Actualidad

octubre 2017

  • Historia de una asesina compulsiva

    Remedios Sanchez, asesina de ancianas
    05/10/2017

    Remedios Sánchez, asesina de ancianas

    Remedios Sánchez fue condenada a 144 años de prisión por matar a tres desvalidas mujeres en 2006. Sembró tal terror en Barcelona que los Mossos d’Esquadra barajaron pedir a las ancianas que no salieran de casa. ¿Cuál fue la espoleta de un frenesí asesino que le hizo pasar de una vida normal a estrangular a mujeres indefensas? La pregunta sigue sin respuesta.

    Dolores preparaba unas albóndigas para su nieto cuando sonó el telefonillo. EraMari, que quería subir un momento a contarle algo. La mujer no tenía ganas de nada, así que le dijo que estaba ocupada con el guiso. Cuatro días antes, su mejor amiga, Josefa Cervantes, Pepita, había aparecido estrangulada con un tapete de ganchillo en el salón de su casa. Dolores no había salido a la calle desde entonces.

    Tenía miedo y una inmensa tristeza. Mari insistió, nerviosa. Serían solo cinco minutos. Después preguntó por Pepita. «La han matado, a la pobre», le respondió la temblorosa voz al otro lado del portero automático. «Ha sido horrible, horrible… ¿Quién ha podido hacerle algo así, a ella, que nunca molestó a nadie?», sollozó Dolores.

    Mari se mostró muy sorprendida y se marchó. Dijo que volvería más tarde, pero no lo hizo. Era ella quien había matado a Pepita. Las dos amigas la habían conocido tan solo una semana antes. Se paró a hablar con ellas en la calle, junto al café Sidney del paseo de Maragall, en el barrio del Guinardó (Barcelona).

    «Era una mujer de unos 50 años. Nos dijo que no se sentía bien y que no encontraba las llaves de su casa, así que la invité a la mía a tomar una manzanilla», recuerda Dolores, aún estremecida con los acontecimientos de aquel verano de 2006. «Como tenía comida de sobra, se quedó a almorzar. Era muy amable, me contó que tenía dos hijos». A los postres llegó Pepita. Se cayeron tan bien que Mari le pidió su dirección para ir a visitarla alguna vez.

  • El marido de la mujer hallada muerta en Miranda de Ebro confiesa el asesinato

    Muerta en Miranda de Ebro
    04/10/2017

    Muerta en Miranda de Ebro

    El marido de la vitoriana hallada muerta en un coche en Miranda de Ebro (Burgos) ha confesado que fue él quien la asesinó, aseguran fuentes de la investigación. El agresor fue arrestado la tarde de ayer a las puertas de la planta de Mercedes y ha pasado la noche en los calabozos de la comisaría de la localidad castellanoleonesa. El caso no ha sido cerrado, pues la Policía aún busca determinar las razones que llevaron al individuo a acabar con la vida de su esposa, de 44 años, con la que había iniciado los trámites del divorcio.

    El cadáver de Ana Belén Jiménez fue encontrado en el interior de un Renault Scenic, en la calle Río Ebro del citado municipio. Una viandante se percató de que en el interior del vehículo se encontraba el cuerpo inerte de la víctima, que, según las primeras investigaciones, tuvo un final violento. Agustín H.B., con el que tuvo dos hijos –uno de ellos menor de edad–, nunca fue denunciado por malos tratos.

    Tras el levantamiento del cuerpo, que se encuentra en el Instituto de Medina Legal de Burgos, los agentes se llevaron el vehículo en el que se encontraba y otro turismo próximo que presentaba manchas de sangre en el exterior.

    Se trata del segundo asesinato machista que golpea al País Vasco en apenas dos semanas, después de que el pasado jueves en el municipio vizcaíno de Sestao.

    Las Juntas Generales de Álava y los ayuntamientos de Vitoria y Rivabellosa han convocado hoy sendas concentraciones para denunciar el «asesinato machista» de una mujer perpetrado ayer en Miranda de Ebro (Burgos).

    Asimismo, los procuradores junteros de Álava se han concentrado frente a la Diputación una vez que concluido el pleno de hoy, mientras que las protestas ante los consistorios de Vitoria y Rivabellosa han tenido lugar a las doce del mediodía.

  • Pero entonces, ¿quién disparó a la viuda de Vicente Sala en el lavadero?

    El crimen de los Sala coche
    03/10/2017

    El crimen de los Sala

    El nuevo elemento que se ha incorporado a la laberíntica investigación del crimen de la viuda del expresidente de la CAM Vicente Sala amenaza con echar abajo la teoría de la Policía de que fue su yerno, Miguel López, la persona que le disparó en la cabeza el pasado 9 de diciembre en el negocio de coches familiar.

    El examen de ADN de los casquilllos que aparecieron junto al cadáver de María del Carmen Martínez ha revelado que los restos biológicos no son los de López, sino de otra persona aún por determinar, con lo que las circunstancias que rodearon el asesinato de María del Carmen se enredan cada vez más y ahora, casi un año después de su asesinato, están lejos de esclarecerse.

    Los investigadores siempre han mantenido que fue Miguel López quien apretó el gatillo en el lavadero del concesionario de coches que regentaba. Sin embargo, ahora los resultados del ADN pueden dar un vuelco a todo porque dejan fuera a López como autor material.

    El informe del Laboratorio Territorial de Biología-ADN de la Brigada Provincial de Policía Científica de la Jefatura Superior de Policía de la Comunidad Valenciana, al que ha tenido acceso EL MUNDO, detalla que el ADN hallado en las vainas no se corresponde con el de Miguel con lo que se abre la puerta a la participación de una tercera persona en el asesinato de la viuda de Vicente Sala.

    Hasta la fecha, las pruebas de ADN practicadas están jugando a favor para el hasta ahora único acusado de la muerte de María del Carmen Martínez. Los restos biológicos masculinos hallados en la mano izquierda de la fallecida tampoco se corresponden con su yerno.

    Ambos perfiles genéticos -el hallado en la mano de María del Carmen y ahora el de las vainas- no tienen coincidencia entre ellos, tal como se detalla en el informe. Lo único que tienen en común es que pertenecen a un hombre, aunque por el momento se desconoce quien puede ser al estar centrada la investigación sobre Miguel López.

  • 40 pruebas y 27 testigos para juzgar a Sergio Morate por el doble crimen de Cuenca

    Sergio Morate
    03/10/2017

    Sergio Morate

    El juicio por el ‘caso Morate’, por el que la Fiscalía pide un total de 48 años de prisión al considerarle culpable del asesinato de su ex pareja y de una amiga de ésta en verano de 2015, arrancará en la Audiencia Provincial de Cuenca el 23 de octubre, con jurado popular, en una sesión en la que se ha solicitado el análisis de más de 40 pruebas.

    En el escrito de acusaciones definitivo, la Fiscalía solicita como pruebas a estudiar, a parte de las distintas actas de levantamiento de cadáveres o inspecciones oculares de los vehículos utilizados tanto por el presunto asesino como por las víctimas, grabaciones de conversaciones mantenidas por Marina Okarinska–ex pareja de Morate– o las propias grabaciones del acusado una vez detenido.

    Se solicita igualmente para dirimir la responsabilidad de Sergio Morate el testimonio de 27 testigos, al margen de la comparecencia de hasta 20 agentes de Policía Nacional que intervinieron a lo largo del proceso de detención.

    La detención de Morate por este doble crimen se remonta a agosto de 2015 –fue detenido en Rumanía– y desde esta fecha se encuentra en prisión preventiva.

    Según el auto, los hechos que se enjuiciarán se reducen a si el acusado –condenado por delitos de detención ilegal y amenazas en el ámbito de la violencia de género–mantuvo durante cuatro años, y hasta el mes de marzo de 2015 una relación de pareja con Marina Okarinska, la cual decidió poner fin a la misma. Así como que, tras poner fin a la relación, el acusado, que no asumió dicha decisión, comenzó a gestar, a partir de ese momento, la idea de poner fin a la vida de Marina.

    Posteriormente, fue adquiriendo todos los medios necesarios, incluso cal viva, para ejecutar el plan de poner fin a la vida de Okarinska y deshacerse posteriormente de su cadáver.

    De igual modo, el juez tendrá que enjuiciar si Morate acabó también con la vida de Laura del Hoyo, y si posteriormente trasladó los cadáveres de Marina y Laura hasta el paraje denominado ‘El Bodegón’, en el término municipal de Palomera (Cuenca) marchándose posteriormente a Rumanía, donde fue detenido el pasado 13 de agosto de 2015.

     

  • La misteriosa desaparición de la joven que quería irse con los ángeles

    Aurora Mancebo
    02/10/2017

    Una mujer de 24 años desapareció en Tarragona en febrero de 2004. Sus ropas se encontraron, con sangre, junto a una Biblia. Su cuerpo aún no ha sido hallado.

    «Adiós, me voy. Vuelvo en un rato». Aurora Mancebo salió de su casa la noche del 27 de febrero de 2004. Tenía 24 años. Nunca regresó. No se llevó bolso, ni dinero, ni móvil, ni tarjeta de crédito, ni carné de identidad. Nada. Sólo una Biblia escondida en un foulard.

    Un vecino que paseaba al perro encontró su ropa doce días más tarde, en un bosque solitario. Había manchas de sangre en el cuello y una manga del abrigo, y el interior de los botines. La Biblia estaba junto a las prendas. Es el último rastro que queda de Aurora.

    Llevaba una vida muy tranquila. Residía con sus padres en una urbanización de chalets en las afueras de Tarragona. Salía poco. Se estaba recuperando del estrés postraumático que acarreaba desde hacía años.

    A los 16 tuvo un novio, el chulo del instituto, que la maltrataba. Cuando la relación terminó, la nueva novia del chico se encontró con Aurora en la calle y le dio una paliza. Él se quedó mirando y jaleando a su amiga.

    Fueron condenados, pero no ingresaron en prisión. Tampoco pagaron la indemnización que les impuso el juez. Este episodio cambió para siempre la vida de Aurora. Necesitó tratamiento psiquiátrico -por el que engordó casi 50 kilos- y psicológico. Se encerró en sí misma, dejó los estudios. Tenía miedo.

    Todo empezó a mejorar un par de años antes de su desaparición. Había adelgazado, comenzaba a salir de nuevo, dejó de fumar, buscaba un trabajo. A mediados de febrero le dijo a su psicóloga que su vida «había cambiado mucho». Estaba muy ilusionada.

    Aurora solía escribir textos en su ordenador. En el último hablaba de unos «ángeles» que había conocido y que la estaban ayudando. «No soy yo, son esos ángeles», decía. «No quiero vivir pero lo haré. A vivir que son dos días». Por los diarios, parece que Aurora pensaba que sus años de martirio habían terminado y que, en el fondo, lo que había padecido la había hecho más fuerte y mejor. «Y de un cardo saldrá una flor», escribió la última vez.

  • El FBI descarta que la masacre de Las Vegas sea un acto terrorista

    La masacre de Las Vegas
    02/10/2017

    El francotirador se suicidó en su habitación minutos antes de que la policía entrara para neutralizarlo. Hay 58 muertos y 515 heridos y el Estado Islámico ha asumido la autoría.

    Al menos 58 muertos y 515 heridos en un tiroteo en un casino de Las Vegas, el Mandalay Bay, donde un tirador ha abierto fuego con un arma automática contra los 40.000 asistentes al festival de country Route 91 Harvest.

    El sheriff Joseph Lombardo, del Departamento de Policía Metropolitana de Las Vegas, ha identificado al responsable: Stephen Paddock, un ciudadano de la zona que no estaría conectado con ningún grupo extremista. El tirador se suicidó en su habitación, minutos antes de que la policía entrara para neutralizarlo.

    Por su parte, el Estado Islámico ha asumido la autoría del ataque en el concierto a través de un comunicado difundido por la agencia Amaq, su canal habitual para emitir este tipo de informaciones. En el mismo se asegura que Paddock es uno de sus «soldados» y se convirtió al islam hace sólo unos meses.

    Las fuerzas de seguridad siguen buscando una mujer asiática, Marilou Danley, de 62 años de edad, que la policía cree que es compañera del sospechoso. Además, trata de localizar dos vehículos que habría utilizado. Paddock se registró en el Mandalay Bay Hotel como huésped y tenía su habitación en el piso 32. «Hemos localizado numerosas armas de fuego dentro de la habitación que ocupaba», ha asegurado el sheriff.

  • Los cadáveres de Sandra, su hija y su pareja llevaban 15 días enterrados bajo hormigón en Dos Hermanas

    Los cadáveres de Dos Hermanas
    02/10/2017

    Al menos quince días llevaban los cuerpos de Sandra Capitán, su hija Lucía y su pareja, un ciudadano turco llamado Mehmet, enterrados bajo una capa de hormigón a dos metros bajo tierra en una casa de Dos Hermanas.

    Los cuerpos han sido rescatados este lunes después de que durante todo el fin de semana efectivos de la Policía Nacional, con ayuda de la Unidad Militar de Emergencias (UME), entrasen en la vivienda, ubicada en el número 168 de la calle Azofairón, en un barrio conflictivo del municipio nazareno.

    Según ha podido saber EL MUNDO de fuentes próximas a la investigación, los cadáveres estaban bajo el suelo de la cocina, en un pozo a dos metros de profundidad y muy estrecho al que habrían arrojado los cuerpos para taparlos con hormigón. Encima, habían colocado losas similares a las del resto de la estancia, aunque los signos de que allí había algo raro eran evidentes.

    Los trabajos para desenterrar los cadáveres han sido muy complicados, dado lo estrecho del agujero en el que estaban. Por ese motivo, la Policía pidió ayuda a la UME, que trasladó hasta el lugar maquinaria especializada.

    Aun así, no ha sido hasta la mañana de este lunes cuando se ha podido proceder al levantamiento de los cuerpos y a su traslado al Instituto de Medicina Legal de Sevilla (IML), donde se les practicará la autopsia para determinar las causas de la muerte.

  • Stephen Paddock, el autor de la matanza de Las Vegas, se radicalizó hace unos meses

    Stephen Craig Paddock
    02/10/2017

    El sospechoso del tiroteo en Las Vegas fue identificado por la policía este lunes como Stephen Craig Paddock de 64 años y residente en Mesquite (Nevada). En una comparecencia ante los medios, el sheriff del Departamento de Policía de la ciudad, Joseph Lombardo, dio a conocer el nombre del presunto autor de los disparos desde la planta 32 del Mandalay Bay Hotel, que acabó con la vida de más de 58 personas y deja más de 515 heridos -de diferente gravedad-.

    A través del comunicado de reivindicación de la agencias de noticias Al Amaq, el autor de la masacre es uno de «sus soldados» que se había convertido al islam hace tan solo unos meses.

    Según Lombardo, en torno a 22.000 personas asistían al concierto al aire libre de Jason Aldean, broche final del ‘Route 91 Harvest Festival’, cuando pasadas las 10 de la noche se escuchó la primera ráfaga de disparos que parecía proceder de la habitación de un hotel.

    Agentes de la policía metropolitana y el FBI están llevando a cabo una investigación meticulosa de la habitación donde fue encontrado Paddock, que aún no se ha completado. También se ha procedido a examinar la residencia oficial del sospechoso en Mesquite.

    El sheriff apuntó que Paddock «se suicidó» antes de que entrase el equipo de los SWAT en la habitación del Mandalay Bay Hotel, en la que supuestamente se registró el pasado sábado. Allí encontraron «más de 10 rifles».

    Lombardo también informó que la mujer con la que había sido vista el sospechoso, Marilou Danley, había sido localizada fuera del país. «Ella no estaba con él cuando se registró», explicó el sheriff, que descartó inicialmente que Danley esté involucrada en el tiroteo.

  • Al menos 58 personas mueren tiroteadas durante un concierto en Las Vegas

    Tiroteo en Las Vegas
    02/10/2017

    Un tiroteo durante un concierto de country al aire libre en la principal avenida de Las Vegas dejó el domingo por la noche al menos 58 muertos, según ha informado en rueda de prensa el sheriff Joseph Lombardo. Al menos otras 515 personas han sido hospitalizadas.

    El autodenominado Estado Islámico ha reivindicado este lunes el tiroteo que ha dejado al menos 58 muertos en Las Vegas. A través de un escueto mensaje en su agencia de noticias Al Amaq, la organización yihadista ha indicado que el autor de la masacre es uno «sus soldados» que se había convertido al islam hace tan solo unos meses, informa Francisco Carrión.

    Sin embargo, dos oficiales estadounidenses y el FBI han señalado que no hay pruebas en este momento de que el tirador de Las Vegas esté conectado con ningún grupo internacional.

  • O. J. Simpson sale de la cárcel, tras cumplir nueve años de condena por secuestro y robo a mano armada

    O. J. Simpson
    02/10/2017

    Tras pasar nueve años en prisión, el famoso exjugador de fútbol americano O.J. Simpson, de 70 años, salió de prisión bajo fianza ayer. Simpson entró en la cárcel tras ser juzgado por secuestro y robo a mano armada en un incidente que tuvo lugar en 2008 cuando quiso recuperar por la fuerza una serie de trofeos deportivos y fotografías personales que el condenado consideraba suyos aunque estaban en poder de unos marchantes de coleccionismo deportivo.

    Según fuentes del Departamento de Prisiones del estado de Nevada, el exjugador firmó tranquilo los papeles que le devolvían la libertad  y un coche acudió a recogerle fuera del centro penitenciario sobre la medianoche local para evitar la posible congregación de medios en la puerta de la cárcel.

    Según los agentes de prisión, se desconoce quién recogió al exjugador y hacia donde se dirigía. Eso sí, al salir del centro penitenciario, los oficiales le dijeron a Simpson lo mismo que a todos los presos que quedan en libertad: “No vuelvas”. A lo que él contestó: «Lo intentaré».

    El exjugador abandonó las instalaciones penitenciarias con ropa cómoda: unos vaqueros azules, chaqueta vaquera y unas zapatillas de deporte blancas. Una vez liberado, Simpson está sujeto a la supervisión de la División Estatal de Libertad Condicional hasta septiembre de 2022, aunque estos cinco años de vigilancia podrían disminuir por buen comportamiento.

  • Los asesinatos del Lobo Feroz. Unos albañiles hallaron los cuerpos de dos prostitutas en el sótano de un mesón

    Los asesinatos del Lobo Feroz
    02/10/2017

    «Te doy cinco mil pesetas y te pago el taxi de vuelta». Fue lo único que necesitó aquel hombre para convencer a Araceli Fernández Regadera de que le acompañara hasta su bar. Araceli, una joven de veintipocos años, llevaba media vida prostituyéndose en la calle de la Cruz, a dos pasos de la Puerta del Sol madrileña.

    Aquella madrugada del 22 de diciembre de 1987, vísperas de Navidad, era fría y había pocos clientes. Ante el señuelo de las cinco mil pesetas, no dudó en echar a andar tras aquel hombre. Él era Santiago San José Pardo, de 31 años, bigotudo, ex legionario y con aspecto de ser un tipo hosco.

    Santiago y Araceli se encaminaron a la calle de Luciente, una rúa estrecha próxima al mercado de la Cebada. Entraron en un portal. Él introdujo una llave en una puerta y accedieron al interior de un local con una barra de bar y unas cuantas mesas y sillas.

    En el exterior, sobre la puerta de entrada de dos hojas, había un rótulo con letras góticas: Mesón del Lobo Feroz. Santiago había alquilado el inmueble -que originariamente había sido un club de alterne y descorche- a un subcomisario de policía amigo de su madre.

    Para caldear el encuentro, la pareja se echó al coleto un par de pelotazos de ron con limón. Después, Araceli fue hacia la zona del comedor y se quitó los pantalones, dispuesta a satisfacer el deseo sexual del cliente. ¿A qué andar con remilgos si ella sabía a lo que había ido a aquel lugar?

  • La historia íntima del mayor asesino en serie de Madrid, Francisco García Escalero

    El mendigo asesino
    01/10/2017

    Un mendigo obsesionado con la velocidad mató a al menos 11 personas antes de ser detenido.

    Francisco García Escalero, el mendigo psicópata de 39 años que confesó haber asesinado al menos a 11 personas, lleva su destino tatuado en la piel. Su antebrazo derecho muestra en tinta azul una tumba, en cuya lápida hay grabada una borrosa leyenda: «Naciste para sufrir».

    Es un recuerdo de la cárcel, de esos pabellones de castigo que le vieron hundirse desde el 28 de agosto de 1970, cuando a los 16 años ingreso en la prisión de Carabanchel por robar una motocicleta.

    Fue la época en la que ese joven taciturno, que siempre perdía en las peleas del barrio de casetas en Bilbao, inició un descenso que le llevaría a confesar 19 años más tarde que había profanado cementerios y violado cadáveres, que había degollado, emasculado y quemado a sus compinches de siestas y borracheras.

    Una tumba cuya primera piedra se colocó el 24 de mayo de 1954. Aquel lunes, su madre, Gregoria, le parió en el desaparecido hospital de El Cisne. Era el segundo y último hijo -el mayor le saca dos años- de un matrimonio de agricultores que abandonó los campos de Zamora en busca de un futuro mas cálido en la capital. Recalaron en la calle de Marcelino Roa Vázquez, número 36, del barrio de casetas bajas de Bilbao. Su sueño era poseer un piso. Tardarían dos décadas en conseguirlo.