
- Clasificación: Crimen sin resolver
- Número de víctimas: 1
- Fecha del crimen: 28 de febrero de 1986
- Perfil de la víctima: Olof Palme, 59, ex-primer ministro de Suecia
- Método del crimen: Arma de fuego (Smith & Wesson 357 Magnum)
- Lugar: Estocolmo, Suecia
Índice
- 1 Olof Palme
- 2 El asesinato de Olof Palme
- 3 El asesinato de Olof Palme
- 3.0.0.1 La noche del asesinato – La decisión de ir al cine
- 3.0.0.2 Grand Cinema
- 3.0.0.3 El asesinato
- 3.0.0.4 La investigación
- 3.0.0.5 El hombre de 33 años
- 3.0.0.6 La pista kurda
- 3.0.0.7 Christer Pettersson, el loco suelto
- 3.0.0.8 La teoría sudafricana
- 3.0.0.9 Otras teorías – La Fracción del Ejército Rojo
- 3.0.0.10 La pista chilena
- 3.0.0.11 El tráfico internacional de armas. Bofors: la India y la guerra Irán-Irak
- 3.0.0.12 Otras
- 3.0.0.13 Nuevas pistas: los servicios secretos yugoslavos
- 3.0.0.14 Estado actual
- 3.0.0.15 Cifras
Olof Palme
Wikipedia
Sven Olof Joachim Palme (Estocolmo, Suecia, 30 de enero de 1927 – 28 de febrero de 1986) fue un político sueco, líder del Partido Socialdemócrata de Suecia desde 1969. Fue Primer Ministro de Suecia entre 1969 y 1976, reelecto en 1982. El 28 de febrero de 1986 cuando aún ejercía el cargo de Primer Ministro, fue asesinado por un desconocido mientras paseaba en compañía de su esposa tras salir del cine.
Orígenes y formación
Olof Palme nació en el barrio de Östermalm, en Estocolmo. A pesar de provenir de una familia acomodada de ascendencia holandesa y alemana, su orientación política llegó a estar influida por las ideas socialdemócratas. Sus viajes por el Tercer Mundo, así como por los Estados Unidos (donde fue testigo de una profunda desigualdad económica y la segregación racial) contribuyeron a definir sus puntos de vista.
Con una beca, estudió en el Kenyon College de Ohio entre 1947 y 1948, obteniendo el título de bachiller en artes en menos de un año. Después de viajar a través de los Estados Unidos, regresó a Suecia para estudiar Derecho en la Universidad de Estocolmo. Durante su tiempo en la universidad, se involucró en la política estudiantil, en colaboración con la Unión Nacional de Estudiantes de Suecia. En 1951 se convirtió en miembro de la asociación de estudiantes socialdemócratas de Estocolmo. Al año siguiente, fue elegido presidente de la Unión Nacional de Estudiantes de Suecia.
Carrera política
En 1953, Palme fue reclutado por el primer ministro socialdemócrata Tage Erlander para que trabajara en su gobierno. En 1957 fue elegido como diputado en el Riksdag.
Olof Palme ocupó varios puestos en los gobiernos suecos desde 1963. En 1967 fue nombrado Ministro de Educación. Cuando el líder del partido Tage Erlander renunció al poder en 1969, Palme fue elegido como nuevo líder del Partido Socialdemócrata y Primer Ministro de Suecia.
Palme se convirtió, junto a Raoul Wallenberg y Dag Hammarskjöld, en el político sueco más conocido del siglo XX en el ámbito internacional, debido a sus 125 meses de permanencia en el cargo de Primer Ministro, así como por su oposición a la política exterior estadounidense (nada común en la Europa capitalista de la Guerra Fría) y su asesinato.
Defendió con firmeza sus principios en diversos foros, criticando a los Estados Unidos con respecto a la guerra de Vietnam, las armas nucleares y la política del apartheid en Sudáfrica; en tanto que defendió el derecho a la autodeterminación de Palestina y la no intervención estadounidense en Cuba. Pero ante todo, lo caracterizaban su defensa del pacifismo y el universalismo.
A nivel internacional se comprometió profundamente con la problemática de los países del Tercer Mundo, así como en cuestiones sobre la democracia y el desarme. Condenó, a menudo en términos drásticos, los desmanes de dictadura tanto de derecha como de izquierda. Durante la guerra de Vietnam criticó duramente la actuación de Estados Unidos. Realizó una serie de misiones internacionales, siendo mediador de la ONU durante cierto período en la guerra entre Irán e Irak.
El asesinato de Olof Palme
Emilio Campmany – Libertad Digital
La mañana del viernes 28 de febrero de 1986 Olof Palme, tras jugar un partido de tenis y visitar una tienda de ropa de caballero, acudió a su despacho. Allí recibió, entre otros, al embajador iraquí en Estocolmo, Mohamed Saeed el Sahaf, que luego fue muy conocido como ministro de Información de Sadam Husein. El diplomático se quejó de las armas que una compañía sueca, Bofors, estaba vendiendo a Teherán en plena guerra irano-iraquí. La responsabilidad de Palme en el asunto no le alcanzaba sólo por ser el primer ministro de Suecia, también por desempeñar el cargo de mediador en el conflicto por nombramiento expreso de la ONU.
Ido el embajador, Palme pasó la siguiente hora encerrado en su despacho sin recibir visita alguna. Nadie sabe en qué ocupó ese tiempo. Cuando fue a almorzar al comedor del Rosenbad, el edificio de la Cancillería sueca, algunos lo encontraron de muy mal humor. Tras la comida concedió una entrevista a una revista sindical, y el periodista recuerda que se negó a fotografiarse junto a una ventana diciendo: «Nunca se sabe lo que puede estar esperándote ahí fuera».
A las seis de la tarde Palme, sin escolta, abandonó el despacho y se marchó a casa. Era muy conocido el disgusto que le provocaba tener que ir con vigilancia, y con frecuencia prescindía de sus guardaespaldas. Tal costumbre era de algún modo jaleada por la opinión pública, a la que enorgullecía que su primer ministro pudiera pasear tranquilamente por las calles de Estocolmo sin custodia alguna.
Antes de que Palme llegara a casa, Lisbet, su mujer, había comentado por teléfono con su hijo la posibilidad de ir al cine. Marten había sacado dos entradas, para él y para su novia, en el cine Grand. Cuando Olof llegó, su mujer le habló de la posibilidad de ir los cuatro a ver la película. Sin embargo, él no se decidió hasta las ocho de la tarde. Fue entonces cuando habló por teléfono con su secretaria y le dijo que iba a ir al cine, pero no le dijo a cuál, con lo que, aunque hubiera tenido pinchado el teléfono, los asesinos no hubieran podido saber su destino.
Al llegar al cine, Lisbet y Olof se encontraron con Marten y su novia. Había una gran cola para sacar las entradas. Cuando fue el turno de los Palme, los mejores emplazamientos estaban ya vendidos. La taquillera, que reconoció al primer ministro y era votante suya, le vendió las que el dueño de la sala tenía siempre reservadas para sí, por si a última hora decidía asistir a la proyección.
A la salida, las dos parejas comentaron durante breves minutos la película, y luego se separaron. Lisbet y Olof decidieron volver a casa andando. Tal decisión, que nadie podía conocer, es sorprendente, habida cuenta de que la pareja ya no era joven, hacía un frío tremendo, el barrio era de mala nota y se había hecho muy tarde. Lisbet querría haber tomado el metro, como habían hecho a la ida, pero Olof insistió en pasear.
A las once y veintiún minutos, un hombre alto y fuerte se acercó por detrás a Palme, le puso una mano sobre el hombro y, sin esperar a que se volviera, le descerrajó un disparo en la espalda. La bala atravesó la espina dorsal, segó la aorta, el esófago y la tráquea y salió por la parte delantera, tras romper el esternón. El primer ministro murió en el acto. Inmediatamente después, el asesino se volvió a Lisbet y disparó sobre ella. Esta segunda bala atravesó el abrigo de la mujer y luego se limitó a rozar su espalda, provocándole una pequeña quemadura. Al final de la calle por la que huyó el criminal había unas escaleras que conducían a otra calle, que cruzaba en alto.
El supuesto asesino
A varias personas les había llamado la atención un hombre alto y corpulento que, desde las nueve de la noche y hasta pasadas las once, había estado merodeando por los alrededores del cine. El tipo que disparó sobre Palme también fue descrito como talludo y fuerte, pero no hay certeza de que se tratara del mismo individuo.
Dos años después del asesinato fue detenido un varón de elevada estatura y desarrollada musculatura llamado Christen Pettersson, quien reconoció haber estado en el barrio la noche de autos, pero no en la calle, sino en un local de mala reputación regentado por un conocido traficante de estupefacientes. De hecho, Pettersson era drogadicto y alcohólico. Sobre la base de la identificación que hizo Lisbet en una rueda de reconocimiento, Pettersson fue considerado culpable en primera instancia. El tribunal de apelación, sin embargo, le absolvió por considerar las pruebas insuficientes. En 1997 el fiscal general intentó que el Tribunal Supremo revisara el caso, pero no lo logró. Petterson falleció en 2004, con lo que esa vía de investigación judicial y política quedó clausurada.
Teoría de la conspiración
Olof Palme fue un político que pisó muchos charcos. Los españoles le recordamos con una hucha pidiendo para los presos etarras en 1975. En unas declaraciones hechas a El País en enero de 1978 dijo que la cuestación fue en apoyo de la democracia española y en solidaridad con el PSOE. Sea como fuere, el caso es que se metió con los norteamericanos a cuenta de la Guerra del Vietnam, con los rusos por lo de la Primavera de Praga, con los sudafricanos por el apartheid, con Israel por los palestinos. Así pues, casi cabría decir que no había servicio secreto de prestigio que no tuviera motivos para asesinarle.
Durante la primera noche se difundió la idea de que había sido asaltado por dos asesinos croatas. La teoría quedó desacreditada cuando se supo que el crimen lo había cometido una sola persona. Luego los focos se centraron en el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), al que se acusó de haber perpetrado el asesinato por cuenta propia o por cuenta de terceros. Fueron igualmente señalados el Mossad y la CIA. Pocas semanas antes del magnicidio Kissinger había visitado a Palme, y se ha sugerido que el viaje del ex secretario de Estado norteamericano tenía por objeto convencerse de lo peligrosas que eran las ideas del primer ministro sueco. Otros han vinculado el crimen al escándalo Irán-Contra. También se sospechó del KGB y de la OLP, sin apenas fundamento. Más entidad parece tener la acusación dirigida al CCB, los servicios secretos sudafricanos, ya que Palme había desarrollado una enérgica actividad contra el apartheid, y hacía muy pocos días que había hecho un discurso incendiario al respecto en el Parlamento sueco. Tampoco se libró de las acusaciones la DINA chilena, obvia responsable del asesinato de algunos chilenos exiliados. Se ha dicho que Palme era el único no chileno de su lista negra.
La teoría de la conspiración no sólo ha mirado al exterior. Algunos creen que el asesinato fue obra de un grupo extremista sueco. Se basan en lo mucho que la derecha local odiaba a Palme, por su radicalismo y sus orígenes: al provenir de una familia acomodada, la alta sociedad le consideraba un traidor. La película The Last Contract, un thriller de política ficción, apunta en este sentido. También se han vertido sospechas sobre la industria sueca de armamento, en el entendido de que Palme deseaba cortar el tráfico de armas con destino Irán. Esta es la tesis que defiende Jan Bondeson en Blood on the Snow, uno de los libros que se ocupan del magnicidio.
Caben naturalmente variadas combinaciones de unas teorías con otras, de forma que no faltan quienes atribuyen el atentado a la CIA en combinación con la extrema derecha sueca. Pero ninguna de ellas ha sido contrastada satisfactoriamente.
¿No hubo conspiración?
A día de hoy, no es posible afirmar nada con seguridad. Sin embargo, Ralf Lillbacka, un profesor finlandés de análisis estadístico, se ha preguntado –en el prestigioso International Journal of Intelligence and Counterintelligence (vol. 24, nº 1, primavera de 2011)– si detrás del asesinato de Palme estuvo una agencia de inteligencia: «Was Olof Palme Killed by an Intelligence Agency?». La conclusión a la que llega es que no. Se basa sobre todo en la falta de profesionalidad con que se cometió el crimen. El disparo, a la espalda, bien pudo no haber sido mortal. Lo habitual es disparar a la cabeza, para no dar cabida al error. Incluso si el disparo no hubiera ido a la cabeza, un profesional habría rematado al objetivo en el suelo. El tiro a Lisbet fue el colmo del amateurismo: un profesional puede perfectamente limitarse el objetivo y evitar daños innecesarios, pero si resuelve acabar con un testigo, jamás se conformaría con un disparo como el que recibió Lisbet, que apenas la rozó.
No obstante, Lillbacka no desconoce que, a veces, los servicios de inteligencia actúan con falta de profesionalidad. Unas lo hacen para disfrazar su autoría y otras por haber contratado los servicios de alguien poco profesional. Pero incluso en esos casos, insiste Lillbacka, aun cometiendo el atentado con cierto descuido, nunca un servicio de inteligencia hubiera llegado al punto de arriesgarse a errar el objetivo, y el disparo sobre Palme no tenía, repito, por qué haber sido mortal: de hecho, en el caso de que la bala se hubiera desviado un par de centímetros, no lo habría sido.
En una operación así hay mil cosas que pueden salir mal, por lo que no puede descartarse la presencia de un servicio de inteligencia detrás de este atentado, porque, aunque a Lillbacka y a tantos otros les parezca una chapuza, el caso es que Palme murió, y todavía no se sabe quién y por qué lo mató.
El asesinato de Olof Palme
Última actualización: 30 de abril de 2015
El asesinato de Olof Palme, exprimer ministro de Suecia, tuvo lugar el viernes 28 de febrero de 1986 en Estocolmo, Suecia a las 23:21 CET (22:21 UTC). Palme fue asesinado mientras volvía caminando del cine a su casa con su mujer Lisbet Beck Friis, por una de las calles principales del centro de Estocolmo, Sveavägen. En ese momento la pareja no llevaba guardaespaldas. Un hombre se acercó a ellos y disparó a quemarropa sobre la espalda del primer ministro, que murió a los pocos minutos.
Desde aquel momento y hasta la actualidad y debido a que el crimen nunca ha sido resuelto, se han apuntado múltiples teorías, que con mayor o menor apoyo probatorio han rastreado un móvil político tras el magnicidio. Si la primera detención apuntaba a grupos ultraderechistas suecos, posteriormente se han barajado entre otras, la autoría de una rama del PKK kurdo, o la de los servicios secretos sudafricanos del apartheid. Otras teorías, menos contrastadas, implicaban en el crimen a extremistas chilenos de ultraderecha o al grupo alemán Baader-Meinhof.
Sin embargo, una única persona ha sido condenada por el asesinato de Palme. Dos años después del acontecimiento, Christer Pettersson, un drogadicto y delincuente de poca monta fue detenido, juzgado y condenado por el asesinato, principalmente gracias al testimonio de Lisbet Palme, que lo reconoció como el autor de los disparos. Sin embargo, la condena fue anulada posteriormente por el Tribunal Supremo sueco por falta de pruebas.
El asesinato habría prescrito el 28 de febrero de 2011, al pasar 25 años desde su comisión. Sin embargo, en 2010 el Parlamento sueco decidió suprimir la prescripción de los delitos muy graves, entre ellos el asesinato, evitándolo.
La noche del asesinato – La decisión de ir al cine
Palme y su esposa decidieron ir aquella noche al «Grand Cinema» con muy poca antelación. Lisbet Palme había comentado que podría ir al cine con su marido durante la tarde, cuando estaba trabajando, y llamó a su hijo Mårten a las cinco para hablar de la película que se proyectaba en el «Grand Cinema», Bröderna Mozart (Los hermanos Mozart, dirigida por Suzanne Osten).
Olof Palme no conoció esos planes hasta que llegó a casa a las seis y media, cuando habló con su hijo por teléfono. Para ese momento, Palme ya había rechazado la protección del servicio de seguridad. Finalmente Olof y Lisbet decidieron reunirse con Mårten y su esposa, que ya habían comprado entradas. Tomaron la decisión aproximadamente a las ocho de la noche. Después del asesinato, la policía registró el piso de Palme, además de los lugares de trabajo de Lisbet y Mårten en busca de dispositivos de vigilancia ocultos, pero no encontraron ninguno.
Grand Cinema
A las ocho y media los esposos salieron de su apartamento sin protección, de camino a la estación de metro de Gamla Stan. Varias personas presenciaron ese breve paseo a la estación y, según la investigación de la policía, se fijaron en la ausencia de guardaespaldas. Era una costumbre relativamente frecuente en Palme, el cual, a pesar del puesto que ocupaba, intentaba hacer una vida normal.
La pareja tomó el metro hasta la estación Rådmansgatan, un trayecto de tres estaciones desde Gamla Stan. Desde ahí caminaron al cine. Se encontraron con su hijo y su mujer fuera de éste a las nueve. Olof Palme aún no había comprado las entradas y casi no quedaban. Sin embargo, al reconocer al primer ministro, el taquillero quiso que la familia Palme se sentara en las mejores sillas, y les vendió las butacas reservadas al director del cine.
El asesinato
Después de ver la película, la familia Palme se quedó fuera del cine durante unos momentos, separándose a las once y cuarto. Aunque la temperatura era fría y su hijo les dijo que tomaran un taxi, prefirieron pasear.
El matrimonio se dirigió en dirección sur por la acera oeste de Sveavägen, hacia la estación de metro de Hötorget. Cuando llegaron a Adolf Fredriks kyrka («La iglesia de Adolfo Federico»), cruzaron la calle Sveavägen y continuaron caminando por la acera opuesta. Pararon durante un momento para mirar algo en el escaparate de una tienda antes de enfilar hacia la entrada de la estación de metro.
A las 23:21 CET, a muy poca distancia de la entrada de la estación, un hombre descrito por la policía como de 35 a 40 años, de cabellera tupida y vestido con un abrigo oscuro (posteriormente se identificaría como una chaqueta de esquí azul) apareció y disparó a Palme a quemarropa.
El primer ministro fue alcanzado por dos tiros, uno en la espalda que le atravesó el pecho, y otro en el abdomen. Uno de ellos hirió levemente a su esposa en la espalda. Después, el agresor salió corriendo hacia el este por la calle Tunnelgatan, subió las escaleras a la calle Malmskillnadsgatan y cruzó hacia la calle David Bagares gata, donde fue visto por última vez.
Anders Delborn, un taxista testigo de la escena, usó su radio para dar la voz de la alarma. Dos jóvenes que se encontraban cerca del escenario del tiroteo auxiliaron al herido: uno intentó realizarle el boca a boca, y la otra intentó un masaje cardíaco que llegó a reanimarle unos segundos.
Aunque tanto la policía como una ambulancia llegaron en pocos minutos y Palme fue llevado de inmediato al hospital Sabbatsberg, ingresó ya cadáver (a las 00:06 del 1 de marzo de 1986). Los disparos recibidos habían rasgado la aorta y afectado a la columna vertebral.
La investigación
El asesinato de Palme no se ha resuelto, lo que ha dado lugar a numerosas teorías alternativas en torno a los hechos, con mayor o menor apoyo probatorio. Muchas de ellas se basan en las firmes posturas defendidas por Palme en política internacional, que le habrían creado numerosos enemigos.
En todo caso, la investigación avanzó dando tumbos desde el inicio (en la que se sucedieron errores como el no acordonar la zona adecuadamente, lo que pudo eliminar pistas; de hecho uno de los dos cartuchos fue encontrado, por esa razón, por un turista indio).
Algún autor ha apuntado «la investigación fue una auténtica chapuza desde el primer momento. No acordonaron la zona, dejaron escapar a los culpables, las filtraciones eran constantes, el sumario se traspapelaba…». La alarma nacional tardó una hora y media en decretarse, lo que pudo asimismo facilitar la huida del autor en un país pequeño como Suecia.
La primera detención apuntaba a la ultraderecha sueca (el hombre de 33 años), pero pronto fue descartada. Posteriormente el empeño del comisionado de policía de Estocolmo Hans Holmér en la pista kurda acabó en fiasco. La detención y juicio de Petterson también concluyeron en fracaso. Tras esas tres líneas de investigación, se han sucedido declaraciones inculpatorias, rumores y teorías más o menos cercanas a la conspiración.
Un elemento a favor de las teorías que implicasen un complot a gran escala fueron las declaraciones de los policías a cargo de la investigación de que las balas disparadas con el arma homicida (una Smith & Wesson 357 Magnum) pertenecían al tipo rompedor, poco habitual en la época y susceptibles de atravesar un chaleco antibalas. Posteriormente esta afirmación acerca de su rareza sería desmentida por otras fuentes.
Otro de los elementos que no han permitido cerrar el caso es precisamente la falta del arma homicida. Durante años, la policía ha investigado cientos de pistolas modelo Smith & Wesson .357 Magnum en su busca.
En 2006, siguiendo una pista enviada al periódico Expressen, se recuperó un revólver de ese tipo de un lago en Dalecarlia, en el centro de Suecia. El número de serie confirmó que había sido empleado en 1983 en un atraco a una oficina de correos en Mockfjärd. La llamada pistola Mockfjärd ya se buscaba desde hacía años en relación con ambos delitos, debido a que la composición química de las balas utilizadas tanto en el magnicidio como en el atraco coincidían. El arma se envió al Laboratorio Nacional de Ciencia Forense en Linköping; sin embargo, éste concluyó que las pruebas realizadas no podían confirmar su utilización en el asesinato de Palme, dado el estado de oxidación en que se encontraba.
A continuación se encuentran, por orden cronológico, las líneas de investigación principales que siguieron las autoridades suecas.
El hombre de 33 años
Un extremista de derechas sueco, Victor Gunnarsson (los medios de comunicación lo denominaron 33-åringen, «el hombre de 33 años», dado que estaba prohibido publicar el nombre hasta que fuese demostrada la culpabilidad) fue detenido en relación con el asesinato por primera vez el 8 de marzo, aunque fue liberado esa misma tarde. De nuevo fue detenido el 12 de marzo y puesto bajo custodia el día 17. Gunnarsson se encontraba cerca de la escena del crimen en el momento de su comisión, se afirmaba que disponía de un revólver parecido al utilizado y había expresado en varias ocasiones su odio a Palme.
Sin embargo, Gunnarson fue liberado el 11 de abril, tras una disputa entre la policía y los abogados del detenido. Se acusó a la policía de haber forzado los testimonios e incluso de amañar pruebas para encontrar un culpable ante la presión de la sociedad sueca. Aunque continuó siendo objeto de escuchas telefónicas durante un tiempo, sólo unos meses más tarde del asesinato, el 16 de mayo de 1986, el fiscal decidió cerrar la investigación sobre el que fue el primer detenido con relación al crimen.
Gunnarsson tenía vínculos con varios grupos extremistas, entre ellos el Partido Europeo del Trabajo (Europeiska arbetarpartiet), la rama sueca del Movimiento LaRouche. Se encontraron folletos hostiles a Palme en su casa, ubicada en las afueras de Estocolmo.
Posteriormente, Gunnarsson se trasladaría a los Estados Unidos, donde murió asesinado ocho años después, aparentemente en un crimen pasional sin relación alguna con el caso. Sus conocidos afirmaron que había confesado el asesinato a Palme.
La pista kurda
Hans Holmér era el comisionado de la policía de Estocolmo en el momento del asesinato de Palme. En las semanas posteriores al asesinato obtuvo mucha notoriedad por su poco usual forma de llevar la investigación. Fue el promotor de la llamada pista kurda, proporcionada de la inteligencia sueca (supuestamente de su agente Bertil Wedin), y según la cual el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) habría sido responsable del asesinato.
Según unas cintas grabadas a militantes de Estocolmo y Hamburgo, en las que se hablaba de una «boda» cuyos preparativos deberían culminarse, supuesto lenguaje en clave para referirse a la operación que acabaría con la vida de Palme. Esta hipótesis causó la detención de varios kurdos residentes en Suecia relacionados con el PKK. No obstante, la línea de investigación basada en esta pista no llevó a la resolución del caso y finalmente acabó con Holmér siendo apartado de la investigación.
La pista kurda acabó incluso provocando la caída de la ministra de Justicia, Anna-Greta Leijon, por haber autorizado una investigación al margen de la oficial cuando la línea de investigación se abandonó (el denominado escándalo Ebbe Carlsson, por el nombre del editor y periodista que financiaba dicha investigación paralela).
La pista kurda se reavivó en 1998, gracias a la confesión de un antiguo comandante desertor del PKK, Semdin Sakik, que aseguró que el PKK había asesinado a Palme, confirmando la teoría de la «Operación Boda».
Posteriormente, en abril de 2001, un equipo de agentes de la policía sueca entrevistó en una prisión turca al líder del PKK Abdullah Öcalan acerca de unas afirmaciones que éste realizó en 1999 durante el juicio celebrado en Turquía contra él. Preguntado acerca de la implicación en el asesinato de Palme del PKK, dirigido por Öcalan en aquellas fechas, afirmó que él únicamente había sido informado de que una escisión de dicho partido, el PKK Rejin encabezado por su exmujer Kesire Yildirim, habría cometido el asesinato. «Han intentado cargarme con esa conspiración», afirmó. En el curso de ese juicio Öcalan realizó múltiples acusaciones de las que carecía de pruebas. La visita del equipo a Turquía fue en vano.
En 2007 surgieron nuevas afirmaciones sobre la complicidad del PKK en el asesinato de Palme durante la investigación Ergenekon, en curso desde octubre de 2008.
Christer Pettersson, el loco suelto
En diciembre de 1988, casi tres años después de la muerte de Palme, Christer Pettersson, un delincuente de poca monta, drogadicto y alcohólico con una lesión cerebral, que previamente había sido detenido por homicidio sin premeditación, fue detenido por el asesinato de Palme. Fue reconocido por Lisbet Palme en una rueda de reconocimiento como el asesino.
En el juicio, declararon numerosos testigos, la mayoría de ellos pertenecientes a los bajos fondos de Estocolmo, que en alguna ocasión incluso se desdijeron de declaraciones inculpatorias. Pettersson fue juzgado y condenado en primera instancia por el asesinato (ocho miembros formaban el jurado, dos «técnicos» juristas y seis sin formación jurídica; los primeros votaron por la absolución y los segundos por la condena) pero posteriormente fue absuelto e indemnizado por el Tribunal Supremo sueco.
Su apelación tuvo éxito por tres razones principales: la falta del arma homicida, la inexistencia de un móvil claro y las dudas acerca de la fiabilidad del testimonio de la esposa de Palme. Sobre ese último punto, un comentario espontáneo de Lisbet durante la confrontación ocular con el acusado, sobre su condición de alcohólico, pudo haberle restado credibilidad.
A finales de la década de 1990 se dieron a conocer nuevas pruebas contra Pettersson, que dieron pie a que la fiscalía pidiera la reapertura del juicio contra Petterson. Una de ellas consistía en el testamento entregado a su abogado, Pelle Svensson, por un compañero de celda de Petterson fallecido en 1993, Lars Tingström. En él se contendría información suficiente para condenar a Petterson, incluyendo datos sobre el arma del crimen, que identificaba como una pistola Magnum y que estaría en manos del acusado la noche del crimen.
Otro testimonio, procedente de un vendedor de armas que también había muerto, incluía la afirmación de que entregó un revólver de la misma marca y calibre que el utilizado a Pettersson. Finalmente, también se conoció una confesión hecha por carta por el propio Petterson. La fiscal principal, Agneta Blidberg, sopesó reabrir el caso. Sin embargo reconoció que únicamente con una confesión no sería suficiente:
Petterson debería decir algo sobre el arma homicida, porque el tribunal de apelaciones puso esa condición en su fallo. Esa sería la única prueba que se podría citar como una razón para reabrir el caso.
El caso legal contra Pettersson quedó por tanto cerrado.
En febrero de 2006 el canal de televisión de Suecia SVT emitió un documental en el que los socios de Pettersson afirmaban que éste había confesado su papel en el asesinato, explicándoles que había sido un caso de confusión de identidad. Pettersson habría querido matar a un traficante de drogas que caminaba, con una ropa parecida, por la misma calle que Palme aquella noche.
El programa también sugería que había habido más vigilancia policial que la reconocida, debida precisamente a las actividades relacionadas con las drogas en la zona. La policía habría tenido varios agentes en pisos y coches en Sveavägen, pero cuarenta y cinco minutos antes del asesinato se habrían retirado.
A la luz de estas últimas revelaciones, la policía sueca emprendió la revisión del caso. No obstante, el periódico Dagens Nyheter del 28 de febrero de 2006 ridiculizó el documental, alegando que el director del mismo había fabricado afirmaciones, omitiendo otras pruebas contradictorias.
En 2007 se hizo público que Pettersson habría confesado en 1986 por carta el asesinato a su novia. Sin embargo, los expertos dudan que únicamente la «confesión» de Pettersson llevase al cierre definitivo del caso.
Christer Pettersson murió el 29 de septiembre de 2004, de una hemorragia cerebral. Lisbet Palme siempre ha sostenido que fue el responsable del magnicidio.
«Yo sé que lo que yo digo ahora ya no tiene relevancia, pero yo sé quien es el asesino. Como no se condenó a nadie tal vez existe la idea de que el asesino de Olof Palme no existe, pero esa no es la verdad. La realidad es que existe un culpable.» (Lisbet Palme, sobre Christer Petterson).
La teoría sudafricana
Diez años después del asesinato, a finales de septiembre de 1996, el coronel Eugene de Kock, exjefe de los servicios de seguridad surafricanos, declaró ante la Comisión de la Verdad de Pretoria que Palme había sido asesinado porque «se había opuesto firmemente al régimen del apartheid, y Suecia había ayudado económicamente de forma sustancial a Congreso Nacional Africano».
De Kock llegó a afirmar que conocía al responsable del asesinato de Palme, al que identificó como Craig Williamson, un excolega y superespía sudafricano. Williamson sería el responsable de la llamada Operación Long Reach, nombre del plan diseñado para asesinar a Palme.
Unos días después Dirk Coetzee, jefe de Williamson y predecesor de De Kock, identificó a Anthony White como el asesino de Palme. White era un antiguo miembro de las fuerzas especiales de la Rodesia de la segregación racial, con vínculos con los servicios de seguridad de Sudáfrica, que residiría en el norte de Chipre desde 1985. En octubre de 1996, los investigadores policiales suecos fueron a Sudáfrica, pero no pudieron conseguir pruebas para corroborar lo que De Kock había afirmado.
Un libro publicado en 2007 sugirió que un agente del Departamento de Cooperación Civil de alto rango, Athol Visser (conocido como «Iván el Terrible») fue el responsable del planeamiento y ejecución del plan para asesinar a Palme.
Otras teorías – La Fracción del Ejército Rojo
La Fracción del Ejército Rojo (RAF) alemana, conocida también como la banda Baader-Meinhof, asumió la responsabilidad por el asesinato de Palme a través de llamadas telefónicas a una agencia de noticias de Londres y a cuatro diplomáticos suecos en Bonn. Supuestamente le habrían asesinado porque era el primer ministro sueco durante el asalto a la embajada alemana en Suecia en 1975, que resultó un fracaso para la RAF. Afirmaron que el asesinato fue realizado por el «comando Holger Meins». Los medios jurídicos de la RFA dieron cierta credibilidad a dichas llamadas en un primer momento. Sin embargo, no se ha encontrado ninguna prueba de dicha autoría, considerándose una maniobra propagandística de dicho grupo.
La pista chilena
El periodista sueco Anders Leopold, en su libro de 2008 Det svenska trädet skall fällas (El árbol sueco debe ser derribado), afirmó que el nacionalista chileno Roberto Thieme, exyerno del dictador Augusto Pinochet, fue el asesino de Olof Palme. Thieme encabezaba el ala más «dura» de Patria y Libertad, una organización política de extrema derecha.
Según Leopold, Palme fue asesinado porque había dado asilo político a numerosos chilenos de izquierdas después del golpe que derrocó a Salvador Allende en 1973. No hay ninguna evidencia de las conjeturas que apuntan a Chile, más allá de las declaraciones de otro agente de la DINA, Michael Townley, que afirmó haber recibido órdenes para asesinar a Palme durante una visita a Madrid, y que éste estaría incluido en una lista negra de personas a eliminar por sus críticas al régimen chileno.
El tráfico internacional de armas. Bofors: la India y la guerra Irán-Irak
En alguna ocasión se ha relacionado el asesinato con un crimen de características mafiosas relacionado con un caso de soborno que implicaría a la empresa fabricante de armas sueca Bofors (el conocido como affair Bofors). El escándalo estaba relacionado con el pago de más de cuarenta millones de dólares en sobornos a funcionarios y políticos indios para obtener la concesión de un contrato de suministro de obuses por un valor de 1.400 millones de dólares. El escándalo acabaría por hacer caer al gobierno de Rajiv Gandhi.
En 1987 la televisión sueca emitió un documental (The Bofors Affairs) en el que se detallaban las exportaciones ilegales de Bofors, en particular la efectuada con la India en 1986, y especulaba con el conocimiento que Palme pudiera tener de dichas operaciones. En su libro de 2005 Blood on the snow: the killing of Olof Palme (Sangre en la nieve: el asesinato de Olof Palme), el novelista e historiador aficionado Jan Bondeson daba credibilidad a la relación con el tráfico de armas del asesinato.
Parte de la relevancia otorgada a esta teoría tiene que ver con la coincidencia de que, el día de su muerte, Palme se reunió con el embajador iraquí en Suecia, Mohammed Said Al Sahaf. Éste le habría informado de que Bofors había estado suministrando misiles tierra-aire a Irán en la guerra irano-iraquí, pese a estar prohibido para cualquier compañía sueca vender armas a países en guerra. Asimismo, le habría dado a conocer los datos de la venta de armas a la India, confirmando los sobornos a autoridades públicas.
En todo caso algunas personas relevantes han manifestado su convencimiento sobre la relación del crimen con la venta de armas. Entre ellas, la presidenta de la Fundación Internacional Olof Palme, Anna Balletbó («Suecia es un país neutral, pero exporta armamento. Cuando estaba en la oposición, Palme fue mediador de Naciones Unidas en la guerra Irak-Irán, y cuando regresó al poder en 1982 decidió que no se vendieran armas a ninguna de las partes»).
El propio secretario general de la ONU en aquella época, Javier Pérez de Cuéllar, lamentaba haber permitido a Palme seguir mediando en temas de desarme cuando inició su segunda época como primer ministro.
Otras
Las teorías sobre el asesinato de Palme han apuntado en múltiples direcciones, algunas de ellas mezclando varias líneas de investigación. En algún momento se ha apuntado a una posible responsabilidad de la CIA, los servicios secretos ingleses o el Mossad israelí, todas ellas en colaboración o no con la ultraderecha sueca.
Dichas sugerencias tendrían como móvil la decidida actitud crítica del primer ministro sueco ante algunas de las políticas del bloque occidental durante la Guerra Fría. Especialmente duro se mostró contra la política norteamericana en Vietnam, cuando en 1972 llegó a comparar los bombardeos sobre Hanoi con los mayores horrores del siglo XX, como el bombardeo de Guernica, los campos de concentración nazis como Treblinka o la masacre de Katyn. Ello provocó la expulsión del embajador sueco en EEUU por el entonces presidente estadounidense Richard Nixon.
Nuevas pistas: los servicios secretos yugoslavos
Durante la propia noche del asesinato uno de los rumores desatados implicaba a dos presuntos asesinos croatas, relacionados con la extremista Ustacha. De hecho, dos hombres de origen yugoslavo, uno de ellos al parecer con cierto parecido con el retrato-robot del asesino, fueron retenidos en el puerto danés de Helsingor cuando desembarcaban desde Suecia, aunque fueron puestos en libertad sólo unas horas después. La policía declaró tener la certeza de que no estaban implicados en el crimen, y la pista quedaría debilitada por la confirmación de que se había tratado de un único asesino.
En 2008, un reportaje de la revista alemana Focus desvelaba nuevas pistas. Según estas informaciones, un asesino a sueldo de la UDBA, los servicios secretos yugoslavos de la época, habría matado a Palme para cargar la culpa a organizaciones derechistas croatas, a fin de desacreditarlas. Así se desprendía de las declaraciones de Vinko Sindicic, condenado en 1988 en Escocia por el intento de asesinato de un líder nacionalista croata. Sindicic identificó al asesino como Ivo D.; en el momento de dicha declaración éste residía en Hamburgo. Asimismo, declaró que el arma homicida había sido transportada de contrabando a Estocolmo por vía marítima desde los Estados Unidos.
Según la información publicada por Focus, el servicio secreto alemán envió a la Comisión Palme, encargada de investigar el crimen, un detallado dossier con las declaraciones de Sindicic. Sin embargo, la policía sueca tardó ocho meses en solicitar información vía Interpol a la policía bávara sobre Ivo. En ese tiempo el sospechoso se trasladó a Zagreb, donde residía en 2011. Aunque la policía sueca informó en su momento de que conocía dicho testimonio y lo había descartado, el investigador al frente de la Comisión Palme, Stig Edqvist, confirmó que la pista sería de nuevo tenida en cuenta.
Estado actual
El asesinato de Olof Palme ha dado lugar a la formación en Suecia de tres comisiones gubernamentales. La última publicó un extenso informe el 29 de junio de 1999 en el que criticaba duramente la investigación del crimen, que habría subestimado o incluso ignorado numerosos indicios (refiriéndose expresamente a una posible conexión entre policías suecos y sudafricanos con ideología de extrema derecha).
Desde la comisión del asesinato hasta la actualidad ha habido un grupo de la policía sueca (el «grupo Palme») dedicado a la investigación del magnicidio. El policía a su cargo desde 1997, Stig Edqvist, señaló en 2011 que «el grupo no se disolvería hasta el día que no haya nada más que investigar, cuando hayamos agotado todas las alternativas. Pero no hemos llegado a ese punto todavía. No se han dejado de recibir informaciones o nuevas pistas y teorías sobre el crimen.»
Cifras
Se llegaron a acumular 17.500 pistas acerca del asesinato.
Hasta 2011, 130 personas se habían autoinculpado del crimen.
En los veinte primeros años de investigación, ésta costó alrededor de 350 millones de coronas suecas. Solo durante el primer año la investigación del asesinato costó más de 20 millones de coronas.
El número total de páginas acumuladas durante la investigación llegó a las 700.000.
El 4 de marzo de 1986 se ofreció una primera recompensa de 500.000 coronas suecas. Posteriormente, el 12 de noviembre de 1987 el gobierno incrementó esa cantidad hasta un máximo de 50 millones de coronas suecas para quien ofreciera pistas que condujesen a la resolución del caso.
VÍDEO: EL ASESINATO DE OLOF PALME 25 AÑOS DESPUÉS