El caso Soledad Donoso

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  • Clasificación: Crimen sin resolver
  • Características: Móvil pasional - El cadáver de la joven fue hallado 16 días después de la desaparición en una zona de muy difícil acceso del río Guadalquivir en proceso de descomposición
  • Número de víctimas: 1
  • Fecha del crimen: 28 de septiembre de 1992
  • Perfil de la víctima: Soledad Donoso Toscano, de 18 años
  • Método del crimen: Golpes con un objeto contundente
  • Lugar: Córdoba, España
  • Estado: La investigación judicial del caso se cerró en 2014 por segunda vez y de nuevo sin esclarecer. La Audiencia no estimó el recurso presentado por la familia Donoso al auto del Juzgado de Instrucción número 7 de Córdoba que en 2015 concluyó el sumario sin procesamiento
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La «Soledad» de una investigación

Crimenycriminologo.com

28 de diciembre de 2011

El artículo 131 de nuestro Código Penal establece los plazos de prescripción de las penas, siendo de 20 cuando la privación de libertad fijada sea de quince o más años. Y el asesinato, tipificado en el artículo 139 del Código Penal, es sancionado con la pena de prisión de quince a veinte años. Así pues, a la familia Donoso Toscano le quedan nueve meses para descubrir al asesino de Soledad. De lo contrario, éste quedará libre para siempre.

Soledad, nacida un 30 de abril de 1974, era la segunda de los cinco hermanos Donoso Toscano. Una chica que decidió dejar de estudiar cuando tuvo oportunidad y ganarse la vida en la pizzería «Oh La La» situada en la Avenida Barcelona de Córdoba. Después de 12 meses allí, su vida quedó truncada el 28 de septiembre de 1992 cuando, como cada día, salió de casa rumbo hacia un trabajo al que nunca llegaría.

El 14 de octubre de 1992 su cuerpo era encontrado en una zona de muy difícil acceso del río Guadalquivir conocida como el Arenal Alto. El cadáver de la muchacha de 18 años se encontraba en muy mal estado, desmembrado y descompuesto por la acción de las alimañas y las fuertes lluvias que cayeron ese mes sobre la ciudad. Nunca se supo si las heridas habían sido producidas por mordeduras de animales o derivaban de otras causas. Tampoco su autopsia arrojó pistas. Y sigue sin saberse a ciencia cierta qué le ocurrió a Donoso ni cómo murió. La autopsia sólo confirmó que Soledad había fallecido el mismo día en que desapareció. Tenía la ropa puesta pero la cabeza estaba distanciada a un metro del tronco. Los forenses no pudieron precisar si murió decapitada o si las alimañas del río fueron las causantes de tan macabra estampa.

Cuando desapareció Soledad y se encontró su cadáver, las pesquisas policiales se centraron en interrogar a varias personas del entorno de la víctima y a registrar la habitación de la joven. Los investigadores encontraron una anotación de un número de teléfono que les condujo a un chico de Córdoba que sería detenido una semana después. Dicho joven negó conocerla, si bien una de las amigas de Soledad sí confirmó que ella misma les había presentado durante las ferias. Finalmente, el joven quedaría en libertad pocos días después.

Sobre este chico, el único detenido durante estos cerca de 20 años que lleva el caso abierto, nunca se posó la culpabilidad de la familia. El entorno de Soledad siempre dirigió la mirada en otra dirección. «Yo no puedo asegurar nada, pero desde mi intuición tengo muy claro quién lo hizo. Fue un conocido, uno que decía que mi hija era su novia y que en más de una ocasión le pegó», sostenía María del Carmen, madre de la fallecida. La misma que aseguró que si algún deseado día se desvelara la autoría de tal hecho «yo no podría perdonar nunca al que lo hizo. Da igual el tiempo que pase porque lo que hizo fue terrible y además no tuvo el valor de confesarlo y de arrepentirse. ¿Qué daño le había hecho mi hija para que le hiciera lo que le hizo?».

A unos pocos meses de la prescripción del caso, la familia se queja de que la investigación está abandonada y alertan de que hace «muchos años» que la policía no se pone en contacto con ellos. Ahora, se refugian en la ayuda mediática para tratar de poner de nuevo el foco sobre un caso que se extingue y que pegó un dramático giro a tenor de unas noticias surgidas en Córdoba que relacionan a José Bretón, padre de Ruth y José, los niños desaparecidos en Córdoba, con la víctima. Una intrigante coincidencia de la que la familia de Soledad asegura no tener constancia pese a que la misma edad de ambos sí podría haberles unido en las pandillas de juventud.

Ahora, tal y como hace 19 años, el rostro de Soledad vuelve a decorar marquesinas y escaparates de comercios en Córdoba. Casi cuatro lustros después, los carteles piden de nuevo a los vecinos que puedan manejar algún tipo de información que se pongan en contacto con la familia a través de un número de teléfono (652 18 20 69).

«Otra Navidad sin ti

»Ya son trece las navidades que pasamos sin ella, y cada vez se me hacen más difíciles. Por más que pasan los años no consigo arrancarla de mi cabeza; al revés, su recuerdo cada vez es más fuerte y su añoranza será eterna.»

Esta desgarradora frase la pronunció un 29 de diciembre de hace seis años la hermana de Soledad Donoso. Ya han pasado 19 navidades de abundantes interrogantes. Y lo más trágico es que en unos pocos meses dejarán de buscarse esas respuestas que aliviarían la pesadilla que desgarra los corazones de esta familia andaluza. ¿Quién? ¿Por qué?


Buscan el coche que llevó a Soledad Donoso hasta el lugar donde la mataron

Toñi Caravaca – Elmundo.es

3 de abril de 2013

Se busca coche, marca Volkswagen, modelo Gol GTI, del año 1991 y de color ojo [rojo]. En este vehículo está la pieza del puzzle que falta a la familia de la joven asesinada hace más de dos décadas en Córdoba, Soledad Donoso, para hacer justicia y que el culpable de su muerte pague lo que hizo entre rejas.

Después de que la familia consiguiera que la Audiencia Provincial de Córdoba reabriera el caso el pasado mes de mayo, evitando de esta forma que prescribiera al cumplirse 20 años del crimen, han aparecido nuevos datos que han generado esperanzas. Las técnicas utilizadas hace dos décadas para analizar las pruebas encontradas no eran las mismas que las que hoy están al servicio de los investigadores. Entonces se hallaron cabellos sobre el cuerpo pero no pudieron ser analizados genéticamente. La autopsia tampoco pudo confirmar la causa de la muerte, sólo que murió el mismo día en el que desapareció.

Sin embargo, la familia cuenta hoy con muchos más datos gracias a la labor de un criminólogo, Félix Ríos, que de forma desinteresada se ha dedicado en los últimos dos años a revisar el caso y realizar nuevas averiguaciones. Gracias a éstas se ha conseguido saber que la joven se subió en un coche que responde a unas características concretas (aunque se desconoce la numeración de la matricula y su propietario) en las cercanías de su domicilio el 28 de septiembre de 1992, día en el que desapareció. Ese mismo vehículo la condujo hasta la zona del Arenal Alto, en el río Guadalquivir, donde 14 días más tarde su cuerpo fue hallado en avanzado estado de descomposición.

Según ha explicado el criminólogo en una comparecencia pública este miércoles ante los periodistas para pedir la colaboración ciudadana, la persona que conducía el coche es la misma que ahora la jueza ha citado a declarar como imputado por homicidio. Estaba previsto que declarara el Martes Santo en el juzgado pero la defensa solicitó una prórroga para analizar el caso. Donoso se habría subido al coche con este persona creyendo que la acercaría hasta su lugar de trabajo, en una cafetería de la avenida de Barcelona de la capital cordobesa, cuando en realidad el destino era otro.

Una relación rota

Según ha explicado Félix Ríos, esta persona -que responde a las iniciales de R.C.G.- fue el segundo sospechoso ya durante la instrucción del caso hace más de 20 años. Con el joven, amigo de la pandilla, había mantenido la chica una relación sentimental informal a pesar de que él tenía novia en ese momento. Según ha relatado la abogada de la familia, Penélope Castejón, Soledad Donoso rompió esa relación y éste habría decidido poner fin a su vida tras una discusión que se desarrolló en la zona donde fue hallado el cadáver. De hecho, varios testigos han corroborado que la víctima recibió amenazas por esta decisión.

El criminólogo ha explicado que las declaraciones de los testigos y las averiguaciones policiales, que se dirigen desde la Brigada de Asuntos Internos de Madrid, han descartado que el propietario del vehículo que ahora se busca fuese consciente de que «fue prestado» al sospechoso y de que, por tanto, fue utilizado en el crimen de Soledad Donoso. De ahí la importancia de hallar al dueño del coche. Félix Ríos ha manifestado que el sospechoso, al que la familia apuntó desde un primer momento a pesar de lo cual no fue interrogado durante la primera instrucción, conoce bien cómo se maneja un turismo de estas características puesto que en su familia cuentan con varios modelos similares.

Éste y su pareja de entonces han sido las dos únicas personas que se han negado a colaborar en la investigación que inició la familia hace dos años de todas a las que han acudido. Además, intervenciones telefónicas realizadas a éste en 1992 han verificado que estuvo consultando páginas de medios de comunicación en internet para buscar noticias sobre el caso. También se arrancaron carteles en los que la familia de la joven pedía ayuda de la gente que pudiera tener cualquier información del entorno cercano al lugar de trabajo de este sospechoso.

La letrada ha insistido en que las características del caso permiten encuadrarlo en una muerte por violencia de género, aunque tendrá que ser la jueza que instruye el caso quien determine este aspecto. Ésta ha descartado que existiera algún tipo de vínculo de esta persona con algunos de los investigadores, motivo por el cual no habría sido citado a declarar cuando ocurrió el crimen a pesar de que había datos que apuntaban a él.

No obstante, el criminólogo asegura que la instrucción no fue «objetiva» entonces. Se produjo en «circunstancias sospechosas y perjudiciales». El reloj de la víctima «desapareció» de la mesa de un funcionario del juzgado y su DNI apareció en una comisaría 11 meses después de su muerte sin que nadie identificase a la persona que lo llevó. Además, varios testigos declararon que sus primeras declaraciones fueron cambiadas o eliminadas de las actuaciones.

Gran violencia física

La investigación ha permitido saber hoy la causa de la muerte de la joven, que falleció como consecuencia de golpes con un objeto contundente en la cara y en uno de sus brazos. Dos informes antropológicos realizados por la Policía Científica y por el Instituto Nacional de Toxicología, tras la exhumación del cadáver el pasado mes de julio, han permitido conocer que sobre el cuerpo de Donoso se ejerció «gran violencia física antes de la muerte».

La hermana de Soledad Donoso, Mari Carmen ha lamentado este miércoles que no se hubiese resuelto el crimen antes. «Si se hubiese hecho una investigación correcta en su momento, el culpable de la muerte de mi hermana ya estaría en la cárcel». Aun así, ésta asegura que la familia está contenta por los avances del caso y esperanzada porque el culpable del crimen pague lo que hizo.


El acusado por el crimen de Soledad Donoso niega al juez haberla matado

Toñi Caravaca – Elmundo.es

12 de abril de 2013

El imputado por la muerte de la joven Soledad Donoso, hace más de dos décadas, ha negado haber participado en el crimen ante la juez de Instrucción número 7 de Córdoba en la que ha sido su primera declaración judicial tras la reapertura del caso el pasado mayo, meses antes de que prescribiera.

Según ha relatado la abogada de la familia Donoso, Penélope Castejón, a su salida del juzgado, el imputado, que responde a las iniciales de R.C.G. y con quien la víctima mantuvo una relación sentimental a pesar de que éste tenía pareja en aquel entonces, ha negado ante la jueza haber participado en el crimen de la joven, que apareció en un lugar de difícil acceso junto al río Guadalquivir 14 días después de su desaparición en septiembre de 1992.

«Ha declarado muy nervioso, muy agitado y diciendo a todo que no», ha explicado la letrada. Ésta ha destacado que ni el fiscal ni la defensa ha realizado preguntas al imputado en la muerte de Soledad Donoso, por lo que tan sólo ha respondido a preguntas, «que han sido muy directas», de la jueza y de la acusación particular que ejerce la familia.

Según ha explicado Castejón, éste ya declaró en varias ocasiones ante la policía en la investigación que se abrió tras la desaparición y muerte de la chica, aunque consideraba que estas declaraciones eran «entrevistas», por lo que no estaban firmadas. En sede judicial, según consta en la primera parte del sumario, declaró en dos ocasiones pero ha sido este viernes cuando se ha sentado por primera vez ante la jueza por este crimen tras la reapertura del caso.

El imputado lo ha negado todo, aunque reconoce, según ha matizado Castejón, que existía una relación entre Soledad y él. «Sería absurdo negarlo cuando lo ha reconocido siempre», apunta la letrada. No obstante, «ha negado haberle hecho algo. Niega haberla matado». En este sentido, la abogada que defiende forma altruista los intereses de la familia Donoso ha dicho que todo ha ido conforme a lo previsto y ha recordado que ésta «siempre» lo ha señalado a él como el principal sospechoso.

A partir de ahora, «nosotros seguiremos con nuestra investigación», para lo que continuarán solicitando pruebas. En concreto, la familia está volcada en localizar al propietario del coche que podría haber llevado a Soledad Donoso hasta la zona del Arenal Alto, donde su cadáver apareció. Se trata de un coche, marca Wolkswagen, modelo Gol GTI, del año 1991 y de color rojo.

Gracias a las averiguaciones realizadas por la familia, con la ayuda del criminólogo Félix de los Ríos, se ha conseguido saber que la joven se subió en un coche que responde a unas características concretas en las cercanías de su domicilio el 28 de septiembre de 1992, día en el que desapareció. Ese mismo vehículo la habría conducido hasta la zona donde fue hallado su cadáver en avanzado estado de descomposición.

La familia ofreció una rueda de prensa hace una semana para pedir colaboración ciudadana para hallar al propietario de este vehículo, que en ningún caso conocía que ésta había sido prestado al presunto asesino ni que ha podido participar en un crimen.

La familia de Soledad Donoso, según su abogada, está «baja de ánimos», especialmente la madre, «que está ya en una situación desesperada».


La familia de Soledad Donoso organiza un concierto solidario para recabar fondos para la investigación

Europa Press – 20minutos.es

18 de mayo de 2013

La familia de Soledad Donoso, joven cordobesa desaparecida en septiembre de 1992 y cuyo cadáver fue hallado en octubre de ese año por la Policía en el río Guadalquivir a su paso por la capital, organiza un concierto solidario para el próximo día 6 de junio en el Teatro de la Axerquía de Córdoba, con el objetivo de recabar fondos que permitan sufragar la investigación, que continúa abierta y en la que el único imputado en estos momentos por la muerte ha negado que participara en los hechos, aunque sí ha reconocido que ambos mantuvieron una relación.

En declaraciones a Europa Press, la hermana de la joven, María del Mar Donoso, ha valorado que por parte del Ayuntamiento se haya cedido a la familia dicho teatro para celebrar el concierto, que empezará a las 22,00 horas y contará con la participación de manera «desinteresada» de grupos como Medina Azahara, Estirpe, Felipe Conde, Lía o Álvaro Vizcaíno, a la espera de más confirmaciones. Las entradas se prevé que salgan a la venta la próxima semana al precio de cinco euros y se podrán conseguir en Fuentes Guerra, el Gran Teatro o a través de la propia familia, según informa.

Mientras, la hermana de Soledad Donoso destaca que «desde que declaró el imputado se trabaja en la investigación» con distintas pruebas, entre ellas la reclamada a la Policía Científica para que localice en su laboratorio de Sevilla varios cabellos hallados en la autopsia de la joven y conservados, con la finalidad de buscar ADN, que se unen a las ya realizadas tras la reapertura del caso en mayo del año pasado y que determinan que la joven murió de forma violenta. Además, se prevé solicitar la colaboración del forense Francisco Exteberría, quien participó en el caso Bretón, para complementar informes ya realizados.

Entretanto, la abogada de la acusación particular, ejercida por la familia de la joven y representada por Penélope Castejón, esperaba que el imputado, R.C.G., negara «todos los hechos» o que participara en la muerte de Donoso, de modo que «no hay ninguna novedad», lamenta la letrada, quien asegura que ahora seguirá «con la investigación», todo ello tras abandonar el imputado por su propio pie los juzgados a mediados de abril de este año.

Según manifiesta la abogada, «la familia siempre lo ha señalado», al ahora imputado, como el presunto autor de la muerte de la joven. Cabe destacar que R.C.G. no fue interrogado en su día ni por la Policía Nacional ni por el juzgado. Mientras, la familia ha pedido la colaboración ciudadana para localizar al propietario de un coche rojo, marca Volkswagen Golf GTI del año 1991, con matrícula Córdoba terminada en las letras AB -que se puede consultar en la dirección web «www.youtube.com/watch?v=bJCnnWe9vyE» y llamar al 652182069-, puesto que con dicho coche se «aclararía» el presunto crimen, teniendo en cuenta que en dicho vehículo supuestamente se montó la joven momentos antes de los hechos, según aseguran algunos testigos que han llevado a la Policía Nacional a interrogar a una veintena de propietarios de automóviles iguales, pero sin hallar por el momento vinculación con el suceso.

Por su parte, el criminólogo del caso, Félix Ríos, advierte que la investigación ha contado con «circunstancias sospechosas y perjudiciales», como que «en el escenario de la muerte no se encontraron varios huesos de la víctima»; «el reloj de ella desapareció de la mesa de un funcionario del juzgado antes de ser analizado»; su DNI «apareció en una comisaría entregado por un ciudadano que se lo encontró en la calle once meses después y no le tomaron declaración».

Igualmente, apunta que «varios de los testigos que declaran al final de la instrucción en los años 90 dicen que sus primeras declaraciones podrían haber sido cambiadas, modificadas u omitidas», y en las que «señalaban al segundo de los sospechosos», el ahora imputado. Según él, «la Policía no las consideró importante» en su momento, aunque desconocen que exista relación entre el sospechoso y la Policía.

Además, explica que «se marca como hipótesis inicial que sería un crimen por violencia de género, entendiendo que en los años 90 nadie hablaba de violencia de género, donde el responsable es una persona ególatra, arrogante y con una posible vida de pareja y explosívamente violento».

Un golpe mortal en la cabeza

En este contexto, la juez instructora ha levantado el secreto de sumario a los diez meses de la reapertura de la causa, en la que una nueva prueba forense ha determinado que la joven murió de forma violenta. Y es que, desde que la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba admitió en mayo de 2012 la petición de la familia de reabrir la investigación, el juzgado ha ordenado la práctica de una decena de diligencias y la principal novedad de estas nuevas pruebas es un examen forense que determina que la causa de la muerte de Soledad se debió a «varios golpes con un objeto contundente que le propinaron en el mismo lugar en el que apareció el cuerpo».

En concreto, la joven supuestamente recibió un golpe en la cabeza que fue mortal de necesidad, según recoge la conclusión de dos informes antropológicos judiciales. Las nuevas técnicas criminalísticas han podido aclarar, además, que Soledad supuestamente fue asesinada por un único individuo que la trasladó viva hasta El Arenal.

Cabe recordar que la jueza ordenó el verano pasado la exhumación del cadáver para someterlo a nuevas necropsias. En la autopsia efectuada en 1992, el forense señalaba que a consecuencia de la falta de algunas vísceras y el mal estado que presentaban las encontradas «no es posible determinar la causa de la muerte, violenta o natural». El médico que practicó ese examen no observó «ningún tipo de lesión traumática», si bien el cuerpo estaba incompleto por la intervención de alimañas y por las inclemencias del tiempo.

Soledad Donoso, de 18 años de edad en el momento de los hechos, salió de su casa -en la plaza de San Pedro- para ir a trabajar a una pizzería de la avenida de Barcelona en la tarde del 28 de septiembre de 1992, pero nunca llegó a su destino. La familia se movilizó y la Policía Nacional encontró su cuerpo 14 días después en la Huerta del Arenal, cerca del río Guadalquivir, en proceso de descomposición, después de que un paseante diera aviso al 091.

Durante la investigación, al menos dos testigos señalaron la posible implicación de un joven del entorno de la chica, pero la brigada de Homicidios de la Policía Nacional centró sus sospechas en otro amigo, que fue detenido y puesto en libertad a los pocos días ante la falta de pruebas.


Investigan un posible encubrimiento policial en el crimen de Soledad Donoso

Europa Press – 20minutos.es

25 de septiembre de 2013

El Juzgado de Instrucción número 7 de Córdoba investiga una llamada en la que se informaba sobre la posible implicación de determinados agentes policiales en un posible encubrimiento de pruebas que apuntaban a R.C.G., imputado en el crimen de la joven Soledad Donoso, fallecida hace 21 años.

Así lo han destacado a Europa Press fuentes cercanas a la investigación y ha adelantado este miércoles Diario Córdoba, que precisa que el encausado es sobrino de un policía que en esa época estaba en activo. En concreto, una persona llamó desde una cabina a un teléfono habilitado por la familia para recoger pistas. En esa llamada -efectuada en abril- aportó nombres, apellidos y datos policiales de los agentes que pudieran estar implicados. «Ellos se encargaron de hacerlo desaparecer todo», según figura en la transcripción que obra en poder del juzgado.

La acusación considera importante esta información ya que aporta datos concretos sobre los supuestos implicados, no accesibles a cualquier ciudadano, y esperan que la persona anónima vuelva a contactar para ofrecer más detalles. «Nos valdría un sms o una llamada anónima», señala un portavoz de la familia. El posible encubrimiento policial -que estaría prescrito- «es algo secundario y en lo que no queremos ahondar; lo que perseguimos es procesar al imputado y sentarlo en el banquillo», añade esta fuente.

Cabe destacar que R.C.G., que no fue interrogado en su día ni por la Policía Nacional ni por el juzgado, declaró ante la juez en abril y negó cualquier tipo de implicación en el caso.

Soledad Donoso Toscano, de 18 años, salió de su casa en la plaza de San Pedro para ir a trabajar a una pizzería de la avenida de Barcelona en la tarde del 28 de septiembre de 1992, pero nunca llegó a su destino. Su cuerpo se encontró 14 días después en El Arenal, en proceso de descomposición, después de que un paseante avisara al 091.


La familia de Soledad Donoso recurre el archivo del caso tras hallar el coche de los hechos

Europa Press – Lainformacion.com

30 de abril de 2014

La familia de Soledad Donoso, la joven cordobesa cuyo cadáver fue hallado junto al río Guadalquivir en la capital hace más de 21 años, ha recurrido ante la Audiencia Provincial el archivo provisional del caso propuesto por el Juzgado de Instrucción número 7, después de que la familia haya encontrado el coche que supuestamente utilizó el único imputado en los hechos, aunque la juez considera que son «meras especulaciones», mientras que la Policía apoya la investigación en dicho sentido.

Así lo han destacado en una rueda de prensa la abogada de la familia, Penélope Castejón, el criminólogo Félix Ríos y una de las hermanas de Soledad, Marta Donoso, acompañados por el portavoz de la asociación «Lola Castilla», Rafael Castejón. Al respecto, subrayan que el sumario de la causa «no está cerrado», puesto que «queda camino por recorrer».

En este sentido, apuntan que se le han transmitido a la jueza «las posibles gestiones que situarían al imputado en el escenario» de los hechos, además del hallazgo del coche en Barcelona, de manera que se preguntan «¿qué es lo que quiere el juzgado?, si el coche del imputado está localizado», y «ni siquiera se ha pedido opinión al equipo de policía».

De este modo, la familia ha organizado una manifestación ante la Audiencia cuando se conozca la fecha de deliberación sobre el recurso de la familia, con el objetivo de que las administraciones investiguen el caso «hasta sus últimos términos», así como que depuren responsabilidades de las «irregularidades» en la causa.

Además, piden a la Fiscalía Provincial una entrevista con los familiares para conocer su postura ante el recurso planteado ante la Audiencia, al tiempo que solicitan a la Subdelegación del Gobierno otra entrevista para solicitarle que inste al Ministerio del Interior para que a través de la Policía Científica se localicen «los cabellos extraviados» que estaban en el laboratorio de Policía Científica en Sevilla, o en su defecto, dicte una resolución administrativa que «deje constancia de su pérdida y depure responsabilidades administrativas de los responsables de su custodia».

Igualmente, piden que se pronuncie en los mismos términos en lo referido a la pérdida del reloj de la víctima en el año 1992 del cajón de la mesa de un agente judicial, así como el mechero decomisado en el escenario del crimen y que «no aparece en el depósito de pruebas del juzgado».

Al hilo de ello, el criminólogo considera que la decisión de la jueza se puede deber a «la falta de información o interpretación», de modo que «no le ha dado el interés a la línea de trabajo», o, agrega, «a lo mejor el caso se ha convertido en un marrón porque hay pruebas que se han perdido, y llega el momento en el que lo más cómodo para la administración es que el caso esté metido en un cajón».

Mientras, la letrada manifiesta que cada vez que buscan encuentran y «siempre hay una irregularidad», de manera que, a su juicio, «resulta muy incomodo que salga una respuesta del juzgado que tenga que ser siempre en el sentido de que se ha perdido, no se encuentra o no sabemos lo que ha sucedido», a lo que añade que «siempre han sido preguntas embarazosas para el juzgado», y ante ello se han dado «respuestas evasivas».

Así, cree que «lo más normal es que no quieran seguir adelante, porque con tantas preguntas sin respuestas y pruebas perdidas no les gustaría que siguiéramos pensando que los trabajos que se realizaron en su época hayan sido sobre todo imprudentes», motivo por el que declara que «el juzgado ha querido cerrar su investigación». En caso de que se archivara de manera provisional, indican que tienen hasta el año 2021 para volver a pedir una reapertura, aunque esperan que «no se tenga que llegar a ello» y continúe abierto, apostillan.

La familia, «indignada»

Por su parte, la hermana de Soledad, Marta Donoso, ha relatado que tras la decisión de la jueza la familia se siente «totalmente indignada y con mucha rabia», puesto que se ha vuelto «a lo que se hizo hace 20 años», dado que «se presentan las pruebas a la juez y se para, y no sabemos el motivo».

Así, la familia pide que «siga la investigación», porque hay unos cinco testigos con respecto al vehículo de los hechos, marca Golf del año 1991, en el que supuestamente se montó la joven momentos antes, según han asegurado los testigos que han llevado a la Policía Nacional a investigar varios automóviles y tomar más de 20 declaraciones, sin hallar vinculación con el suceso, aunque la familia lo ha localizado tras sus gestiones y difusión en los medios desde abril del año pasado.

Además, se ha investigado la llamada en la que se informaba sobre la supuesta implicación de determinados agentes policiales en un posible encubrimiento de pruebas que apuntaban a R.C.G., imputado en el crimen de la joven, pero sin resultados, al tiempo que recuerdan que el encausado es sobrino de un policía que en esa época estaba en activo.

En concreto, una persona llamó desde una cabina a un teléfono habilitado por la familia para recoger pistas. En esa llamada -efectuada en abril del año pasado- aportó nombres, apellidos y datos policiales de los agentes que pudieran estar implicados. «Ellos se encargaron de hacerlo desaparecer todo», según figura en la transcripción que obra en poder del juzgado, si bien comentan que les han explicado que las responsabilidades de los policías en caso de que las hubiera «estarían extinguidas».

Y sobre los restos de cabello que se encontraron en la escena y que se remitieron a la Policía Científica en Sevilla tras producirse el suceso y «el Juzgado dio orden expresa de que no se destruyeran porque era un caso sin resolver», el criminólogo ya detalló el pasado septiembre que «cuando se reabrió el procedimiento», en 2012, «la jueza ordenó al laboratorio de Sevilla que localizara los restos y extrajera ADN, pero la respuesta del laboratorio es que han pasado 20 años, que se habían mudado y no saben dónde están».

Cabe destacar que R.C.G., que no fue interrogado en su día ni por la Policía Nacional ni por el juzgado, declaró ante la jueza en abril del año pasado y negó cualquier tipo de implicación en el caso.

Soledad Donoso Toscano, de 18 años, salió de su casa en la plaza de San Pedro para ir a trabajar a una pizzería de la avenida de Barcelona en la tarde del 28 de septiembre de 1992, pero nunca llegó a su destino. Su cuerpo se encontró 14 días después en El Arenal, en proceso de descomposición, después de que un paseante avisara al 091.


La familia de Soledad Donoso destaca que «se han aclarado muchos aspectos totalmente ocultos»

Europa Press – 20minutos.es

25 de septiembre de 2014

La familia de Soledad Donoso, la joven cordobesa cuyo cadáver fue hallado junto al río Guadalquivir en la capital hace unos 22 años, ha valorado la «actitud positiva» del subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado, tras la reunión celebrada este jueves para analizar el caso, del que destacan que en los últimos años «se han aclarado muchos aspectos controvertidos o totalmente ocultos» desde 1992, cuando ocurrieron los hechos.

En declaraciones a Europa Press, la abogada de la familia, Penélope Castejón, ha manifestado que la reunión con el subdelegado ha sido «fructífera» porque tiene «un gran interés por el tema y toca varias puertas esperando respuestas, ya sea de cualquier tipo», así como que la información solicitada por la familia sobre distintas pruebas «salga un poco aclarada por los ministerios».

Al respecto, comenta que hasta el momento «no se puede concretar nada» sobre los informes que se encargaron al Gobierno, principalmente al Ministerio del Interior y al de Justicia. La familia pidió que a través de la Policía Científica se localicen «los cabellos extraviados» sobre este causa, que estaban en el laboratorio de Policía Científica en Sevilla, o en su defecto, se dicte una resolución administrativa que «deje constancia de su pérdida y se depuren responsabilidades administrativas de los responsables de su custodia».

Igualmente, solicitaron que haya un pronunciamiento en los mismos términos en lo referido a la pérdida del reloj de la víctima en el año 1992 del cajón de la mesa de un agente judicial, así como el mechero decomisado en el escenario del crimen y que «no aparece en el depósito de pruebas del juzgado», entre otras pruebas.

En este sentido, la abogada resalta que «ha habido comunicación con los agentes con los que tenía que haberla» y espera que «pronto haya una respuesta», dado que son «cuestiones controvertidas que había en el juzgado, como la pérdida del mechero que hubo en el escenario del crimen o los cabellos», subraya la letrada, que confía en que la Audiencia Provincial no archive el caso.

«Negligencias de justicia»

Al hilo de ello, defiende que en el caso «ha habido muchas aclaraciones dentro de lo que fue el crimen», después de que «se han aclarado muchos aspectos controvertidos o totalmente ocultos; se ha descubierto que la chica fue asesinada; muchos detalles de la autopsia, infinidad de negligencias por parte de profesionales o del Ministerio de Justicia, que ahora se han ido aclarando y mirando más minuciosamente», al tiempo que «han salido muchas cosas nuevas, pero todavía hay que trabajar y resolver el trayecto», remarca Penélope.

Mientras, una de las hermanas de Soledad, María del Mar Donoso, ha señalado que salen «bastante satisfechos» de la reunión con el subdelegado, al que le han visto «una actitud positiva», y confían en que «puede ser que se haga justicia» en esta causa, de la que el próximo 28 septiembre se cumplen años y para la efeméride la familia realizará como cada año la carta recordatorio.

Entretanto, María del Mar ha informado de que la convocatoria de actos por este caso dependerá «de lo que surja tanto en contestaciones de la Subdelegación del Gobierno como de la Audiencia». La familia tiene previsto presentar los informes del Gobierno en los juzgados cuando les den traslado.

A la espera de que la Audiencia Provincial les notifique la resolución sobre el recurso que presentaron contra el archivo provisional del caso propuesto por el Juzgado de Instrucción número 7, la familia, apoyada por numerosas personas y la Plataforma Cordobesa Contra la Violencia a las Mujeres, se concentró en el mes de junio en los juzgados de Córdoba, ante la falta de respuestas por parte de la Audiencia.

Igualmente, en el mes de mayo pasado ya tuvieron otra reunión con el subdelegado del Gobierno, en la que escuchó sus peticiones sobre las diversas pruebas del caso, algo que valoraron desde la familia, después de que meses antes encontraran el coche que supuestamente utilizó el único imputado en los hechos, aunque la juez consideró que son «meras especulaciones», al tiempo que la Policía apoya la investigación en dicho sentido.

«Queda camino por recorrer»

Desde la familia subrayaron que el sumario de la causa «no está cerrado», puesto que «queda camino por recorrer», y a tal efecto, piden que las administraciones investiguen el caso «hasta sus últimos términos», así como que depuren responsabilidades de las «irregularidades» en la causa, aunque hasta el momento sin respuesta.

De este modo, la familia pide que «siga la investigación», porque hay unos cinco testigos con respecto al vehículo de los hechos, marca Golf del año 1991, en el que supuestamente se montó la joven momentos antes, según han asegurado los testigos que han llevado a la Policía Nacional a investigar varios automóviles y tomar más de 20 declaraciones, sin hallar vinculación con el suceso, aunque la familia lo ha localizado tras sus gestiones y difusión en los medios desde abril del año pasado.

Además, se ha investigado la llamada en la que se informaba sobre la supuesta implicación de determinados agentes policiales en un posible encubrimiento de pruebas que apuntaban a R.C.G., imputado en el crimen de la joven, pero sin resultados, al tiempo que recuerdan que el encausado supuestamente es sobrino de un policía que en esa época estaba en activo.

En concreto, una persona llamó desde una cabina a un teléfono habilitado por la familia para recoger pistas. En esa llamada -efectuada en abril del año pasado- aportó nombres, apellidos y datos policiales de los agentes que pudieran estar implicados. «Ellos se encargaron de hacerlo desaparecer todo», según figura en la transcripción que obra en poder del juzgado, si bien comentan que les han explicado que las responsabilidades de los policías en caso de que las hubiera «estarían extinguidas».

Restos de cabello

Y sobre los restos de cabello que se encontraron en la escena y que se remitieron a la Policía Científica en Sevilla tras producirse el suceso y «el Juzgado dio orden expresa de que no se destruyeran porque era un caso sin resolver», el criminólogo del caso, Félix Ríos, ya detalló el pasado septiembre que «cuando se reabrió el procedimiento», en 2012, «la jueza ordenó al laboratorio de Sevilla que localizara los restos y extrajera ADN, pero la respuesta del laboratorio es que han pasado 20 años, que se habían mudado y no saben dónde están».

Cabe destacar que R.C.G., que no fue interrogado en su día ni por la Policía Nacional ni por el juzgado, declaró ante la juez en abril del año pasado y negó cualquier tipo de implicación en el caso.

Soledad Donoso Toscano, de 18 años, salió de su casa en la plaza de San Pedro para ir a trabajar a una pizzería de la avenida de Barcelona en la tarde del 28 de septiembre de 1992, pero nunca llegó a su destino. Su cuerpo se encontró 14 días después en El Arenal, en proceso de descomposición, después de que un paseante avisara al 091.


La Audiencia cierra el caso Donoso sin esclarecer

Manuel J. Albert – Cordopolis.es

20 de diciembre de 2014

La investigación judicial para esclarecer el presunto asesinato de la joven Soledad Donoso en 1992 se cierra por segunda vez. Según avanzó ayer el Diario Córdoba, la Audiencia no ha estimado el recurso presentado por la familia Donoso al auto del Juzgado de Instrucción número 7 de Córdoba que en abril concluyó el sumario sin procesamiento. Ello significa que no se ha podido acusar a nadie de la muerte de la joven, a pesar de que hace un año se imputó a un antiguo novio de la fallecida.

Los restos de Soledad Donoso aparecieron el 14 de octubre de 1992 en la orilla del Guadalquivir a su paso por Córdoba. No se sabía nada de ella desde hacía 14 días. Había salido de casa de sus padres, donde vivía, en la plaza de San Pedro para ir a su trabajo en una pizzería de la avenida Barcelona.

El cadáver de la muchacha de 18 años se encontraba en muy mal estado, desmembrado y descompuesto, posiblemente por la acción de las alimañas y las fuertes lluvias que cayeron ese mes sobre la ciudad. En septiembre de 2012 iba a prescribir el crimen, pero la familia, con la ayuda del grupo Laxshmi -una asociación que lucha por resolver casos de crímenes olvidados- logró que se revisasen de nuevo todas las pruebas que se practicaron en su momento, así como volver a interrogar a todas las personas a las que se tomó declaración. De hecho se imputó a un antiguo novio en el caso que, finalmente, no ha sido procesado.


La familia de Soledad Donoso denuncia el extravío de parte de sus restos

Europa Press – Diariocordoba.com

22 de julio de 2015

La familia de Soledad Donoso, la joven cordobesa cuyo cadáver fue hallado junto al río Guadalquivir en Córdoba capital hace ya más de 22 años, ha denunciado este miércoles en los juzgados el extravío de parte de los restos de esta víctima de asesinato, por el que no se ha llegado a acusar o juzgar a nadie, y a la que este miércoles no han podido enterrar (por segunda vez) sus familiares, al no contar más que con una parte de sus restos, los cuales fueron exhumados en 2012 al reabrirse la investigación sobre su muerte, definitivamente cerrada en 2014.

Según han informado a los periodistas y difundido en redes sociales familiares y allegados de Soledad Donoso, ha sido este miércoles, en el momento de revisar los enseres personales y restos de la joven asesinada en 1992, en el cementerio de la capital cordobesa donde iba a ser nuevamente enterrada, cuando sus familiares se han percatado de que solo se les había entregado parte del esqueleto de Soledad Donoso.

Cuando, posteriormente, los familiares de la víctima se han trasladado al Juzgado de Instrucción número siete de Córdoba, que dio por cerrada en 2014 la referida nueva investigación del crimen, para pedir explicaciones sobre la ausencia de parte de los restos de Soledad Donoso, es cuando han decidido presentar una denuncia al respecto, dado que no se les ha dado una respuesta concreta sobre el paradero de los restos extraviados, que fueron exhumados por orden judicial en 2012 para la práctica de nuevas pruebas.


Los restos de Soledad Donoso que faltaban siguen en Madrid

Manuel J. Albert – Cordopolis.es

24 de julio de 2015

El triste suceso del miércoles ya tiene explicación. Los restos del cadáver de Soledad Donoso que no fueron entregados a la familia siguen en Madrid, en los laboratorios de Toxicología. Diario Córdoba avanza que así se lo comunicó ayer el subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado, a los allegados de la joven, presuntamente asesinada en 1992. Después de que cuerpo fuese exhumado en 2012, esta semana la familia se disponía darle de nuevo sepultura cuando se percató de que faltaba parte del osario.

Más de la mitad de los restos había desaparecido. «Nadie sabe dónde están, nadie nos lo aclara», se quejaba amargamente el miércoles su hermana, María del Mar. «Nos han entregado dos cajas con dos fémures y un húmero. Y en la otra, algunas pertenencias de mi hermana», señala María del Mar. «Pero queda mucho más. No está el cráneo ni el resto del brazo. No hay nada», exclama. Indignada, la familia abandonó el camposanto rumbo al juzgado para pedir explicaciones.

«En el juzgado nos han tratado fatal, la magistrada del Juzgado de Instrucción 7 no nos ha querido atender y ha llegado a salir al pasillo para decirnos que la estábamos molestando», criticaba la hermana de Soledad Donoso. «Nos ha dicho que ya investigarán lo que ha pasado pero que allí no saben nada», terminó. Tampoco en la Policía Científica sabían decirles qué había podido ocurrir. Finalmente, los huesos seguían en sus dependencias de Madrid. La familia decidió presentar una denuncia por el trato recibido en la Audiencia de Córdoba.

La investigación judicial para esclarecer el presunto asesinato de la joven Soledad Donoso en 1992 se cerró en diciembre por segunda vez y de nuevo sin esclarecer. La Audiencia no estimó el recurso presentado por la familia Donoso al auto del Juzgado de Instrucción número 7 de Córdoba que en abril concluyó el sumario sin procesamiento. Ello significa que no se pudo acusar a nadie de la muerte de la joven, a pesar de que hacía un año se había imputado a un antiguo novio de la fallecida.


Bloqueado un nuevo intento para reabrir el caso Donoso

Manuel J. Albert – Cordopolis.es

2 de mayo de 2016

Los representantes legales de la familia de Soledad Donoso tratan de reabrir la investigación por la muerte de esta joven en 1992. Un caso de presunto asesinato que nunca se esclareció y que está lleno de lagunas y zonas oscuras. La familia tuvo conocimiento a través de la Subdelegación del Gobierno, hace unos meses, de que podía haberse hallado los restos de cabellos de la joven que se habían perdido en los depósitos de pruebas. Lo importante, en este caso, es que dichas muestras conservarían el bulbo del cabello del que podría obtenerse el ADN.

¿Cómo poder realizar y obtener esos análisis? Fuentes cercanas a la familia señalan que desde la Subdelegación se informó de que sólo con la autoridad judicial se podrían realizar los análisis que solicita la familia. Pero tras la petición por escrito que se presentó en la Audiencia, la familia ha obtenido el no por respuesta. Un nuevo revés más para la madre y hermanas de Soledad. La Audiencia basa su negativa en la protección de la intimidad. Una razón que ni la familia ni sus representantes legales entienden.

Los restos de Soledad Donoso aparecieron el 14 de octubre de 1992 en la orilla del Guadalquivir a su paso por Córdoba. No se sabía nada de ella desde hacía 14 días. Había salido de casa de sus padres, donde vivía en la plaza de San Pedro, para ir a su trabajo en una pizzería de la avenida Barcelona.

La investigación judicial para esclarecer el presunto asesinato se cerró en diciembre de 2014 por segunda vez y de nuevo sin esclarecer. La Audiencia no estimó el recurso presentado por la familia Donoso al auto del Juzgado de Instrucción número 7 de Córdoba que en abril de 2015 concluyó el sumario sin procesamiento. Ello significa que no se pudo acusar a nadie de la muerte de la joven, a pesar de que hacía un año se había imputado a un antiguo novio de la fallecida. Finalmente, esta persona no fue procesada.


La Audiencia no ve claras las pruebas del caso Donoso

Manuel J. Albert – Cordopolis.es

9 de mayo de 2016

La familia de Soledad Donoso, la joven cordobesa supuestamente asesinada en 1992, tuvo conocimiento por parte de la Subdelegación del Gobierno de que se podían haber localizado pruebas del caso que habían sido dadas por desaparecidas. La madre y las tres hermanas de la joven busca [buscan] cuatro grupos de pelos encontrados en el cuerpo de Soledad, que contenían bulbo -del que se puede extraer el ADN- y cuya existencia consta en el sumario practicado hace 24 años.

La defensa letrada de la familia considera que dichas pruebas podrían ser la llave para reabrir un caso que ya ha sido cerrado dos veces. Pero la Audiencia ha desestimado este hecho porque, según recoge un Auto del 12 de abril, del contenido del escrito de la Subdelegación del Gobierno, «no se desprende que esté en posesión de elementos o efectos del delito que sean útiles para la investigación de esta causa». El problema para la familia es que la Audiencia hace referencia «nueve pelos pubianos» para desestimar la petición. «Pero hay una confusión porque esas no son las muestras que pedimos ni las que nos ha dicho que supuestamente existen y están localizadas», señala María del Mar Donoso. De hecho, tal y como recoge la Audiencia, los nueve pelos pubianos «no son los pelos que pudieran ser aptos para el análisis [genético] que [la familia] pretende».

«Claro», responde María del Mar, «porque esos pelos pubianos son muestras cortadas que no tienen bulbo, pero en el sumario siempre se hizo la distinción entre los pelos cortados y los que se hallaron en el cuerpo de mi hermana y son estos últimos, los que tienen bulbo, los que pensamos que pueden ser de otra persona y los que estamos buscando», aclara la hermana de Soledad.

Para la familia de Soledad, el Auto de la Audiencia es un nuevo mazazo. Otro más en una larga lista en su lucha por saber qué pasó el 1 de octubre de 1992, cuando desapareció. Su cuerpo no se encontró hasta 14 días después. La familia se queja de que la investigación y la instrucción del caso fueron deficientes desde el momento mismo del hallazgo del cadáver en la orilla del Guadalquivir. Hasta hace dos años, cuando lograron reabrir el caso, no supieron a ciencia cierta qué le había pasado. La nueva investigación concluyó que Soledad había fallecido por muerte violenta. La nueva instrucción llegó a imputar a un antiguo novio de Soledad pero se cerró sin formular ninguna acusación a nadie en diciembre de 2014.

En aquella segunda investigación, los abogados y asesores de la familia denunciaron que muchas de las pruebas habían desaparecido. Entre ellas, destacaban esos nueve pelos que constaba que se habían recogido. La familia tiene la certeza de que no pertenecían a Soledad, sino a otra persona. Lo que más destacan es que los mismos no habían sido cortados pero sí arrancados de raíz y que en su bulbo todavía se podría contener el ADN que esclareciera finalmente si eran de Soledad o de ese otro individuo.

Durante años la familia ha solicitado la búsqueda de esas pruebas. Y la noticia de que pudiesen haber sido localizados en un depósito les llenó de esperanza. Por ello pidieron a la Subdelegación que se las entregase o que analizase el ADN. Y ésta le devolvió una misiva en la que delegaba cualquier acción a una orden judicial por existir datos personales protegidos por la ley. De esta forma, la familia acudió a la Audiencia, que ahora ha interpretado el escrito de la Subdelegación para zanjar que no está acreditada la existencia de esas pruebas. Pero haciendo siempre referencia a los nueve pelos pubianos que, insiste la familia, «no son los que estamos buscando».

Aún así, la familia Donoso ya anuncia que no se va a rendir. Su abogado prepara un recurso de súplica como último cartucho legal y la madre y las hermanas de Soledad no descartan acudir a organismos legales superiores para seguir la lucha.


El caso Soledad Donoso

Datos extraídos del documental «Expediente abierto» de Antena 3 TV.

Soledad tenía dieciocho años cuando su rastro se perdió camino del trabajo. Su cadáver apareció decapitado dieciséis días más tarde.

Sole, como la llamaban su familia y amigos, se dejaba llevar por su sueño de ser modelo. Le gustaba la ropa, el maquillaje, tenía éxito con los chicos, y era divertida y desenvuelta. Los investigadores creen que alguno de sus conocidos guarda el secreto de su muerte.

Entrevista del criminólogo Vicente Garrido con una de las hermanas pequeñas de Soledad Donoso

Vicente Garrido: ¿Por qué cambió ella de amistades en los últimos meses?

María del Mar Donoso: Conoció a dos compañeras que le presentaron todo su entorno de amigos y ella empezó a moverse con este entorno, y la verdad es que […] alguno de ellos eran un poquito complicados.

Vicente Garrido: ¿Ella te manifestó en algún momento, durante esos meses, que estuviera preocupada o que se sintiera muy mal por esas nuevas amistades?

María del Mar Donoso: Pues la verdad que sí. Ella en un tiempo atrás, antes de que le pasara esto, vivía como con más miedo, estaba preocupada. Con un chaval en concreto tenía ella bastantes problemas.

Vicente Garrido: Se sentía amenazada…

María del Mar Donoso: Sí. Lo que pasa es que ella siempre, yo las veces que hablaba conmigo, intentaba quitarle la importancia que tenía. La conciencia del maltrato, a lo mejor, no se tenía como se tiene hoy en día…

Vicente Garrido: Lo que estás queriendo decir es que ese chico a ella la maltrataba…

María del Mar Donoso: Sí.

Vicente Garrido: ¿Qué tipo de maltratos?

María del Mar Donoso: Pues tanto físicos como psicológicos. […] Incluso intentar abusar de ella y demás, y sobre todo psicológicamente tenía una obsesión mi hermana con este chaval grandísima. Estaba muy obsesionada con él. Entonces hubo un tiempo [en el que] él le dijo que había roto con la novia y empezaron a salir. No llegó ni a dos meses, que ella se enteró que era mentira y lo dejó. Y es cuando empezaron los problemas. Llamadas telefónicas amenazando y ella llegó un día a casa con una brecha en la cabeza, otra vez con un mechón de pelo cortado…

El día de la desaparición

Soledad trabajaba con horario partido en un bar pizzería. Sus compañeros fueron los que dieron la voz de alarma cuando no llegó en el turno de tarde. ¿La joven estaba preocupada por algo aquel día?

Ana Gallardo, amiga de Soledad: «Yo estuve con ella antes de irse a trabajar [sobre las 14.ooh.] y en ningún momento yo la vi para nada titubear…»

Esta sensación no coincide con la que tuvo otra compañera de Soledad. En aquel momento también era su mejor amiga, y la mañana del 28 de septiembre de 1992 fue a verla al trabajo.

María del Carmen González, amiga de Soledad: «Pasé a saludarla y la verdad es que estaba nerviosa, muy seria; no levantaba la cabeza del fregadero y estaba bastante más triste que normalmente solía estar. Algo le pasaba. No me lo quiso contar. Me dijo que ya me lo contaría. [Entonces yo le dije que fuéramos a tomar un café, que yo entro a trabajar también por la tarde, y me dijo: «vale»]»

María del Carmen no recuerda llamar por teléfono a Soledad a su casa a la hora de la comida, pero la familia de Soledad sí que recuerda que la joven habló con alguien.

María del Carmen González: «A mí no me llamó para decirme que no. La esperé un poco, pero cuando ya vi que a mí se me hacía tarde me fui.»

Rafael Calvo, jefe de Soledad: «Sole tenía que entrar a trabajar a las seis de la tarde, pero ya no se presentó. Se llamó por teléfono a su casa y no estaban los padres; estaba una hermana chica y entonces a la hermana chica no se le quiso decir nada.»

Soledad, siempre puntual, no llegó a trabajar. Su familia dio mil vueltas aquella tarde tratando de saber qué había ocurrido: si la joven tenía planeada una cita antes de ir al bar o si tuvo algo que ver el hecho de que fuera caminando al trabajo.

Félix Ríos, criminólogo forense: «Mi hipótesis sobre lo que ocurrió esa tarde de septiembre de 1992 es clara. Soledad se dispone a salir de su casa para ir al trabajo, le pide un paquete de tabaco a su padre, un paquete entero que coge de la guantera y que estrena.

»Una de sus hermanas le pide la llave de la moto. Sole le da las llaves. Esto nos indicaría que el sujeto que la abordó no sabía cómo se iba a desplazar hasta el trabajo. Recibe una llamada de teléfono, baja las escaleras de su casa y a los pocos metros, en la Plaza de San Pedro, se encuentra con un coche que la estaba esperando allí.

»Tienen una relación de confianza lo suficientemente importante como para que Sole, a pesar de que son ya prácticamente las seis menos cuarto, seis menos diez, se suba al coche.

»Cuando llegan precisamente a la Avenida Barcelona, en lugar de subir hacia el trabajo de Soledad, el sujeto gira el volante a la derecha y se dirigen hacia la zona del río.»

En ese momento, Soledad le pudo pedir explicaciones a su acompañante y probablemente se inició una disputa.

Félix Ríos: «Llegan a la zona de El Arenal. Una vez allí se bajan del coche. La discusión ya se ha subido de tono, y el sujeto, de alguna manera, consigue convencerla, tal vez impidiendo que se suba al vehículo para regresar, de que le acompañe hasta la zona de la orilla [del río Guadalquivir].

»Se fuman entre los dos, o tal vez solo Soledad, siete cigarrillos. Esto quiere decir que, dado que la policía encontró ese paquete de tabaco con esos siete cigarrillos que faltaban, hubo un tiempo aproximado de media hora o tres cuartos de hora en los que a lo mejor estaban discutiendo.

»La discusión se transforma en una agresión. Sole intenta defenderse; le coloca su mano derecha para intentar parar algún golpe. Es herida en el brazo, probablemente en la cabeza. Se desploma, cae sobre la hierba y el sujeto se asusta. Intenta ocultarla de alguna manera arrastrándola unos pocos metros hasta el agua. Espera unos minutos,a y cuando ve que no hay ningún coche cercano, huye a toda velocidad con su vehículo y abandona la escena del delito.»

El lugar del hallazgo

Luis, la persona que encontró el cuerpo sin vida de Soledad Donoso, lo halló casi por casualidad, cuando resbaló mientras caminaba por la zona.

Testigo: Fue caer, mirar para el lado para apoyarme y yo creía que era un maniquí…

Félix Ríos: ¿Estaba ligeramente hinchado?

Testigo: Yo la veía muy hinchada.

Félix Ríos: Tú conoces el río. ¿Qué animales podrían devorar un cuerpo que pudiera haber en el río?

Testigo: Cangrejos de río, las ratas, las mismas liebres son carnívoras…

Según consta en el informe de la inspección ocular, el cuerpo de Soledad Donoso fue hallado en posición de decúbito prono lateral derecho con la pierna izquierda flexionada a la altura de la rodilla, encontrándose la cabeza separada del tronco y a unos cincuenta centímetros.

Vicente Garrido: «Este es un lugar idóneo para cometer un crimen. Está aproximadamente a unos ocho kilómetros en vehículo desde Córdoba. Era un lugar donde se reunían las parejas. [Una senda] conduce a un lugar totalmente solitario y aislado [donde apareció el cuerpo].»

El criminólogo Vicente Garrido realizó el mismo recorrido que supuestamente hizo el asesino de Soledad Donoso.

Vicente Garrido: El cadáver apareció dando muchas dificultades para la investigación forense…

Félix Ríos: Efectivamente. De hecho, tal y como está reflejado en el informe de autopsia, incluso el propio Luis nos lo ha confirmado, de cintura para abajo estaba prácticamente metido en el agua y de cintura para arriba ya estaba en un estado de putrefacción importante.

Vicente Garrido: Luego está claro que el asesino desde el principio sabía que era un lugar donde iba a ser difícil encontrar el cadáver…

Félix Ríos: Yo creo que no le exigía de un trabajo de ocultamiento importante, sino que podía aprovechar las circunstancias del lugar para ocultar el cadáver de Soledad.

Vicente Garrido: Lo que está claro, Félix, es que el hombre vino aquí con un propósito homicida.

Félix Ríos: Por supuesto.

La primera autopsia finalizó sin que se pudiera averiguar las circunstancias de la muerte, ni siquiera de forma aproximada. Al cadáver le faltaban cuatro vértebras y los incisivos centrales superiores.

Los sospechosos

La policía que trabajó en el caso de Soledad Donoso se centró en dos sospechosos. El criminólogo Félix Ríos fue en su busca. Se apoyó en sus propias pesquisas y en la información que extrajo del sumario.

Félix Ríos: «Antonio, el primer sospechoso. La policía registra la habitación de Soledad y encuentra una nota con su número de teléfono. Miente. Dice que no la conoce y realmente sí la conoce.»

El equipo de Expediente abierto consigue localizarlo. Apenas sale de su casa. Sólo cuando tiene que desplazarse para ir a su trabajo en una pizzería cercana.

Periodista 1: Hola, buenos días. ¿Eres Antonio?

Antonio: ¿Quién pregunta por él?

Periodista 1: Mire, soy periodista de Antena 3. Le llamaba porque queríamos hacer un reportaje sobre el caso de Soledad Donoso y yo sé que a ti te investigaron… Y quería saber como fue esa historia.

Antonio: Sí, me investigaron y me detuvieron incluso. Estuve tres días en comisaría y siete… y una semana entera en la cárcel. Vamos, que los 21 años los cumplí yo en la cárcel. Un mal trago para la familia y para mí y para…

Periodista 1: Pero, ¿tenían alguna pista para ir a donde usted?

Antonio: No. Nada, un número de teléfono.

Periodista 1: Un número de teléfono que encontraron… ¿dónde?

Antonio: En su casa… que no se lo encontraron ni a ella encima.

Periodista 1: Pero en ese momento, si no me equivoco, usted dijo que no conocía a Soledad.

Antonio: Y sigo diciendo que no la conozco.

Sin embargo, una de las mejores amigas de Soledad aseguró ante la policía que se conocían bien.

Amiga de Soledad: «Lo conocía de una noche que salimos en feria yo y mi amiga Sole, y ella me lo presentó. Yo a ella sí le hice el comentario que me parecía un chico un poco raro. Y ella me dijo que nada, que simplemente lo conocía, que era un amigo y ya está.»

El equipo de Expediente abierto pregunta a Antonio cómo tenía Soledad en su habitación una nota con su número de teléfono.

Antonio: Eso lo reconocí yo, que era mi letra y mi número. El de mi casa y el de mi trabajo.

Periodista 1: Pero usted solía dar a las chicas papeles con su teléfono…

Antonio: Hombre, con 20 años… Con 20 años qué haces…

Periodista 1: ¿Qué hacía el 28 de septiembre del año 92?

Antonio: Trabajar.

Periodista 1: ¿Estaba trabajando?

Antonio: Sí, pero da la puta casualidad que era un lunes. Y yo los lunes el horario que yo tenía era de 6 de la mañana a 3 de la tarde. O sea, que si hubiera tenido el otro turno, de 3 de la tarde a cierre no hubiese pasado nada de esto. Y era, el único día de la semana, que yo trabajaba por la mañana. Para hacerle el descanso al encargado que había.

Periodista 1: ¿Por la tarde?

Antonio: Pues después de trabajar lo que hago siempre… a las 3 para mi casa, la siesta. Y salir a dar una vuelta.

No tenia coartada. Por eso la policía le interrogó y le detuvo.

Periodista 2: ¿Llegaron incluso a registrar su casa, no?

Antonio: Sí, sí, sí, por supuesto, todo.

Periodista 2: ¿Todo?

Antonio: Todo, y en mi casa no encontraron nada… qué van a encontrar.

Periodista 1: ¿Los interrogatorios de la policía cómo fueron?

Antonio: No, como siempre… es que tú, que tú, que tú, que tú, que tú, que tú…

Periodista 1: ¿Le daban a usted por asesino?

Antonio: No, sí, sí. La policía sigue pensando eso. Dicho por los padres. Siguen pensando que lo he hecho.

El equipo de Expediente abierto le pregunta por el vehículo que utiliza en aquel momento.

Antonio: Yo por entonces tenía un Vespino. Y no era ni mío, que era de mi padre.

El criminólogo Félix Ríos repasa las páginas del sumario que hablan del otro imputado.

Félix Ríos: «Segundo investigado: Rafael. Reúne el perfil realmente que estamos buscando. Mantenía una relación con Soledad sin que su novia lo supiera. Una persona agresiva, una persona que ha tenido una relación de dominación con Soledad y sobre todo que tiene un motivo para evitar que Soledad hable. Rafael, sin lugar a dudas, es el principal sospechoso.»

El criminólogo forense se cita con una de las pocas amigas de Soledad que conoce su relación secreta.

Amiga de Soledad: «Él era una persona conflictiva y una persona agresiva. Me comentó mi amiga Sole en dos o tres ocasiones… una vez que le había hecho una brecha él en la cabeza. Y me comentó que se lo había hecho él.»

Esta amiga contó ante la policía primero, y después ante las cámaras de Expediente abierto, un episodio entre Soledad y Rafael.

Amiga de Soledad: «Ella se fue con él y cuando bajó venía con todo el cuello señalado y por lo visto es que habían estado discutiendo porque ella le había dicho que se lo iba a decir a su novia, y él pues le dijo que de eso nada… y entonces, que la había pegado él, que la había cogido del cuello… y ya está, y ya fue cuando él bajó y cuando le dijo que la tenía que matar y que iba a ser su pesadilla.»

El equipo de Expediente abierto localiza al novio secreto de Soledad Donoso. Antes de repasar los detalles del caso le preguntan cómo recuerda a la joven.

Rafael: Sole era una sonrisa con patas. Estaba riéndose siempre. Yo no recuerdo a Sole ni llorando ni disgustada… Yo no recuerdo ningún episodio de discutir con Sole… Ninguno.

Confirma que su relación con Soledad era clandestina y sólo se conoce cuando desaparece la joven.

Rafael: Estaba, lo que se dice, enrollado. Tenía una relación de… enrollarnos. Quedábamos cuando yo podía escaquearme de mi novia y eso es lo que teníamos. Y encima de todo era una relación buena.

Periodista 1: ¿Y Sole nunca te amenazó con contárselo a tu novia?

Rafael: Jamás. Ella lo sabía. Sabía que tenía novia desde el primer día. Sabía donde se metía. Y era un rollo, que ella no quería tampoco nada serio, creo.

Insiste en que desde el principio tiene coartada y gente que la ratifica.

Rafael: A mí cuando me preguntaron «qué hizo usted este día»… Entré a las seis y media o siete menos cuarto de la mañana al cuartel, salí creo que fue a las cuatro, cuatro y cuarto, porque yo tenía un servicio de cocina… era un horario diferente a los de toda la tropa, y hasta las cuatro y media o por ahí yo no podía salir del cuartel. Cuando le había dado todo el rancho a toda la gente, yo cogía mi pase y me iba… Y de recoger a mi novia, voy a mi casa, me ducho… Hablando con mi antigua novia, me comentó que cree que fuimos al cine el día ese. Y por la tarde tuve que entrar otra vez al cuartel para darles la cena.

Periodista 1: ¿Cuántas personas te dan coartada?

Rafael: Los que me vieron. Pues mi suegra, mi novia, no sé si estaba mi cuñada, que no creo que estuviese, mi madre… Esos los que me vieron fijo.

Le preguntan sobre por la presunta protección de un tío suyo.

Rafael: Si ustedes conociéseis a mi tío, os daríais cuenta de que es policía, y después tío, padre, lo que queráis. Pero lo primero es policía. Y por eso es famoso en Córdoba, por ser policía, policía. No por ser un corrupto ni una cosa rara. ¿Tú te crees que un simple policía puede tener mano, si es que hubiese pasado algo, de hacer algo?

El equipo de Expediente abierto quiere saber qué vehículo conducía en aquella época.

Rafael: Mi moto. Tenía una xt 600. Mi padre tenía un Lancia Prisma y mi hermano tenía un Golf […] el cual no podía ni soñar con él. Era impensable que yo cogiese ese coche, blanco.

Perfil criminológico

Para Vicente Garrido es un reto trazar el perfil del asesino de Soledad Donoso. Su cadáver, prácticamente irreconocible, no da pistas sobre la causa de la muerte. Pese a todo es posible hacer un retrato del asesino.

Vicente Garrido: «Lo que sabemos es que Soledad iba caminando al trabajo. Ella normalmente lo hacía en moto. El asesino probablemente se topó con ella.»

El criminólogo cree que Soledad conocía a su verdugo.

Vicente Garrido: «El punto fundamental está en que Soledad subió a ese coche. Eso es porque ella no temía nada, o sencillamente encontró que la otra persona quería hablar con ella, aunque fuera de un tema grave.»

Vicente Garrido cree que se trata de un asesino de mente fría que lo tenía todo planeado. La ira, los celos, le impulsaron a cometer el crimen.

Vicente Garrido: «Para mí no cabe ninguna duda que el asesino ya había pensado en matarla. El móvil del asesinato es el deseo de dominación, de posesión, probablemente vinculado con los celos.»

Con estos datos el criminólogo puede hacer un retrato de quien pudo cometer el crimen.

Vicente Garrido: «El asesino vive en Córdoba. La inmensa mayoría de los crímenes que se producen como consecuencia de una relación amorosa frustrada o rechazada, suelen vivir en el mismo municipio. Podemos pensar en un chico un poco mayor con pocos estudios y un empleo poco cualificado.

»Estamos hablando de una persona que puede tener un trastorno de psicopatía, de tal manera que él a la hora de cometer el crimen obró con total frialdad. El sujeto se aseguró de que nadie pudiera auxiliar a la víctima, de que el cadáver no fuera encontrado hasta tiempo después. Él puede fingir un gran pesar, puede mostrarse muy colaborador y realmente no dejar traslucir ninguna emoción que orientara a los investigadores sobre su posible autoría en los hechos.»

Vicente Garrido aporta un dato que puede ser una pista para conocer al asesino en la actualidad: su comportamiento con las mujeres es vejatorio.

Vicente Garrido: «Puede tener antecedentes relacionados con la violencia de género. Su tendencia a la ira, su necesidad de que las personas sean sumisas con él probablemente le llevarán a tener grandes conflictos con las mujeres con las que esté o con la mujer con la que haya estado, salvo que ella sea lo suficientemente sumisa como para plegarse a todos sus deseos.»

 


VÍDEO: EXPEDIENTE ABIERTO – SOLEDAD DONOSO


 

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