Catherine Deshayes

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La Voisin

  • Clasificación: Asesina
  • Características: Ciencias ocultas - Envenenamiento por encargo - Fue una de las personas involucradas en el llamado «Asunto de los Venenos»
  • Número de víctimas: Numerosas
  • Fecha del crimen: 1660s - 1679
  • Fecha de detención: 12 de marzo de 1679
  • Fecha de nacimiento: c. 1640
  • Perfil de la víctima: Hombres, mujeres y niños
  • Método del crimen: Veneno
  • Lugar: París, Francia
  • Estado: Condenada a muerte por brujería y quemada viva en la plaza de Grève, en París, el 22 de febrero de 1680
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Catherine Deshayes y el «Asunto de los Venenos»

Última actualización: 15 de septiembre de 2016

Datos extraídos del blog Escrito con Sangre – Escritoconsangre1.blogspot.com.es

Catherine Deshayes, la Voisin (en español: la Vecina) nació en 1640 en París. Cuando tenía nueve años aprendió el «arte» de la adivinación. Unos años después contrajo matrimonio con Antoine Monvoisin, un joyero que regentaba una tienda en Pont Marie, en París.

Tras el fracaso del negocio de su marido, Catherine comenzó a practicar la quiromancia y la lectura de cartas con el fin de mantener a su familia. Asimismo, practicó la medicina, especialmente la partería, realizando gran cantidad de abortos.

Durante su labor como quiromántica, la Voisin analizó a sus clientes y llegó a la conclusión de que casi todos querían tener a alguien que se enamorara de ellos, que alguna persona conocida muriera para conseguir la herencia, o que sus cónyuges fallecieran para poder casarse con otra persona. Así, empezó a recomendar acciones que ayudaran a tales propósitos.

En un primer momento las recomendaciones fueron inofensivas (rezar a imágenes de santos), pero después comenzó a vender amuletos y afrodisíacos con el fin de que sus clientes encontraran el amor. Al ver el pingüe negocio, decidió dar un paso más y empezó a despachar venenos de diferente tipología.

Tras ser delatada por las envenenadoras Marie Bosse y Marie Vigoreaux, fue detenida el 12 de marzo de 1679 fuera de la Catedral de Notre Dame, siendo encarcelada en Vincennes, donde se la sometió a interrogatorio.

El proceso contra las envenenadoras en el llamado «Asunto de los Venenos» alcanzó un punto álgido cuando se dictaron una serie de órdenes de detención: contra Olympe Mancini, condesa de Soissons, quien presumiblemente había envenenado a su marido; contra Marie Anne Mancini, duquesa de Bouillon por presuntamente acabar con la vida de uno de sus lacayos e intentar matar a su esposo; la marquesa de Alluye, por el envenenamiento de su suegro; la princesa de Tingry, dama de la reina María Teresa, porque supuestamente envenenó a su hijo recién nacido. Y contra muchos otros nobles y plebeyos que estaban implicados en un asunto que alcanzó cotas de escándalo nacional. No obstante, las damas recibieron avisos para que pudieran escapar.

El jefe de policía Gabriel Nicolas de La Reynie, horrorizado ante la magnitud de aquellos hechos, escribió lo siguiente:

«Las vidas humanas están a la venta y se negocia con ellas a diario como con cualquier artículo; se tiene al asesinato como único remedio cuando una familia atraviesa dificultades; se practican hechos abominables en todas partes: en París, en los suburbios y en las provincias.»

La justicia castigó con dureza a aquellos que no pertenecían a la nobleza, ya que los aristócratas que no huyeron para evitar el proceso, obtuvieron sentencias muy leves, como destierro en sus propiedades del campo o multas.

Catherine Deshayes confesó los crímenes que se le imputaron y narró el desarrollo de su carrera, aunque nunca mencionó los nombres de muchos de sus clientes. No fue sometida a tortura, como por ejemplo sí sucedió con Marguerite Joly, quien proveía de tósigos a muchas damas de la Corte francesa y fue, junto con la Voisin, la más confiable comerciante de ponzoñas.

Finalmente, Catherine Deshayes fue declarada culpable de brujería y quemada públicamente en la hoguera el 22 de febrero de 1680 en la plaza parisina de la Grève. Antes de fallecer, mencionó a los guardias que la custodiaban que lo que más había temido era que le hubiesen preguntado acerca de sus visitas a la Corte real.

Sin embargo, uno de los nombres que no dijo, y que otros sí que confesarían, Francisca de Rochechouart de Mortemart, desataría un escándalo aún mayor: un plan para eliminar al mismísimo Luis XIV de Francia.


La bruja, Catherine Deshayes (1640-1680)

Sandra Ferrer – Mujeresenlahistoria.com

24 de septiembre de 2012

Muchas han sido las mujeres que a lo largo de la historia han sido condenadas por brujas. Desde un inofensivo elixir de amor hasta una peligrosa y macabra magia negra, algunas de estas mujeres se movieron en terrenos pantanosos. En la esplendorosa Francia del Rey Sol, se vivió uno de los episodios más oscuros de la historia de la brujería, no en vano, dicho lamentable capítulo fue definido como el «Asunto de los venenos». Más de 300 personas, muchas de ellas de alta alcurnia, demasiado cercanas al rey, fueron inculpadas, por cómplices, hacedores o impulsores de las más terribles actividades brujeriles. Una mujer, impasible, imperturbable, fue detenida a las puertas de una iglesia. Conocida como la Voisin, fue quemada vida [viva] por sus reiteradas actividades lucrativas relacionadas con embrujos, elixires, ritos de magia negra, abortos, asesinatos y envenenamientos.

Embrujos contra todo

De Catherine Deshayes, nacida en Francia en 1640, poco o nada se sabe sobre sus orígenes. La historia la encuentra casada con un joyero llamado Antoine Monvoisin, con el que tuvo al menos una hija, Marie-Marguerite Monvoisin, quien tendría también un papel destacado en el asunto de los venenos.

Parece ser que Catherine inició sus actividades como curandera tras la ruina de la joyería de su marido. Sostuvo la economía familiar con la lectura del futuro a partir de los rasgos faciales y de las manos. Pero la fama de Catherine se fue extendiendo a medida que sus sortilegios y embrujos parecían surtir el efecto deseado. Sus conocimientos de medicina y de hierbas y ungüentos la hicieron famosa hasta el punto de que un reguero de mujeres y hombres acudían diariamente en petición de ayuda.

Sus métodos pronto derivaron en extrañas fórmulas que hacían desaparecer en incomprensibles circunstancias a aquellos que amargaban la vida de sus desesperadas clientas, porque ellas, las mujeres de la alta nobleza, se convirtieron en las más asiduas visitantes del extraño hogar de la Voisin.

El asunto de los venenos

Pero Catherine no era un caso aislado en la Francia del siglo XVII. Las misteriosas muertes por envenenamiento o intoxicación que se sucedían en París en aquellos tiempos hicieron sospechar a la policía de que aquello no podía ser obra de una sola persona ni fruto de la casualidad. El 8 de marzo de 1679, Luis XIV ordenaba la creación de una corte especial conocida como al Chambre Ardente y dirigida por el teniente Nicolas de La Reyne, que intentara dilucidar aquellos supuestos y extraños crímenes.

Tras unas cuantas detenciones, le tocó el turno a La Voisin. En 1679, tras asistir a la misa del domingo, Catherine fue detenida. La Reyne sospechó de ella al encontrar en su casa de la rue Beauregard un pabellón con las paredes tapizadas de negro y un altar decorado con una cruz y velas negras.

La detención de Catherine, junto con Marie Bosse y Adam Coeuret, daría un giro a la investigación. Acusándose unos a otros, «confesaron haber hecho abortar a un número elevadísimo de mujeres, haber envenenado por encargo a diversas personas, haber practicado magia negra y haber organizado ritos satánicos y misas sacrílegas en el curso de las cuales se sacrificaba recién nacidos».

Durante el proceso de Catherine, nombres cercados a la corte del rey provocaron aún más problemas a los investigadores. Uno de esos nombres era el de la favorita del rey, Madame de Montespan, quien, según La Voisin, había sido cómplice de sus actividades demoníacas en más de una ocasión.

El final de Catherine estaba claro. Fue condenada a ser quedada [quemada] viva. El 22 de febrero de 1680, el castigo se cumplió en la plaza de la Grève a manos de un verdugo que muchos afirmaron que había sido su propio amante.

La muerte de la Voisin desató de repente la lengua de los demás acusados. Muchos de ellos volvieron a nombrar a la favorita real. Luis XIV intentó sin éxito quemar todas las pruebas inculpatorias contra su favorita. Cuando en 1682 se disolvía la Cámara Ardiente, habían sido encarceladas o ejecutadas todas aquellas personas que mencionaron en algún momento del proceso el nombre de Athenaïs de Montespan.

Catherine Deshayes fue uno de los más de 300 nombres incluidos en el vergonzoso asunto de los venenos, aunque fue quizás el nombre más conocido, no en vano «quedó su legendario recuerdo como reina de las brujas».

 


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