Piden 46 años de cárcel para el acusado del doble crimen de Arbo, cuyo juicio será para la semana

Doble crimen de Arbo
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra acoge la próxima semana, entre el lunes 16 y el viernes 20, el juicio por el doble crimen de una pareja hallada muerta en un vehículo en Arbo a principios de julio de 2015, donde el único acusado, Arturo Domínguez Sebastiá, será juzgado por un jurado popular por dos delitos de asesinato por los que se enfrenta a una pena de 46 años de prisión.
En su escrito de calificación, el Ministerio Público acusa al hombre de asesinar a su expareja Beatriz Rodríguez Mariño, de 30 años, y a la nueva pareja de ella, Sergio Rodríguez Fernández, de 36 años, de los que sabía que estarían de madrugada juntos en un lugar oscuro y a los que, «con intención de causarles la muerte, disparó en la cabeza con una escopeta».
Tanto la Fiscalía como la acusación particular solicitaron en su momento la apertura de juicio por dos delitos de asesinato; mientras que la acusación popular, ejercida por la Xunta, pidió la apertura de juicio por un delito de asesinato. Las acusaciones entienden que concurre sobre ambos la agravante de aprovechamiento de lugar y tiempo, y, sobre ella, también la agravante de parentesco.
Asimismo, el abogado del Estado ha solicitado que el acusado indemnice al Estado en casi 12.000 euros, por ser la cantidad que abonó la Dirección General de Costes de Personal y Pensiones Públicas al padre del fallecido.
Tal y como consta en el escrito de conclusiones del Ministerio Fiscal, el acusado mantuvo una relación de nueve años con Beatriz Rodríguez Mariño, con la que tuvo una hija–que contaba con nueve años de edad en el momento del crimen–, y ella finalizó la relación unos meses antes de su fallecimiento.
Tras ello, el hombre «insistía en reanudar la relación sentimental y la convivencia, tratando de mantener el contacto y frecuentando el lugar de trabajo de la mujer», sobre la que tenía «un carácter posesivo y extremadamente controlador y violento». Así, llegó a vigilarla escondido entre árboles, siguiéndola en automóvil, con un aparato de videograbación o sirviéndose de amigos.