 1744 llegaron hasta el crimen abriendo con un pico la cabeza de Daniel Clark («picado de viruelas, tartamudo y raquítico»), que cometió la locura de llevar encima las 200 libras de la dote de su mujer. Escondieron el cadáver tras una roca de la cueva de San Roberto en Knaresborough, que atravesaba el río Nidd.
Como había sido visto en compañía de Clark la noche de la desaparición de este, Aram juzgó conveniente marcharse de la región, y lo hizo dejando abandonada a su familia. Fue primeramente a Nottingham, y después, en 1745, a Londres, donde llevó una vida disipada, hasta que en 1757, empujado por su nostalgia de la vida académica -o por necesidad de dinero- solicitó un puesto en la escuela de Norfolk, King’s Lynn. Allí enseñó latín por 20 libras al año, siendo uno de sus discípulos el hermano de la escritora Fanny Burney.
En junio de 1758 un vecino de Knaresborough que visitaba la escuela reconoció a Aram, pero éste negó su identidad. Dos meses más tarde, al descubrirse un esqueleto -que se creyó erróneamente ser el de Daniel Clark-, William Houseman, después de ser sometido a interrogatorio, dio cuenta ante la justicia del crimen que él y Aram habían cometido, declarando el lugar donde se encontraba el cadáver.
Informada la policía del paradero de Aram por el visitante de King’s Lynn, envió dos agentes en su busca. La multitud se agolpó para presenciar su entrada en la ciudad. Al bajar de la silla de postas y ver a su mujer y sus hijos por primera vez desde que abandonara la ciudad catorce años antes, Aram se acercó a ellos y dijo simplemente: «¿Cómo estáis?».
Houseman se había convertido en testigo de la Corona, pero Aram permaneció en la prisión de York casi durante un año antes de ser juzgado; pasaba la mayoría de su tiempo preparando su defensa y estudiando el libro Monasticon Eboracense, que trataba de las reliquias de los santos. Durante el juicio afirmó que los huesos encontrados en la cueva de San Roberto podían pertenecer a un santo o un ermitaño enterrado allí siglos antes.
Declarado culpable del crimen, la noche anterior a la ejecución intentó suicidarse cortándose las venas; fue arrastrado hasta el patíbulo en grave estado. Una vez muerto, su cuerpo fue colgado de un árbol en un bosque cercano y se entregó su calavera al Colegio de Médicos.
Sesenta años más tarde, Thomas Hood dedicaba un poema a su memoria: «El sueño de Eugenio Aram».
Eugene Aram (1704-1759)
Sir Harold Scott – Enciclopedia del crimen y los criminales
Maestro inglés y asesino, nacido en Ramsgill, en West Riding, de Yorkshire, quedó convicto del asesinato de un hombre llamado Daniel Clark, en Knaresborough, y colgado en Knavesmire (York), donde Dick Turpin había sido ejecutado en 1739.
El caso resultó muy notable debido al largo intervalo transcurrido entre el crimen y la detención del criminal. En 1735, Aram trabajaba como maestro particular en Knaresborgugh, teniendo a su cargo una familia numerosa y unos reducidos ingresos. Desde muy joven había dominado el latín, el griego, el hebreo y las lenguas celtas, y de haber vivido en circunstancias diferentes, habría podido llegar a ser un distinguido filólogo. Cerca de la escuela de Aram habitaba un próspero fabricante de calzado llamado Daniel Clark.
La noche del 7 de febrero de 1745, Clark, que había obtenido dinero a crédito de los comerciantes locales, salió de su casa, y ni de él ni de su dinero volví a saberse nada. Aram, de quien se sabía que tenía fuertes deudas, empezó a pagarlas de repente, y al mismo tiempo a él y a otro sujeto, un tejedor de lino llamado Robert Houseman, se les halló encima algunos bienes de Daniel Clark.
Sin embargo, no consiguió probarse una clara evidencia contra ambos, y si bien Aram llegó a ser arrestado, tuvieron que soltarlo. Poco después se marchó de Knaresborough junto con su familia, y fue a vivir a Londres, luego a Middlesex, y finalmente se estableció en King’s Lynn, Norfolk, como ayudante de profesor.
El 1 de agosto de 1758, un obrero que hacía excavaciones en Thirstle Hill, Knaresborough, halló unos huesos humanos, e inmediatamente la gente del poblado y el jurado de la encuesta presidida por el instructor, estuvieron de acuerdo en que se trataba de los restos del desdichado Daniel Clark. Se le obligó a Houseman a ver y tocar aquellos huesos, pero el único resultado fue una segunda encuesta en la que se decidió que, después de todo, aquellos restos no podían ser los de Clark. Un juez local, no obstante, firmó una orden de arresto contra Houseman y Aram, y el último llegó custodiado a Knaresborough el 21 de agosto.
Por aquel entonces, Houseman había confesado implicando a Aram en el crimen, revelando donde había sido enterrado el cadáver, en St. Robert’s Cave. Allí se encontró un cadáver con el cráneo aplastado y otro jurado admitió que era el cuerpo de Daniel Clark. Aram admitió que se había llevado dinero de casa de Clark, y con éste, Houseman y Terry, un posadero, habíanse marchado a St. Robert’s Cave. Negó tener nada que ver con la muerte de Clark. Terry también fue arrestado, pero negó los alegatos de Aram.
Los tres individuos comparecieron ante el juez Noel, en el tribunal de York, el 28 de julio de 1759. Houseman delató a sus cómplices, y se convirtió en el principal testigo contra Aram, el cual hizo su propia defensa con gran destreza. Sostuvo que no existía clara evidencia de que Clark hubiera muerto, y se refirió a casos auténticos de hombres que habían reaparecido después de que sus presuntos asesinos hubieran sido declarados convictos del hipotético crimen.
Intentó demostrar que los huesos hallados en la cueva podían ser los de un ermitaño. Fue declarado, sin embargo, culpable, sentenciado a muerte, y colgado tras un intento frustrado de suicidio.
Su cadáver quedó colgado en Knaresborough durante muchos años. Existe la tradición de que a medida que fueron cayendo las distintas partes de su cuerpo, su viuda las fue recogiendo, enterrándolas. Un médico local recogió una noche su cráneo, el cual todavía se exhibe en el Museo del Real Colegio de Cirujanos de Londres.
La historia de su crimen constituye la esencia de una novela titulada Eugene Aram, de Edward Bulwer Lytton, y de un largo poema, «El sueño de Eugene Aram», de Thomas Hood.

Eugene Aram en un grabado, 1805.

Eugene Aram

The Genuine Life, Trial, and Dying Words of Eugene Aram, en un libro publicado a principios del siglo XIX. El caso de Eugene Aram fue uno de los más famosos y comentados durante décadas en Gran Bretaña.

Dibujo de fecha desconocida para ilustrar la novela de 1832 Eugene Aram, del escritor británico Edward George Bulwer-Lytton first.

Grabado de Eugene Aram perteneciente al volumen 3 de The New Wonderful Museum, and Extraordinary Magazine: Being a Complete Repository of All the Wonders, Curiosities, and Rarities of Nature and Art, from the Beginning of the World to the Present Year. Including, Among the Greatest Variety of Other Valuable Matter in this Line of Literature (from an Illustrated Edition of the Rev. Mr. James Granger’s Celebrated Biographical History) Memoirs and Portraits of the Most Singular and Remarkable Persons, de William Granger y James Caulfield, editado por R. S. Kirby en 1805.