
- Clasificación: ¿Asesina?
- Características: Envenenadora - Parricida
- Número de víctimas: ¿1?
- Fecha del crimen: 1 de enero de 1886
- Fecha de nacimiento: 1856
- Perfil de la víctima: Thomas Edwin Bartlett, de 40 años (su marido)
- Método del crimen: Veneno (cloroformo)
- Lugar: Londres, Inglaterra, Gran Bretaña
- Estado: Fue absuelta el 17 de abril de 1886
Adelaide Bartlett: el misterio de Pimlico
Última actualización: 31 de diciembre de 2015
De 30 años. Anglofrancesa. Acusada de la muerte de su marido Edwin, de 40 años, hallado muerto en la cama de una pensión de Plimlico, después de haber ingerido, según reveló la autopsia, una dosis de cloroformo.
Parecían haber sido felices en sus once años de matrimonio, aunque, según declaró Adelaide, Edwin tenía unas ideas algo excéntricas sobre las relaciones conyugales. Creía que cada hombre necesitaba dos mujeres: una como compañera y otra para «uso personal». El papel de Adelaide Bartlett era el de compañera, pero, a pesar de sus ideas, su marido no mostraba ningún deseo (de acuerdo siempre con la declaración de esta) de buscar otra pareja.
El hallazgo de preservativos entre las ropas de Edwin hizo dudar a la policía de la verdad de estas afirmaciones, pero el testimonio del reverendo George Dyson, un joven sacerdote metodista que conocía a los Bartlett desde hacía un año y que había tenido con ellos frecuentes conversaciones sobre el matrimonio y otros temas parecidos, vino a confirmar la historia de Adelaide Bartlett.
En el curso de sus amigables pláticas, Edwin había manifestado al reverendo su intención de dejarle «en herencia» a su esposa después de su muerte, y durante los últimos meses de su vida había mostrado gran satisfacción viendo cómo el pastor y Adelaide, anticipándose a su deseo, se prodigaban tiernos besos. Dyson dirigía a su enamorada apasionados poemas:
«¿Quién ha conseguido abrir la puerta
tras la que se encerraba tu corazón
y te ha puesto en un tronco como una reina
y te ha ofrecido su homenaje, pajarito mío?»
El juicio de Adelaide Bartlett se celebró el 12 de abril de 1886 ante el Tribunal de Londres. Actuó como fiscal Sir Charles Russell y Mr. Edward Clarke se encargó de la defensa.
En el curso de las sesiones se demostró que tres días antes de la muerte de Edwin, Dyson había adquirido en varias farmacias de Putney y Wimbledon diferentes dosis de cloroformo, pero Adelaide declaró que se había visto obligada a utilizar este anestésico por las noches para adormecer a su marido que, inexplicablemente, se había trasformado en un entusiasta de los placeres conyugales.
Sin embargo, la narración de los hechos presentada por Mrs. Bartlett, explicando cómo aplicaba delicadamente un pañuelo humedecido en cloroformo a la nariz de su apasionado esposo, no estaba muy de acuerdo con el hallazgo del contenido de una botella entera de este anestésico en el estómago del cadáver.
Fuera asesinato, suicidio o accidente, el caso Bartlett es uno de los grandes misterios en la historia de las muertes violentas; nunca ha podido ser explicado cómo este líquido abrasador pudo llegar hasta el estómago de Edwin sin que resonara en la pensión de Plimlico un solo grito de dolor y sin dejar ninguna huella de quemaduras ni en la boca ni en la tráquea del cadáver.
Aunque el jurado abrigaba sospechas sobre la culpabilidad de Adelaide Bartlett, el presidente afirmó al leer su veredicto el 17 de abril, que, al no haberse podido demostrar cómo y por quién fue administrado el cloroformo, no podía declararse culpable a la acusada. «Hemos considerado todas las pruebas y, si bien pensamos que hay graves sospechas contra la prisionera, creemos que no hay suficientes pruebas que demuestren cómo y quién administró el cloroformo.»
Adelaide Bartlett fue absuelta.
Se atribuye al cirujano Sir James Paget, la siguiente observación hecha al terminar el juicio: «Ahora que ha sido absuelta debería decirnos, en interés de la ciencia, cómo lo hizo».
Sin embargo, después del juicio, Adelaide Bartlett desapareció, llevando con ella su secreto.