El caso Fritzl

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El caso Fritzl

El monstruo de Amstetten

  • Clasificación: Secuestro
  • Características: Josef Fritzl secuestró en un sótano y abusó sexualmente de su hija durante 24 años, con la que tuvo 7 hijos
  • Fecha del crimen: 1984 - 2008
  • Perfil de la víctima: Elizabeth Fritzl
  • Lugar: Amstetten, Austria
  • Estado: Josef Fritzl fue condenado a cadena perpetua el 19 de marzo de 2009
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El caso Fritzl

Wikipedia

El caso Fritzl trata sobre la austriaca Elizabeth Fritzl, (nacida el 6 de abril de 1966) que permaneció encerrada en un sótano o zulo subterráneo por iniciativa de su padre, el electricista Josef Fritzl durante 24 años, desde 1984 hasta 2008.

Fritzl, de 74 años de edad (al momento de descubrirse el caso), abusó sexualmente de ella desde que tenía 11 años y durante su cautiverio, en el cual ella dio a luz a siete hijos, e inclusive tuvo una pareja de gemelos, uno de los cuales murió poco después de nacer y fue incinerado por el propio progenitor.

Según explicó la policía de Austria, él la mantuvo aislada desde que tenía 18 años, en un zulo del sótano del edificio residencial de dos pisos donde él mismo vivía con su propia esposa (con quien también tuvo siete hijos), en Amstetten, pueblo de Austria.

Historia del caso

La situación se descubrió en el hospital de Amstetten, donde Josef llevó a su hija-nieta de 19 años Kerstin Fritzl, y los médicos encontraron una nota en su bolsillo pidiendo ayuda. A partir de eso se supo que Josef Fritzl empezó a abusar de su propia hija Elizabeth en 1977, encerrándola en un zulo dentro de la vivienda de la familia el 28 de agosto de 1984.

En septiembre de 1984 apareció una carta manuscrita de Elizabeth, en la que explicaba a sus padres que dejaran de buscarla. Entre 1988 y 1989 nació Son Kerstin en el zulo, su primera hija. Su segundo hijo, Stefan, nació un año después.

En mayo de 1993, se encontró un niño recién nacido en el portal de la casa de la familia, junto a la que apareció una nota de Elizabeth en la que pedía que cuidaran de su hijo, y en diciembre de 1994 nació otro bebé, Monika. Los padres de Elizabeth se hicieron cargo de los niños. En mayo de 1996, Elizabeth dio a luz gemelos, uno de los cuales murió a los tres días de nacer. Josef Fritzl confesó haber incinerado el cuerpo en casa. El gemelo que sobrevivió, Alexander, pasó a vivir con la familia en 1997.

Una nueva nota de Elizabeth en 2003 relataba que había dado a luz otro niño, Felix, un año antes quien, como sus hermanos Kerstin y Stefan, permaneció encerrado en el calabozo (el sótano de un edificio residencial de dos pisos, que Josef fue extendiendo con los años, instalando una puerta corrediza de hormigón reforzado, con un código secreto). Todos ellos vivían detrás de unos estantes, y algunas partes de las celdas no tenían más de 1,70 metros de altura.

El 19 de abril de 2008 Kerstin ingresó en el hospital debido a una enfermedad que amenazaba su vida. Se encontró una nota de su madre en un bolsillo de Kerstin en la que pedía auxilio, la policía se apresuró por encontrar a Elizabeth. Fue entonces cuando Josef Fritzl explicó que Elizabeth estaba con Stefan y Felix. El 26 de abril de 2008, Elizabeth y su padre aparecieron juntos en el hospital en el que Kerstin recibía tratamiento. Josef Fritzl fue arrestado al ser sospechoso de abuso sexual y secuestro. Al día siguiente, Elizabeth y sus hijos recibían asistencia sanitaria.

El 28 de abril Josef Fritzl confesó que encerró a su hija en un zulo sin ventanas durante 24 años y tuvo con ella siete hijos. Mantenía a su hija drogada y maniatada en casa. Según dijo la Policía, Fritzl, quien había asistido a cursos de formación profesional en la rama de electricidad (en alemán: Höhere Technische Lehranstalt) construyó una prisión a través de una pequeña puerta escondida que se accionaba mediante un código secreto que sólo él conocía.

La esposa de Fritzl, Rosemarie, dijo no saber nada de dónde estaba Elizabeth. Creyó que su hija había desaparecido voluntariamente según las cartas manuscritas que se encontraron de ella.

Repercusión mediática

La noticia tuvo un gran impacto mediático desde el primer momento, usando los medios de comunicación diversos sobrenombres para referirse a Josef Fritzl, siendo el más conocido el de «monstruo de Amstetten».

La cantautora Noruega Marion Raven escribió una canción dedicada a Rosemarie Fritzl en la que básicamente le cuestiona como es que no se dio cuenta de lo que sucedía bajo su propio techo durante tanto tiempo, la canción se titula Rosemarie y sería incluida en el álbum Nevermore de la cantautora pero el álbum fue cancelado, Rosemarie nació en 2009 y fue co-escrita con el productor Oliver Leiber.

Tambien el cantautor chileno Fernando Milagros escribio una cancion titulada «Elizabeth Fritzl» incluida en el album «Por su atencion gracias». Es una cancion muy nostalgica en donde se plantea la aberracion cometida contra Elizabeth.

Tratamiento de los menores

Cinco hijos de Elizabeth fueron trasladados junto con su madre y su abuela Rosemarie a una clínica cercana a la localidad de Amstetten, mientras Kerstin, en coma inducido, permanecía en el hospital de la localidad, donde había sido ingresada tras un fallo multiorgánico y posterior estado de inconsciencia sufrido en el zulo.

Allí, un grupo de los mejores psicólogos austriacos trata de sacar adelante a cada uno de ellos. Algunos nunca habían visto la luz del día como Stephan o Felix. También se hizo lo posible por aislar de los medios de comunicación a los tres niños que vivían en la casa con sus abuelos.

La terapia consistió, entre otras cosas, en la elaboración de un mural en el que cada miembro de la familia plasmaba con sus manos con una frase, en salidas nocturnas individuales a cenar, cursillos de natación o incluso, una de las niñas que llevaba una vida normal, Monika, fue enviada cuatro días a unos campamentos organizados por los bomberos.

Tras un gran sufrimiento sobre todo de su hermano Stephan, Son Kerstin fue despertada a finales de mayo y el día 8 de junio se reunió con el resto de la familia. Ella tampoco conocía nada diferente del bunker hasta entonces. Se espera la rehabilitación tanto física (principalmente el mal funcionamiento de algunos órganos y del sistema inmunológico; también de las dentaduras) pero sobre todo mental de las víctimas.

El 14 de noviembre de 2008, Josef Fritzl fue acusado de homicidio, esclavitud, violación, secuestro e incesto.

El juicio

Fritzl había admitido el 16 de marzo de 2009, al abrirse el juicio, los cargos de incesto, violación y secuestro, pero había rechazado los de esclavitud y asesinato. El 18 de marzo, el acusado admitió todos los cargos en un sorprendente cambio de estrategia en el tercer día de juicio, realizado en el tribunal de Sankt Pölten, a 60 kilómetros al oeste de Viena. El 19 de marzo el jurado dio su veredicto: cadena perpetua e internamiento psiquiátrico para Josef Fritzl.


El carcelero Fritzl dice que ‘nació para violar’

Elmundo.es

21 de octubre de 2008

Viena.- Josef Fritzl, el jubilado austriaco acusado de encerrar y violar durante 24 años a su hija, con la que tuvo siete niños, sufre una grave «incapacidad emocional» y asegura de sí mismo que «nació para violar», según un informe psiquiátrico.

Según asegura el diario sensacionalista ‘Österreich’, el examen psiquiátrico realizado al presunto violador, revela una «alteración de las preferencias sexuales» y una «incapacidad emocional».

Unas alteraciones de la personalidad que, según el diario, vienen derivadas de experiencias en su infancia y de la marca dejada por «una excepcionalmente fría relación con su madre».

Esa conclusión está reflejada en un informe psiquiátrico de 170 páginas al que habría tenido acceso el periódico. En él, la psiquiatra Adelheid Kastner indica que, bajo una superficie banal se esconde, en palabras del propio Fritzl, «una vena maligna».

El informe recoge el testimonio del acusado, que llega a indicar de sí mismo que «para alguien que nació para la violación, se contuvo mucho tiempo».

Según la autora del peritaje, existe el riesgo de que el futuro Fritzl «cometa actos con graves consecuencias».

Sin ninguna enfermedad mental

Ya la pasada semana, la prensa local filtró un primer extracto del informe psicológico de Fritzl en el que se concluía que está en plenas facultades mentales.

Tras varias sesiones de entrevistas, la psiquiatra, descartó que el llamado ‘carcelero de Amstetten’ sufra algún tipo de enfermedad mental.

Además, el documento pericial calificaba de «imposible» que Fritzl estuviera en estado de embriaguez permanente durante los 24 años que duró el cautiverio y las reiteradas violaciones de su hija Elisabeth.

Fritzl se enfrenta a los cargos de privación de libertad, incesto y violación y podría ser también acusado de esclavitud y de homicidio, tras indicar un informe que uno de los hijos fruto del incesto, y que murió 70 horas después del parto, habría sobrevivido si hubiera recibido atención médica.

Durante los 24 años que estuvo encerrada en el sótano, Elisabeth dio a luz a siete niños, tres de los cuales fueron adoptados oficialmente por Josef y su esposa, Rosemarie, tras simular que la hija-madre había huido del hogar para refugiarse en una secta desconocida y había abandonado a sus bebés delante de la casa de sus padres.

Los otros tres hijos-hermanos de Elisabeth nacieron y vivieron siempre bajo tierra, sin ver la luz del sol hasta el pasado abril.


El ‘carcelero’ Josef Fritzl se declara ‘no culpable’ del asesinato de su hijo-nieto

Carlos Alvaro Roldán – Elmundo.es

16 de marzo de 2009

Josef Fritzl, el ‘monstruo de Amstetten’, se ha declarado «no culpable» de la acusación de asesinato de uno de los siete hijos nacidos fruto de la relación incestuosa con su hija Elisabeth, a la que encerró y violó durante 24 años.

El acusado también ha rechazado la acusación de «esclavitud», aunque ha reconocido «en parte» su culpabilidad por delitos sexuales. Con voz temblorosa y apenas audible, el acusado, que el 9 de abril cumplirá 74 años, sí reconoció ser culpable de incesto y privación de libertad.

‘Mi madre me maltrataba’

En su declaración ante el tribunal que lo juzga en la ciudad austriaca de Sankt Pölten, el ‘monstruo de Amstetten’ ha relatado la dureza del entorno familiar en el que creció y sus carencias afectivas. «Mi madre nunca me quiso. Ella ya tenía 42 [cuando nació Josef]. No quería ningún niño y actuó en consecuencia. Ella me maltrataba», explicó a las preguntas de la juez Andrea Humer sobre su condición de hijo no deseado.

La situación de indefensión cambió cuando, con doce años, el joven Fritzl empezó a defenderse de las agresiones de su madre: «A partir de ese momento me convertí en el demonio para ella». La madre murió también tras años de estar encerrada en el piso superior de su casa, donde su hijo tapió las ventanas para que ella no viera nunca la luz de sol.

De este modo ha arrancado este lunes (hasta el próximo viernes) el ya conocido como ‘proceso del siglo en Austria’, el juicio contra el hombre que mantuvo encerrada y violó miles de veces a su hija durante más de dos décadas en un sótano fortificado bajo su casa en Amstetten, y a la que forzó a procrear hasta siete veces.

Ya a puerta cerrada, el jurado ha visionado una primera parte del vídeo con el testimonio de la principal víctima sobre sus 24 años de martirio. «Se ha comenzado a difundir a puerta cerrada el vídeo de testimonios de la hija Elisabeth al medio día. Se retomará el martes por la mañana hasta un total de 11 horas», ha indicado un portavoz. Esta declaración será la única de las víctimas para que los ocho miembros del jurado juzguen la culpabilidad o inocencia del acusado.

Rueda de prensa

En una rueda de prensa en la que han estado presentes el vicepresidente del tribunal regional, Franz Cutka, en calidad de portavoz, y dos representantes de la policía, el primero ha asegurado que el tipo de sentencia que obtenga el acusado «dependerá de qué delitos admita el jurado: podría ser una cadena perpetua o un número inferior, hasta 20 años. Si tampoco se puede demostrar que sea un caso de esclavitud, podría obtener 15 años de condena por violación».

No obstante, ha recordado que «los miembros del jurado sólo deciden si es o no culpable. Y luego los tres jueces deciden de forma conjunta la condena impuesta, probablemente el mismo día.»

Una periodista le ha preguntado sobre posibles reducciones de pena, a lo que el portavoz ha afirmado que «ésa es sólo una decisión que debería darse en el futuro basándose en la evaluación del comportamiento del imputado, dando por hecho que, si se le impone una sentencia de 15 años, será, probablemente, internado en una institución psiquiátrica». Durante ese tiempo, ha explicado, «debería mostrar un comportamiento positivo y cumplir, al menos, la mitad de su condena» para obtener un beneficio penitenciario.

A la caza de información

La rueda de prensa —que ha contado con traducción simultánea al inglés— ha venido a aliviar la sequía informativa en la que están sumidos, más allá del goteo de información oficial, los casi 100 periodistas acreditados en Sankt Pölten (aunque pululan entre 150 y 200 periodistas alrededor del tribunal).

Franz Cutka ya había mostrado su sorpresa ante la avalancha de periodistas y no dijo no entender por qué habían venido tantos «Ya dijimos que el juicio iba a ser a puerta cerrada».

De hecho, los periodistas (que se han visto obligados a seguir el juicio desde una carpa anexa a la sala de vistas) lo tienen bastante difícil para rentabilizar su presencia: la gente por la calle, en general, no quiere hablar con los reporteros, quienes, al encontrarse en medio de un hábitat caracterizado por la falta de información, han empezado a desarrollar pautas de comportamiento endogámicas: se aburren tanto que se están entrevistando unos a otros.

Los cargos

El electricista jubilado de 73 años se enfrenta al cargo de asesinato del hijo-nieto fallecido en el zulo, así como a otros cargos, que van desde violación a esclavitud por el encarcelamiento de su hija y de tres hijos que engendró con ella, unos actos que generaron una ola de condena en Austria y en todo el mundo.

«La encerró (a Elisabeth) en el sótano y la hizo totalmente dependiente de él, forzándola a mantener relaciones sexuales con él y tratándola como si fuera de su propiedad», dice el escrito de la acusación.

Su abogado argumenta que el cargo de esclavitud es inadecuado, pero ya había adelantado que el acusado se declararía culpable de privación de libertad, coerción, violación e incesto, mientras que rechazaría la acusación más grave, como así ha sido.

La fiscalía acusa a Fritzl de ser responsable de la muerte de un gemelo que murió poco después de nacer en el sótano en 1996. Alegan que fue asesinato porque cometió negligencia al no buscar ayuda para el bebé, al que luego quemó en la caldera. Si es hallado culpable de asesinato, podría ser condenado a cadena perpetua o entre a 10 ó 15 años de prisión.

Su abogado dice que su cliente no es un «monstruo sexual», pero espera pasar el resto de su vida entre rejas. El veredicto se espera para el viernes.

La hija de Fritzl y sus seis hijos, tres de ellos privados de libertad desde que nacieron, viven ahora en un lugar secreto con nuevas identidades.

Drama en la sociedad austriaca

El caso salió a la luz cuando una de los tres chicos que nunca había visto la luz del sol, Kerstin, de 19 años, enfermó de gravedad y fue trasladada al hospital por Fritzl.

En las declaraciones hechas a través de su abogado el año pasado, Fritzl dijo que había vivido una «segunda vida» en el complejo subterráneo sin ventanas de 60 metros cuadrados, viendo vídeos de aventuras con los chicos y llevándole flores a Elisabeth, que hacía la cena.

Elisabeth contó a la policía que había permanecido atada en los primeros meses de su retención. Fritzl la amenazó con matarles con gas si intentaban escapar.

Tres de los chicos nacidos en el sótano fueron criados por Fritzl y su mujer, Rosemarie, después de que él fingiera que Elisabeth los habia abandonado. La policía contó que Rosemarie no sabía de las acciones de su marido.

El caso surgió menos de dos años después de que la adolescente austriaca Natascha Kampusch escapara de un subterráneo en el que había permanecido retenida durante ocho años.


Fritzl se avergüenza… ahora

Carlos Alvaro Roldán – Elmundo.es

17 de marzo de 2009

El segundo día del juicio contra Josef Fritzl por haber encerrado y violado a su hija Elisabeth durante 24 años en un sótano, el ‘Carcelero de Amstetten’ ha vuelto a repetir el guión de la jornada previa. Si todo sigue según lo previsto, el jueves por la tarde podría haber veredicto.

El conocido como ‘Carcelero de Amstetten’, de 73 años, llegó a la Audiencia Provincial de Sankt Pölten, que acoge el proceso, a las 09.04 (08.04 GMT) escoltado por dos agentes policiales.

Al igual que hizo este lunes en la apertura del juicio, Fritzl —algo más bajo de lo que muchos pensaban antes del mediático juicio— ocultó la cara tras un archivador azul, aunque en esta segunda jornada sí ha sido posible tomar las primeras instantáneas del rostro del ‘monstruo’: las ha tomado el único fotógrafo autorizado a trabajar en los tribunales, durante una pausa matutina.

Fritzl no ha contestado a las preguntas del único equipo de periodistas, de la televisión austríaca ORF, al que se permitió brevemente el acceso a la sala.

Rudolf Mayer, el letrado de la defensa, justificó la actitud de su cliente: «Simplemente se ha avergonzado».

A diferencia de lo que hiciera en la primera sesión del juicio —en la que Fritzl habló de su infancia: «Mi madre me maltrataba»—, en esta segunda jornada el ‘monstruo de Amstetten’ no ha hablado. «Josef Fritzl ya lo ha dicho todo», ha dicho su abogado.

La sesión de este martes, dentro del proceso que juzga a Fritzl por los delitos de asesinato por omisión de socorro, esclavitud y violación, entre otros, se celebra a puerta cerrada para proteger la intimidad de las víctimas.

El vídeo de Elisabet, prueba clave

El jurado popular ha visionado el vídeo —de 11 horas de duración— con el testimonio de Elisabeth durante sus 24 años de encierro y su vida y la de los siete hijos que dio a luz en el sótano. También se ha escuchado el testimonio de un neonatólogo.

Otros tres peritos testificarán este miércoles, esta vez en una sesión que sí será abierta: dos técnicos en electrónica, sobre el sistema de acceso y ventilación al sótano donde Elisabeth vivió confinada, y una psiquiatra, autora del informe pericial sobre el estado mental del acusado.

El ‘monstruo de Amstetten’ está recibiendo apoyo psiquiátrico como medida de apoyo para prevenir su suicidio. «Hemos puesto a disposición de Josef F. un psiquiatra que le acompaña desde hace ya semanas antes del juicio», explicó Hubert Günsthofer, un responsable del centro penitenciario en Sankt Pölten, donde está interno el acusado. «Durante el proceso el psiquiatra le acompaña y está a su disposición durante las pausas y al final de la jornada», agregó.

En el informe pericial de la psiquiatra Adelheid Kastner, de 170 páginas, se indica que, bajo una superficie banal se esconde, en palabras del propio Fritzl, «una vena maligna». El informe recoge el testimonio del acusado, quien según las filtraciones de los medios austriacos llega a indicar de sí mismo que «para alguien que nació para la violación», se contuvo «mucho tiempo». Según la autora del peritaje, existe el riesgo de que en el futuro Fritzl «cometa actos con graves consecuencias», si bien descarta que el acusado sufra algún tipo de enfermedad mental.


Josef Fritzl dice que lo siente y su hija pide que lo pague ‘hasta la muerte’

Elmundo.es

19 de marzo de 2009

Josef Fritzl, el ‘carcelero de Amstetten’, ha asegurado en el último día del juicio que siente de «todo corazón» lo ocurrido a su familia. «Ya no puedo hacer nada. Sólo puede aminorar los daños», ha dicho con la cara descubierta en su última intervención antes de que los ocho miembros del jurado se retiraran a deliberar.

La fiscalía austriaca ha solicitado «la pena máxima», es decir cadena perpetua, para el electricista jubilado que secuestró y abusó sexualmente de su hija durante 24 años. Y ha pedido al jurado que «no se deje engañar» por la confesión.

Su hija Elisabeth, según ha contado la abogada de las víctimas, quiere que a su padre «se le haga responsable de sus actos hasta su muerte».

El veredicto será emitido hoy jueves por un jurado en el cuarto día de este espectacular juicio y apenas 11 meses después de que se desvelara el caso que ha sacudido la conciencia austriaca.

Posteriormente, los tres jueces que dirigen el caso formularán a los ocho miembros del jurado un cuestionario sobre cada uno de los seis delitos que se imputan, entre ellos asesinato por omisión de socorro a uno bebé recién nacido fruto del incesto, esclavitud y violación.

Luego, el jurado se retirará a deliberar y por la tarde emitirá el veredicto y dictará, junto a los jueces, la pena correspondiente, que puede oscilar entre un año de cárcel y cadena perpetua.

El miércoles, el ‘monstruo de Amstetten’ se declaró culpable de todos los cargos en su contra, incluido el de homicidio de uno de los niños nacidos como fruto de las relaciones incestuosas que mantuvo con su hija Elisabeth.

La declaración de culpa del electricista ante la Audiencia Provincial de Sankt Pölten, al oeste de Viena, se produjo dos días después de que el acusado negara parte de los seis puntos de la acusación.

El martes, durante la segunda jornada del juicio, se terminó de visionar el vídeo en el que Elisabeth relata su «martirio inimaginable», en palabras de la fiscal que ejerce la acusación pública.

En apenas 11 horas de grabación, la mujer concentra sus 8.461 días de cautiverio, las violaciones, los siete hijos que dio a luz en el sótano y su vida en un habitáculo de 60 metros cuadrados, sin ventilación ni luz natural.

Dos vidas paralelas

El caso se destapó cuando una de los tres chicos que nunca había visto la luz del sol, Kerstin, de 19 años, enfermó de gravedad y fue trasladada al hospital por Fritzl.

En las declaraciones hechas a través de su abogado el año pasado, Fritzl dijo que había vivido una «segunda vida» en el complejo subterráneo sin ventanas de 60 metros cuadrados, viendo vídeos de aventuras con los chicos y llevándole flores a Elisabeth, que hacía la cena.

Elisabeth contó a la policía que había permanecido atada en los primeros meses de su retención. Fritzl la amenazó con matarles con gas si intentaban escapar.

Tres de los chicos nacidos en el sótano fueron criados por Fritzl y su mujer, Rosemarie, después de que él fingiera que Elisabeth los habia abandonado. La policía contó que Rosemarie no sabía de las acciones de su marido.

El caso surgió menos de dos años después de que la adolescente austriaca Natascha Kampusch escapara de un subterráneo en el que había permanecido retenida durante ocho años.


El ‘monstruo de Amstetten’, condenado a cadena perpetua

Elmundo.es

19 de marzo de 2009

Josef Fritzl, conocido como el ‘Carcelero de Amstetten’, ha sido declarado «culpable» de todos los cargos en su contra, incluidos los de asesinato por omisión de socorro y esclavitud, y condenado a cadena perpetua.

El abogado de Fritzl ha afirmado, tras conocer el fallo, que es una «consecuencia lógica» después de la confesión de su cliente.

En principio, según han explicado en rueda de prensa las autoridades, el acusado ha renunciado a recurrir la sentencia y será internado en un primer momento en un centro psiquiátrico, el de Mittesteig, donde se le evaluará. También han explicado que, en un periodo de 15 años, y si tres magistrados dan el visto bueno, Fritzl podría salir en libertad, informa Carlos Álvaro Roldán.

El electricista jubilado de 73 años ha asegurado en el último día del juicio que sentía de «todo corazón» lo ocurrido a su familia. «Ya no puedo hacer nada. Sólo puede aminorar los daños», ha dicho con la cara descubierta en su última intervención antes de que los ocho miembros del jurado se retiraran a deliberar.

La fiscalía austriaca había solicitado «la pena máxima», es decir cadena perpetua, para el hombre que secuestró y abusó sexualmente de su hija durante 24 años. Asimismo, la fiscal que lleva el caso había pedido al jurado que «no se deje engañar» por la confesión.

Su hija Elisabeth, según ha contado la abogada de las víctimas, había manifestado su deseo de que a su padre «se le haga responsable de sus actos hasta su muerte».

El miércoles, el ‘monstruo de Amstetten’ se declaró culpable de todos los cargos en su contra, incluido el de homicidio de uno de los niños nacidos como fruto de las relaciones incestuosas que mantuvo con su hija Elisabeth, con la que tuvo siete hijos.

La fiscalía acusaba a Fritzl de ser responsable de la muerte de un gemelo que murió poco después de nacer en el sótano en 1996. Alegan que fue asesinato porque cometió negligencia al no buscar ayuda para el bebé, al que luego quemó en la caldera.

Cambio en la declaración

El juicio comenzó el lunes y, en principio, Fritzl se declaró ‘no culpable’ del asesinato de su hijo nieto, pero después cambió su declaración. Entre el lunes y el martes, se visionó el vídeo en el que Elisabeth relataba su «martirio inimaginable», en palabras de la fiscal que ejerce la acusación pública.

El caso del ‘monstruo’ austriaco se destapó hace once meses cuando uno de los tres hijos que nunca había visto la luz del sol, Kerstin, de 19 años, enfermó de gravedad y fue trasladada al hospital por el propio Fritzl.

En las declaraciones hechas a través de su abogado el año pasado, Fritzl dijo que había vivido una «segunda vida» en el complejo subterráneo sin ventanas de 60 metros cuadrados, viendo vídeos de aventuras con los chicos y llevándole flores a Elisabeth, que hacía la cena.

Tres de los chicos nacidos en el sótano fueron criados por Fritzl y su mujer, Rosemarie, después de que él fingiera que Elisabeth los había abandonado. La policía contó que Rosemarie no sabía de las acciones de su marido.


Fritzl, 5 años después

Juan Gómez – Elpais.com

8 de mayo de 2013

Hace cinco años y dos semanas que la policía liberó a Elisabeth Fritzl del sótano de su padre tras 24 años de encierro bajo la casa familiar de la localidad austriaca de Amstetten, en el Estado federado de Baja Austria. Josef Fritzl engendró con ella siete hijos que a la vez eran sus nietos.

Tres de ellos pudieron compartir la vida en la superficie con Fritzl y su esposa, Rosemarie, que se tragó la historia de que eran hijos expósitos de su hija Elisabeth, a la que creía en una secta. Los otros tres supervivientes Kerstin, Stefan y Felix, que tenían 19, 17 y 5 años de edad cuando los liberaron, crecieron bajo tierra con Elisabeth en 18 metros cuadrados sin aire fresco ni luz natural, al principio también sin ducha ni calefacción.

Elisabeth tiene hoy 47 años y ya no usa el apellido Fritzl. Vive con sus seis hijos-hermanos en una localidad de otro land austriaco, que los medios austriacos evitan identificar. Un fotógrafo enviado hace tres años a cazar alguna foto de la familia contó al diario inglés The Independent que los vecinos del pueblo lo rodearon para pedirle que se marchase. El diario vienés Kurier comentaba hace dos semanas que, “aparte de algunos asaltos investigativos de medios británicos, la protección de la familia está funcionando bien”.

Elisabeth y sus hijos habitan una casa descrita como “bonita” y “confortable”, muy bien vigilada por cámaras de seguridad y situada en un pueblo pequeño en medio del campo cuyos habitantes parecen haberse puesto de acuerdo con las autoridades para evitar que las víctimas del monstruo de Amstetten sufran ahora el acoso de turistas morbosos o de reporteros sensacionalistas. El Estado austriaco pone la vivienda y les pasa una pensión mensual de 4.000 euros.

El abogado de las víctimas Christoph Herbst ha expresado su esperanza de que su cliente pueda seguir viendo discretamente en la misma casa. El sistema de protección de su intimidad es el resultado de la colaboración entre médicos, policía y empresas privadas de seguridad. Elisabeth no quiere pagar el precio que supondría su exposición a los medios o a la opinión pública.

Sigue tratamientos psicológicos y, según cuentan algunos periódicos, mantiene una relación sentimental con un hombre más joven que ella al que conoció cuando trabajaba en la empresa de seguridad encargada de su protección. Los hijos que tuvo con su padre están bien y algunos han terminado su formación. La mayor, Kerstin, tiene 24 años y es aficionada a la musca pop y a la moda. El segundo, Stefan, tiene 23, de los que pasó 17 bajo tierra. Aspira a ser capitán de barco. El más joven de todos tiene ahora 10 años, va a la escuela pública y apenas recuerda el caso.

Christine R., tía de Elisabeth y cuñada del monstruo, contó en 2010 al diario sensacionalista alemán Bild que “a la hija de Josef le gusta mucho ir de compras, porque no pudo hacerlo durante 24 años. Le encantan los vaqueros con adornos de vidrio. Aprobó el carnet de conducir a la primera y está buscando coche. Todos los niños van a la escuela y estudian con aplicación”. Dice que al salir del sótano percibió “de una sola vez” todas las subvenciones por hijo que el Estado no pagó durante 24 años: “60.000 euros” que le ayudaron a establecerse y a adquirir juegos y ropa para sus hijos.

En cuanto a Josef Fritzl, el monstruo, puede decirse que su aspecto durante el juicio en 2009 era mucho menos amenazador en persona que en las fotos distribuidas por la policía. Algunos periódicos austriacos cuentan que hoy padece una leve demencia. Su nombre quedó asociado a este tipo de horrores y sonará tras cada liberación de mujeres secuestradas y martirizadas en cualquier lugar del mundo. Los secuestradores serán “el Fritzl de Ohio” el de Brasil…

El original tiene 78 años y vive en la prisión para enfermos criminales de Stein, en Austria. Es un complejo poco estricto, donde los internos viven con la puerta abierta, tienen su propia cocina y pueden ducharse a diario. Disfruta de una mesa de ping-pong en la “vivienda” que comparte con otros reclusos. Según las autoridades austriacas, la intención es mantenerlo activo y sano durante todo el tiempo que sea posible. No lo consideran violento ni un peligro para la seguridad de la prisión, que no abandonará con vida. Al parecer se ha divorciado de Rosemarie, enfadado porque no quería visitarlo.

 


AUDIO: ELENA EN EL PAÍS DE LOS HORRORES – JOSEF FRITZL


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