Amparo Calleja López

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Amparo Calleja López

La envenenadora de Socuéllamos

  • Clasificación: Asesina
  • Características: Envenenadora - Parricida - El móvil fue quedarse con el dinero de la cuenta bancaria de la familia, a la que sólo la víctima tenía acceso
  • Número de víctimas: 1
  • Fecha del crimen: 28 de abril de 2000
  • Fecha de nacimiento: 1955
  • Perfil de la víctima: Su marido, Juan José Mena Zarco
  • Método del crimen: Envenenamiento (arsénico)
  • Lugar: Socuéllamos, Ciudad Real, España
  • Estado: Condenada a 19 años de cárcel por un delito de asesinato con el agravante de parentesco y un año y diez meses por un delito de falsedad en documento mercantil
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Libre, inconfesa y mártir

Francisco Pérez Abellán – LibertadDigital.com – Amparo Calleja

16 de mayo de 2016

Se paseó por todas las televisiones y hasta se sometió al polígrafo; negó siempre ser la envenenadora de Socuéllamos; y aunque la Audiencia de Toledo le condenó a 21 años de prisión, ha conseguido permanecer en libertad desde enero de 2007 hasta ahora mismo, que el Supremo ha confirmado la referida pena. y, pese a estar condenada por la Audiencia de Toledo a 21 años de prisión, permaneció libre desde enero de 2007 hasta el día mismo en que fue confirmada la pena por el Tribunal Supremo.

Amparo Calleja dio muerte a su marido, Juan José Mena, con una garrafa de cinco litros de arsénico. Pero ha estado negando las acusaciones, burlándose de la justicia y amenazando al pueblo, al que responsabilizada de sus males. La Calleja tiene cara y tiene mano.

Este crimen de género arrancó en diciembre de 1999, cuando Juan José decidió borrar a Amparo de la cartilla en la que tenía los ahorros y le ingresaban la pensión. Desde el momento mismo en que tal hizo, debió haber recelado de todo cuanto ingería.

Amparo, que ha exhibido cien veces su rostro de cemento en los medios, deslizaba su preparado en la comida de Juan José, que acabó con la voluntad averiada. Ingresaba en urgencias en un estado calamitoso, con el arsénico carcomiéndole las entrañas y amenazándole el estómago y el corazón. Al cabo mejoraba; para, de nuevo en manos de su gorgona, volver a empeorar. Amparo se dedicaba a componer un gesto impenetrable, como de iletrada madura sobrepasada por los acontecimientos y permanentemente discriminada, por mujer y por aldeana.

No obstante, se las apañó para firmar papeles por el envenenado, suplantarlo y conseguir que el banco volviera a dejarle disponer de la cartilla de aquél. Pero, aunque Juan José acabó muriendo, no pudo sacar provecho de sus tejemanejes, pues fue descubierta, cosa que no extrañó a los vecinos de Socuéllamos que la conocían bien.

Condenada a 19 años por asesinato

Fue condenada a 19 años por asesinato y a otros dos por falsedad en documento mercantil. Pero, con la impavidez del criminal, consiguió hacerse pasar por una víctima de sus enemigos y de la justicia. Acudió a programas de televisión donde gente que ignoraba su caso y no había leído sus papeles le preguntaba si sospechaba que había sido traicionada. Entonces, jugaba el juego de la inseguridad jurídica. La duda se instalaba en numerosos corazones, pero el fiscal siguió pidiendo su internamiento.

Se dice que es insólito que fuera atrapada, condenada y reclamada para que cumpliera la condena sin que se hiciera justicia, pero lo cierto es que a lo irregular se añadió la publicidad, la frecuente presencia de Amparo en los platós de televisión, donde, aunque no la dejaban bien, tampoco aplicaban con contundencia los datos. El delito de que se le acusaba era gravísimo, por lo que resulta insufrible que no le hicieran caso al fiscal. Con todo, mucho peor es que se exhibiera por las televisiones, confundiera al personal y dejara en entredicho a la justicia.

De acuerdo con la sentencia, se trata de una envenenadora clásica, de las que aprenden su oficio a base de prueba y error. El pobre Juan José, al que se le acabó el amor, fue víctima de su fría determinación. Ignorante de que su otrora amante esposa se había convertido en un ofidio dispensador de muerte, Juan José recalaba cada dos por tres en el servicio médico de Socuéllamos o en el hospital Mancha Centro de Alcázar de San Juan.

Pese a que los métodos de detección de intoxicaciones se han perfeccionado hasta el virtuosismo, nadie pudo poner freno al envenenamiento de Juan José. Falleció por intoxicación de arsénico el 28 de abril del año 2000. Su victimaria, que eligió un método de gran crueldad, se ha estado paseando por doquier como una dama ofendida hasta que, el martes pasado, se definió el Supremo.


Amparo Calleja, una mujer de Socuéllamos (Ciudad Real) niega haber envenenado a su marido y achaca su muerte a la diabetes

Europa Press

9 de enero de 2007

Una mujer de Socuéllamos (Ciudad Real), Amparo Calleja López, de 51 años, negó hoy haber matado a su marido, Juan José Mena Zarco, envenenándole con productos fitosanitarios que el utilizaba para sus labores agrarias y achacó su fallecimiento, el 28 de abril de 2000, a problemas derivados de la diabetes que padecía.

El juicio contra esta mujer, para la que el fiscal y la acusación particular piden 19 años de cárcel por asesinato y año y medio por falsificación de documento mercantil, se inició en la Sección Primera de la Audiencia Provincial, con la audición de varias grabaciones telefónicas ordenadas por el juez y la declaración de la propia inculpada.

Durante la misma, Amparo Calleja negó en todo momento que ella hubiera suministrado el producto –con una base de arsénico y muy tóxico– a su marido, de manera continuada y disuelto en la comida y los líquidos que ingería, hechos que supuestamente ocurrieron en las semanas finales de 1999 y los primeros meses de 2000.

La acusada, por otro lado, indicó que las numerosas veces que su marido fue ingresado en ese tiempo en el Hospital «La Mancha Centro», de Alcázar de San Juan, presentando cuadros de mareos y de vómitos, se debía a que se encontraba mal a consecuencia de la diabetes que padecía, enfermedad que, a su juicio, fue la que le llevó a la muerte.

Por otro lado, la mujer también negó que hubiera falsificado la firma de su marido, mientras éste estaba ingresado a punto de morir para poder acceder a una cuenta corriente, a la que sólo tenía acceso él, donde se guardaban todos los ingresos y ahorros de la familia, e insistió en que fue el hombre el que le autorizó a ello.

La apertura de esta cuenta corriente y la clausura de otra, a la que también tenían acceso la mujer y una de sus hijas, fue, según la versión del fiscal, el hecho que motivó que la mujer comenzara a envenenar a su marido, motivada por la gran contrariedad que le produjo la decisión.

Vio los bidones

La procesada, en todo caso, reconoció que había visto dos de los bidones con los productos fitosanitarios para el campo, pero rechazó que hubiera utilizado contra su marido parte del contenido de uno de ellos que fue localizado por la Guardia Civil abierto y con litro menos.

Durante la primera sesión del juicio, asimismo, se han escuchado varias grabaciones realizadas con permiso judicial, entre las que destacan las llamadas a un línea telefónica de videncia y tarot en las que pedía que se le adelantara lo que le podía pasar en el proceso que tenía en marcha, llamadas por las que llegó a pagar facturas de hasta 2.400 euros.

Por su parte, el abogado de la defensa, que pidió la libre absolución para la mujer, por considerar que no existen pruebas que confirmen los delitos que supuestamente cometió, impugnó varias pruebas de las acusaciones, entre las cuales están las grabaciones telefónicas, dado que entre ellas hay conversaciones entre abogado y defendida, dos registros llevados en la casa sin permiso judicial, aunque sí con la aquiescencia de la dueña y sus familia, y una prueba forense que no estaba contemplada en las primeras actuaciones.

El magistrado, sobre este tema, dijo que se pronunciará en la sentencia que se emita tras el juicio que, en principio, está previsto que dure hasta el próximo viernes.


Condenada a 21 años de prisión una mujer que envenenó a su marido con arsénico en Ciudad Real

J. V. Muñoz-Lacuna – La Voz de Galicia

1 de febrero de 2007

Amparo Calleja López, de 51 años y conocida como la envenenadora de Socuéllamos (Ciudad Real), ha sido condenada a 21 años de prisión por asesinar con arsénico a su marido, Juan José Mena Zarco, con la intención de quedarse con el dinero de la única cuenta bancaria de la familia, a la que sólo él tenía acceso.

La sentencia, dictada por la Audiencia Provincial de Ciudad Real, considera probado que Amparo envenenó poco a poco a su esposo suministrándole en las comidas el arsénico que él empleaba en las labores agrícolas para sanear los viñedos, desde finales de 1999 hasta que el hombre falleció el 28 de abril del 2000 en el hospital La Mancha del Centro de Alcázar de San Juan (Ciudad Real).

Durante el juicio, Amparo Calleja negó haber acabado con la vida de su marido y, por el contrario, afirmó que fue la diabetes que padecía lo que provocó su muerte. Amparo también negó haber falsificado la firma de su esposo para acceder a la cuenta corriente y aseguró que fue Juan José quien estampó su firma antes de morir en un documento para que ella pudiera beneficiarse de todos los fondos.

Según la resolución judicial, queda demostrado que la envenenadora de Socuéllamos, condenada por los delitos de asesinato con la agravante de parentesco y falsedad documental, decidió acabar con la vida de su marido cuando éste canceló una cuenta corriente en la que ambos figuraban como titulares y abrió una nueva cuenta sólo a su nombre, en la que domicilió la paga que recibía como pensionista, con lo cual ni su esposa ni los tres hijos de ambos podían tener acceso a dichos fondos.

Hasta en el hospital

Los forenses que realizaron la autopsia al cadáver explicaron durante el juicio que el cuerpo del fallecido presentaba una alta concentración de arsénico, lo que descartaba un posible suicidio y demostraba que alguien se lo había estado suministrando durante varios meses y también en el hospital hasta los últimos días de su vida. Esta sustancia es compatible con el contenido de dos garrafas que encontró la Guardia Civil en casa de la víctima.


La «envenenadora de Socuéllamos», condenada a 21 años por el asesinato de su marido

Laverdad.es

2 de febrero de 2007

Amparo Calleja López, de 51 años y conocida como la envenenadora de Socuéllamos (Ciudad Real), ha sido condenada a 21 años de prisión por asesinar con arsénico a su marido, Juan José Mena Zarco, con la intención de quedarse con el dinero de la única cuenta bancaria de la familia, a la que sólo él tenía acceso.

La sentencia, dictada por la Audiencia Provincial de Ciudad Real, considera probado que Amparo envenenó poco a poco a su esposo suministrándole en las comidas el arsénico que él empleaba en las labores agrícolas para sanear los viñedos, desde finales de 1999 hasta que el hombre falleció el 28 de abril de 2000, en el hospital La Mancha Centro de Alcázar de San Juan (Ciudad Real).

Durante el juicio, Amparo Calleja negó haber acabado con la vida de su marido y, por el contrario, afirmó que fue la diabetes que padecía lo que provocó su muerte. Amparo también negó haber falsificado la firma de su esposo para acceder a la cuenta corriente.


La mujer que envenenó a su marido tendrá que cumplir los 21 años de prisión

CadenaSer.com

13 de mayo de 2008

El Tribunal Supremo ha desestimado el recurso de casación interpuesto por la representación de Amparo Calleja López, condenada el 1 de febrero de 2007 a 21 años de prisión por la muerte de su marido, Juan José Mena Zarco, que falleció envenenado en Socuéllamos (Ciudad Real) en abril de 2000. Con ello, el Alto Tribunal confirma esta sentencia de la Audiencia Provincial de Ciudad Real, con lo que la mujer ingresará en prisión.

En los fundamentos de derecho de la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, el Tribunal Supremo alega, entre otras cuestiones, que las diligencias de investigación fueron realizadas sin merma de garantías, y que no se estima conculcada la presunción de inocencia si los argumentos no desconocen el canon de razonabilidad.

Un asesinato por dinero

También esgrime, sobre la grabación de comunicaciones telefónicas entre la acusada y su letrado, una resolución del Tribunal Constitucional en que no se habilita expresamente la afectación del derecho al secreto de las comunicaciones de los terceros con quienes aquellos se comunican. Con esta sentencia, Amparo Calleja deberá cumplir 19 años de cárcel por un delito de asesinato con el agravante de parentesco y un año y diez meses por un delito de falsedad en documento mercantil.

Durante el juicio, el fiscal y la acusación particular establecieron como razón del envenenamiento la contrariedad que le produjo a la mujer el hecho de que su marido cerrara una cuenta abierta en un banco a la que también tenía acceso ella y abriera una nueva con la que sólo él podía actuar.


El Tribunal Supremo confirma la pena a la envenenadora de Socuéllamos

Julio M. Lázaro – El País

14 de mayo de 2008

El Tribunal Supremo ha ratificado la sentencia de 21 años de cárcel a la envenenadora de Socuéllamos, Amparo Calleja López, que durante cuatro meses estuvo suministrando dosis de arsénico a su marido, Juan José Mena Zarco, hasta que éste falleció.

Lo insólito de este caso es que Calleja fue condenada por la Audiencia de Ciudad Real en enero de 2007 y desde entonces ha permanecido en libertad, pese a su elevada condena por asesinato, y ha estado participando en programas de televisión sometiéndose al polígrafo o máquina de la verdad.

Fuentes fiscales aseguraron a este periódico que el fiscal de Ciudad Real estuvo pidiendo el año pasado el ingreso en prisión de la envenenadora desde que recayó la sentencia, pero el tribunal hizo caso omiso de las demandas de la fiscalía.

Ayer, Dionisio Mena Zarco, hermano del asesinado, manifestó: Calleja «ha estado todo este tiempo en libertad y confiamos en que ahora vaya a la cárcel. Ya que ha cometido el delito, que lo pague». Fuentes penitenciarias informaron de que ayer a media tarde la envenenadora no figuraba registrada en ninguna cárcel.

La sentencia de Ciudad Real declaró probado que a partir de diciembre de 1999, Calleja empezó a suministrar a su marido productos nocivos de los utilizados en tareas agrícolas, disolviéndolos en su comida o bebida, a partir de que él cambiase la cuenta bancaria común en la que percibía su pensión por otra en la que sólo él figuraba como titular.

A partir de diciembre de 1999, Mena fue asistido en diversas ocasiones en el servicio de urgencias de Socuéllamos o en el hospital Mancha Centro, de Alcázar de San Juan. Pero cada vez que salía de urgencias, la mujer volvía a suministrarle veneno y tenía que reingresar. Así hasta que falleció.

La mujer imitó la firma de su marido

Según la sentencia, Calleja suministró a su marido arsénico de una garrafa de cinco litros que había en el patio de su vivienda y continuó haciéndolo incluso durante sus estancias hospitalarias y «en una dosis especialmente elevada» el 27 de febrero de 2000. El 15 de marzo volvió a ser ingresado en la UCI, donde permaneció hasta su muerte por intoxicación por arsénico el 28 de abril.

Antes de la muerte de su marido, Calleja imitó su firma en impresos bancarios, consiguiendo incluirse como titular en la cuenta de la que él la había excluido.

Condenada a 19 años por asesinato, y a un año y nueve meses de cárcel por falsedad en documento mercantil, el Tribunal Supremo ratificó ayer la sentencia de Amparo Calleja, a quien la propia Audiencia de Ciudad Real consideró «de especial peligrosidad», dada «la crueldad del método de matar elegido», que provocó a su marido «importantes padecimientos».

A la sentencia del Tribunal Supremo han formulado voto particular el propio ponente, Luciano Varela, y el magistrado Enrique Bacigalupo, por entender que el caso debió ser juzgado por el Tribunal del Jurado.

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