Émile Louis

Las desapariciones de Yonne

  • Clasificación: Asesino en serie
  • Características: Violador
  • Número de víctimas: 7
  • Fecha del crimen: 1977 - 1981
  • Fecha de detención: 12 de diciembre de 2000
  • Fecha de nacimiento: 26 de enero de 1934
  • Perfil de la víctima: Christine Marlot, de 16 años / Jacqueline Weiss, de 18 / Madeleine Dejust, de 22 / Chantal Gras, de 18 / Bernadette Lemoine, de 18 / Marine Renault, de 16 / Sylvianne Lesage, de 23
  • Método del crimen: Estrangulación
  • Lugar: Yonne, Burgundy, Francia
  • Estado: Condenado a cadena perpetua el 25 de noviembre de 2004. Murió en octubre de 2013
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Émile Louis

Última actualización: 29 de enero de 2016

Émile Louis (21 de enero de 1934 en Pontigny, Borgoña – 20 de octubre de 2013 en Nancy, Lorena, Francia) fue un conductor de autobús francés y principal sospechoso en la desaparición de siete mujeres jóvenes en el departamento de Yonne, Borgoña, a finales de 1970. En 2000 Louis confesó los crímenes, pero se retractó de esta confesión un mes más tarde.

A partir de marzo de 2004 hasta su muerte, Louis cumplió una condena de cárcel de 20 años por la violación y tortura de su última esposa y de su hija. También fue declarado culpable dos veces de agresiones sexuales a menores de edad: una vez en 1983 por el que fue condenado a cuatro años de prisión, y de nuevo en 1989, con una pena de cárcel de cinco años.

Desapariciones

Louis es el principal sospechoso en la desaparición en el departamento de Yonne de siete mujeres jóvenes con deficiencias mentales leves entre 1975 y 1980. Las desapariciones inicialmente no atrajeron mucha atención, ya que las niñas no tenían parientes cercanos y vivían en residencias de discapacitados. Se suponía que ellas simplemente habían huido.

Louis confesó haber asesinado a las siete chicas en 2000, y luego se retractó de su declaración. Sin embargo, su declaración llevó a la policía a encontrar los restos de dos de las víctimas. Louis presuntamente secuestró a las chicas mientras conducía un autobús destinado a transportarlas.

Una pregunta recurrente es cómo el sistema de justicia podría haber ignorado esta serie de desapariciones durante tanto tiempo, a pesar que las sospechas habían crecido y algunos informes oficiales indicaron un juego sucio probable.

En particular, el gendarme Christian Jambert presentó un informe en 1984 que designaba a Louis como principal sospechoso. El 4 de agosto de 1997, Jambert fue encontrado muerto y las autoridades judiciales acordaron que se había suicidado. Sin embargo, un examen de su cráneo el 31 de marzo de 2004, indicó que dos balas habían entrado en el cerebro desde dos ángulos diferentes, y ambos deberían haber sido inmediatamente fatales.

En 1992, Pierre Charrier, el jefe de la asociación de Yonne, APAJH, encargado de la gestión del hogar para jóvenes con discapacidad donde las niñas desaparecidas habían sido alojados, fue condenado a seis años de prisión por violar a una mujer con discapacidad de 23 años de edad. Nueve años antes, Nicole Charrier, su esposa, había declarado a favor de Louis. En 2001, Nicole Charrier fue removida de su cargo directivo en APAJH.

La falta de reacción por parte de las autoridades judiciales ha dado lugar a sospechas de que el bloqueo de las investigaciones no fue por negligencia o incompetencia, sino más bien, debido a la posible participación de la gente local con buenos contactos en una red de prestación de servicios de prostitución sádicos.

El juicio de Louis por el tribunal penal de Yonne por los siete asesinatos comenzó el 3 de noviembre de 2004. El 10 de noviembre, el Tribunal visitó el lugar donde los cuerpos de las dos víctimas, Madeleine Dejust y Jacqueline Weis se encontraban y fueron exhumados, después de que Louis confesó su ubicación a la Gendarmería. Louis se ha retractado de su confesión y mantiene su inocencia.

Lista de las presuntas víctimas

  • Madeleine Dejust
  • Chantal Gras
  • Bernadette Lemoine
  • Christine Marlot
  • Martine Renault
  • Jacqueline Weiss
  • Françoise Lemoine

Sentencia

El 26 de marzo de 2004, Louis fue condenado por la Corte Penal de Var por la violación y tortura de su segunda esposa y su hijastra a 20 años de prisión, dos tercios de los cuales son sin libertad condicional. Louis murió en octubre de 2013.


Cadena perpetua por siete muertes hace 30 años

EFE

26 de noviembre de 2004

El Tribunal de lo Criminal de Auxerre, en el centro de Francia, condenó ayer a cadena perpetua a un exconductor de autocar que mató a siete jóvenes deficientes mentales a las que trasladaba. El caso, cuya condena llega casi 30 años después de los hechos, pone en entredicho la efectividad del sistema policial y judicial.

El veredicto establece, además, que el condenado, Emile Louis, de 70 años, no podrá aspirar a la libertad condicional durante al menos 18 años, lo que supone la máxima pena posible.

Louis fue detenido y encarcelado en el 2000 por el secuestro y asesinato de las jóvenes, desaparecidas entre 1975 y 1979 y cuya suerte fue ignorada durante más de 20 años por la justicia gala. Cinco de los cadáveres no han sido encontrados todavía. El exconductor no reconoció su culpabilidad y reiteró: «Lo siento por las familias pero soy inocente».

El caso despertó gran expectación por el carácter macabro de los hechos y por las disfunciones judiciales. A pesar de que en 1984 un informe acusaba a Louis de las muertes, no fue hasta 1997 cuando el Tribunal de Apelación de París inició una investigación. Los servicios sociales, que consideraron que las jóvenes se habían fugado, no se ocuparon nunca de investigar su paradero.


Muere Emile Louis, uno de los mayores asesinos en serie de Francia

ABC.es

21 de octubre de 2013

Emile Louis estaba acusado de secuestrar y matar a 7 chicas, de edades comprendidas entre los 16 y los 22 años.

Emile Louis, considerado el mayor asesino en serie de Francia, ha muerto hoy a los 79 años en Nancy (Francia). Conductor de autobús de profesión, estaba acusado del secuestro y asesinato de siete chicas entre 1975 y 1979.

Las víctimas eran chicas jóvenes, con edades comprendidas entre los 16 y 22 años, y los sucesos causaron gran conmoción en la sociedad francesa de la época. Todas tenían al parecer algún grado de deficiencia mental y estaban bajo la protección del departamento de asuntos sociales (DASS, según sus siglas en francés).

Esto hizo que sus desapariciones ni preocuparan a la prensa, ni a los funcionarios del servicio de menores, ni a los jueces y, en varios casos, ni a sus propias familias. El único funcionario que siguió investigando, porque no creía que las desaparecidas simplemente se hubieran fugado con algún novio, fue el gendarme Christian Jambert, quien logró establecer un nexo de unión entre el conductor y las víctimas.

Según el periodista francés Franck Johannès, durante el juicio los abogados del conductor dijeron que las acusaciones no tenían fundamento, que su cliente era la «inocencia en persona» y que además las pruebas materiales eran «insuficientes». Se agarraban a que sólo se encontraron dos de los siete cuerpos. Lo irónico es que fue el mismo Emile Louis quien confesó los asesinatos en diciembre del 2000, tras ser arrestado durante 45 horas. También fue él mismo quien llevó a las autoridades al lugar donde estaban enterradas dos de las jóvenes desaparecidas.

Aunque Emile alegó entonces que su confesión fue producto del miedo que tenía a los gendarmes, sus antecedentes personales no jugaron a favor de su inocencia, ya que fue condenado en 1981 y en 1989 por atentar contra el pudor de dos niñas pequeñas y poco después, por la violación y abuso sexual de su esposa e hija adoptiva. El juicio además sentó precedente, ya que el juez encargado del caso, Philippe Bilger, citó a declarar a fiscales, a sustitutos de fiscales, y a dos jueces de instrucción, acusándolos de no cumplir con el deber de investigar.

Niño de la DASS

Tal y como publica Le Monde.fr, el propio Emile fue abandonado por sus padres al nacer y, al igual que sus víctimas, pasó a estar bajo la custodia de la DASS. Tras terminar sus estudios, se enroló en la legión extranjera y participó en la guerra de Indochina, consiguiendo varias condecoraciones.

Años más tarde, su casa funcionó como hogar de acogida para niños de la DASS. Incluso Jacqueline Weiss, una de sus víctimas, pasó junto a su hermano una temporada en casa de Emile.

Durante el juicio el acusado incurrió en constantes contradicciones. A ratos decía que había un complot contra él o que una red de prostitución era la verdadera culpable de las desapariciones, y otras veces culpaba de todo a su exmujer Gilberte Leménorel, quien lo hizo internar en un psiquiátrico.

Durante el juicio llegó a decir que sólo quería acostarse con las chicas que, según él, eran poco espabiladas, pero no inocentes en el terreno sexual. También declaró que les tenía mucho cariño por lo que nunca les hubiera hecho daño; y negó haber escrito una conveniente carta de despedida de Françoise Lemoine, la segunda víctima en desaparecer. En la misiva, ella se despide de Emile, le da las gracias por su ayuda y dice que su exnovio ha venido a buscarla. Se cree que el acusado se hacía el simpático con las mujeres y les conseguía alojamiento y pequeños trabajos para ganarse su confianza.


Émile Louis

Usátegui – Elobservadordelmundo.com

Émile Louis (21 de enero 1934, Borgoña) fue dado en adopción nada más nacer a la familia Cammier, de Pontigny. Su padre adoptivo es un artesano albañil y sepulturero, y su madre una mujer mandona y fría; alguien a quién él mismo describiría como «una autoridad». Aun sí, mantenía una buena relación con ellos…

A los 11 años, en 1945, presenció una escena que cambiaría su visión sobre las mujeres: después de la liberación de los campos de exterminio, dos de sus hermanas fueron llevadas a la plaza mayor del pueblo, donde públicamente se les rapó la cabeza después de haber sido acusadas de mantener relaciones sexuales con soldados nazis.

Chivo expiatorio de sus compañeros de clase y principal objeto de sus burlas, deja la escuela a los 14 años después de fracasar en los estudios, momento en el que descubre que los Cammier no son sus verdaderos padres, y es internado en un centro de la delincuencia en Saône-et-Loire, donde fue violado.

En 1952, a los 18 años, sirvió en la Armada y participó en la guerra de Indochina durante dos años transportando los muertos en combate. Recibió varias condecoraciones, pero parece ser que las escenas de tortura que presenció le marcaron profundamente.

A su regreso en 1954, se casa con Chantal Delagneau, con quien tiene 2 niñas (Marilyn y Manoèle) y 2 niños (Fabien y Fabrice). Asimismo, la pareja también acoge niños de la DDASS (Dirección Departamental de Asuntos Sanitarios y Sociales), uno de los cuales fue la niña posteriormente desaparecida, Jacqueline Weiss. En alguna ocasión, su esposa comentó que su marido era un hombre de cierta clase y reflexivo pero con doble personalidad, ya que veces se comportaba de manera perversa y cruel.

Poco después de casarse, Louis encuentra trabajo en la base militar de Varennes (Yonne) y la familia se traslada a Seignelay, a 14 kilómetros al norte de Auxerre, ciudad donde fue elegido concejal en 1981. Entre 1963 y 1971 desempeña varios oficios, hasta que en 1971 obtiene el carné de conductor de autobús y empieza a trabajar como chófer escolar de una institución para discapacitados. Los adolescentes lo describían como «muy comprensivos», como la figura de un «gran hermano» o «padre» en quien se podía confiar. Sin embargo, en 1978 se divorcia de Delagneau (según parece por desavenencias sexuales) y se va a vivir con Gilberte Lemenorel, enfermera.

En 1981, fue arrestado, acusado y condenado a cuatro años de prisión por agresión sexual a un menor de la DASS, y de nuevo en 1989, con una pena de cárcel de cinco años, por los mismos cargos.

Tres años más tarde (1984), el responsable de la investigación «Las desapariciones de Yonne» (casos de desapariciones, violaciones y asesinatos de jóvenes de entre 16 y 22 años y deficientes mentales de la DASS) elabora un informe que implica a Émile Louis en una red de proxenetas sadomasoquistas. No obstante, el fiscal encargado decidió hacer caso omiso al dossier por falta de pruebas, y el policía tuvo que pedir permiso para continuar con la investigación extraoficialmente.

En 1989, Louis, que se había trasladado a vivir a Draguignan (sur de Francia), es condenado por el Tribunal a cinco años de cárcel, incluidos de uno a tres años de condicional, por violación y, ese mismo año, Pierre Charrier, jefe de la APAJH (asociación para adultos y jóvenes discapacitados) de Yonne, lugar donde se habían alojado las jóvenes desaparecidas, fue condenado a seis años de prisión por violar a una mujer de 22 años con discapacidad.

En 1992, Émile Louis sale en libertad y se casa en segundas nupcias con Chantal Paradis.

La condena de Charrier apoyaba bastante la teoría del policía sobre la existencia de una red de explotación sexual. Pero finalmente, cansado de que nadie le tomara en serio, el agente que investigaba el caso desde finales de los ochenta cayó en una larga y profunda depresión y (supuestamente) se suicidó disparándose dos veces a la cabeza en agosto de 1997 (aunque el examen balístico y forense posterior, realizado el 31 de marzo de 2004, indicó que las dos balas habían entrado en el cerebro desde dos ángulos diferentes y que ambos habrían tenido que ser inmediatamente mortales).

La falta de reacción por parte de las autoridades judiciales ha dado lugar a sospechas de que el bloqueo de las investigaciones no fuese por negligencia o incompetencia, sino a la posible participación de la gente local con buenos contactos en una red de prestación de servicios de prostitución sádicos.

El 3 de julio de 1996, la Asociación para la Defensa de los Discapacitados de Yonne presentó una denuncia ante el juez encargado del caso «Las desapariciones de Yonne», pero los tribunales negaron la reapertura del caso por prescripción, ya que los hechos ocurrieron más de 15 años atrás y, en Francia, los delitos prescriben a los diez.

Y no fue hasta mayo de 1997 que el Tribunal de Apelación de París accedió a la demanda incesante de dicha asociación y accedió a reabrir una investigación penal; posiblemente gracias también a la declaración de Marilyn, hija de Émile Louis, en la que afirmaba haber descubierto juntamente con su madre un cofre con varios efectos femeninos en los que, curiosamente, todas las etiquetas habían sido arrancadas. Dichas pruebas fueron enviadas al laboratorio para que se realizaran los análisis genéticos pertinentes.

Finalmente, el 12 de diciembre del año 2000 se detiene a Émile Louis; y justo al día siguiente, su segunda esposa, Chantal Paradis, le denuncia por repetidas violaciones con tortura y uso de drogas en la década de los 90, tanto a ella como a su hija Karine (fruto de su primer matrimonio y que por aquél entonces tenía 14 años), quien presentó denuncia en enero de ese año pero que no prosiguió.

Dos días más tarde es encarcelado, confiesa sus crímenes y, con su ayuda, se empiezan a encontrar los cadáveres de las chicas desaparecidas:

1.- Christine Marlot (16 años) – muerte en abril 1977.
2.- Jacqueline Weiss (18 años; acogida por la familia de Émile Louis y Chantal Delagneau) – muerta en abril 1977.
3.- Madeleine Dejust (22 años) – muerta en julio de 1977.
4.- Chantal Gras (18 años) – muerta en julio 1977.
5.- Bernadette Lemoine (18 años) – muerta a principios de 1979.
6.- Marine Renault (16 años) – febrero 1981.
7.- Sylvianne Lesage (23 años) – julio 1981.

Asimismo, el 23 de noviembre de 2004, Émile Louis reconoce la violación y el secuestro de una vecina en Var (Anne-Marie Ziegler) a mediados de los 80.

El 12 de octubre de 2005, la hija mayor de Louis, Marilyne Vinet, declara como testigo en el juicio y dice que fue violada dos veces por su padre, una cuando tenía 5 años y otra, 19; y afirma haber asistido al asesinato de una joven a quien su padre destripó en un bosque de Saint-Florentin cuando tenía 10 años.

En marzo de 2004, Émile Louis fue condenado a 20 años de cárcel.

Por otra parte, el padre de un estudiante británica que fue asesinada en Francia hace 14 años creyó que Louis podría dar pistas e información sobre el caso de su hija de 20 años, ya que en su momento se habló de una posible vinculación entre su muerte y una red de prostitución.

El cuerpo de Joanna, la joven británica, fue encontrado flotando en el río Yonne, en Moneteau (cerca de Auxerre) en mayo de 1990. Había sido atada y violada antes de ser estrangulada y el asesinato se produjo en medio de una serie de desapariciones y asesinatos no resueltos en esa región de Boloña.

Y aunque Louis no pudo haberla asesinado porque en ese tiempo se encontraba en prisión, sí se pensó que podía tener información que ayudaría a resolver el caso.

En 2001, Louis se retractó de su confesión y dijo que él sólo había sido un títere, un simple empleado de una red sexual sita en Auxerre y que involucraba a ciertos vecinos locales de reconocido prestigio (esta misma defensa, también fue utilizada en vano por Marc Dutroux, conocido como «el asesino de niños belgas»).

Y es que en la región de Auxerre, la existencia de dicha red no era ningún secreto: en 1984 una joven con discapacidad se presentó en el hospital con una historia escalofriante: había estado secuestrada, violada y torturada en un sótano por distintos «visitantes» durante tres meses, hasta que al fin logró escapar. Asimismo, hacía algún tiempo la policía había liberado también otra joven que había sido secuestrada y encarcelada durante una semana en esa casa, que disponía de una cámara de tortura y una lista de precios.

El propietario de dicha casa, Claude Dunand, al parecer había estado al frente de este negocio durante años con total impunidad; hasta que en 1991 fue condenado a cadena perpetua. Sin embargo, su liberación llegó 10 años después, lo que provocó varias especulaciones sobre el trato preferencial que había recibido como parte de una conspiración para proteger la identidad de los clientes.

Los periodistas locales dicen que la policía elaboró una lista de personas implicadas en dichos casos, pero que desapareció de los archivos.

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