El calvario de un niño de cuatro años asesinado a golpes en Ciudad de México

Niño de cuatro años asesinado a golpes en México.
Los padres han confesado el crimen del menor, abandonado en mitad de la calle y sin que nadie reclamara su cuerpo durante más de dos meses.
La capucha de su abrigo verde de Nike estaba empapada en sangre. El líquido ahora reseco había circulado desde ese punto hasta unos zapatitos negros de vestir, manchando su polo azul y también sus pantalones blancos.
Estuvo dos días muerto antes de que alguien lo encontrara, envuelto entre cobijas azul cielo con el dibujo de un bebé muy rubio y unas estrellas.
Su cuerpo estaba sembrado de golpes, pero fueron dos los que acabaron con su vida: uno en la cabeza y otro en las costillas. Los padres del niño han sido detenidos y han confesado ser los autores del brutal crimen. Tenía cuatro años y nadie lo reclamó durante más de dos meses. Un calvario de más de 60 días sobre la fría mesa del forense.
El director del Instituto de Ciencias Forenses de Ciudad de México, Felipe Edmundo Takajashi, no daba crédito: «No concebimos que en una familia falte un niño y todavía nadie lo haya buscado», reconocía en una entrevista a este diario. El pequeño ingresó al centro cuatro días después de su muerte.
En un mes el teléfono no había sonado, nadie había dado una sola pista sobre su identidad. Y decidieron, en un hecho casi insólito para el organismo, difundir un retrato del pequeño para pedir a la ciudadanía su apoyo. La alternativa, si el cuerpo no se reclamaba en más de 12 meses, era enterrarlo en una fosa común.
Todo comenzó la noche del pasado 20 de septiembre. Un día después de que temblara la tierra y sepultara bajo los escombros de casi 40 edificios la vida de 228 personas en la capital.
Según el testimonio de los padres, recogido por las autoridades en la carpeta de investigación, el niño les había hecho enojar. El padre era conductor de un autobús de la capital, donde aprovechaba toda la familia para pasar la noche. Tenían tres hijos.