Actualidad

Día: 11 octubre, 2017

  • El tirador de Las Vegas intentó provocar una explosión disparando a un tanque de gasolina

    El tirador de Las Vegas
    11/10/2017

    Stephen Paddock, el responsable del tiroteo en Las Vegas en el que fueron asesinadas 58 personas, disparó balas incendiarias a un tanque de gasolina con el objetivo de ocasionar una explosión, aseguró hoy la cadena CNN citando dos fuentes al tanto de la investigación.

    La pasada semana se supo que Paddock, quien se suicidó tras la masacre del 1 de octubre, había disparado desde su habitación del hotel Mandalay Bay a un depósito de gasolina situado en el aeropuerto McCarran de Las Vegas, pero hoy CNN agregó que lo hizo con proyectiles incendiarios para provocar una explosión.

    Según estas últimas informaciones, los investigadores encontraron balas incendiarias dentro de la habitación de Paddock y también cerca de ese tanque de combustible en el aeropuerto.

    Previamente a estas revelaciones, las autoridades del aeropuerto aclararon la pasada semana que el combustible de aviones está especialmente diseñado para resistir una breve exposición de fuego, como la de una bala de rifle estándar, sin prenderse o explotar.

    Paddock, un jubilado de 64 años, figura como el único sospechoso del ataque, y las autoridades han recuperado 47 armas de fuego que eran de su propiedad, incluidas 23 que se encontraban en el hotel Mandalay Bay desde el que disparó a los asistentes de un festival de música country.

  • La «imprudencia» de matar a un hombre de un tiro en la cabeza en una pelea

    El crimen de Ricla
    11/10/2017

    Se citaron para dirimir sus diferencias, el encuentro acabó en pelea y, durante el forcejeo, uno disparó su pistola contra el otro. Fue un tiro mortal, a corta distancia y en la cabeza. Ocurrió en Ricla (Zaragoza), el 12 de enero de 2016. La Fiscalía no tuvo duda alguna en tipificar el crimen como asesinato y pedía para el acusado 19 años y medio de prisión, pero al final todo ha quedado en una condena por homicidio imprudente y castigado con cuatro años de cárcel.

    La sentencia acaba de hacerse pública en la Audiencia Provincial de Zaragoza por un caso que ha sido juzgado mediante el tribunal del jurado. El veredicto se conoció hace escasos días -homicidio imprudente- y, ahora, el magistrado ha dictado el fallo acorde a dicho veredicto, esos cuatro años de prisión. Es el máximo que podía imponer por un delito de homicidio imprudente.

    En la sentencia, el propio magistrado reprocha al condenado su «infame y absoluto desprecio a las mínimas normas de cuidado que debe tener cualquier persona que tenga relación con las armas de fuego».

    La sentencia es probable que sea recurrida tanto por la Fiscalía como por los familiares del fallecido, que ejercen la acusación particular, por discrepar con las consideraciones del jurado. Éste apreció que el acusado no quería matar a la víctima, que el fatal desenlace fue accidental, no intencionado ni premeditado. El propio acusado, Francisco José C. G., un vecino de Ricla sin antecedentes penales ni policiales, insistió en ello desde el primer momento.

    Nunca pretendió ocultar el crimen. Nada más producirse el mortal disparo, salió a la calle gritando «lo he matado, lo he matado», quedó detenido y -según se indica en el fallo- esa autoinculpación espontánea e inmediata se vio seguida de una cooperación con los investigadores del caso.

    Concluyó el jurado que el autor del disparo sentía un profundo miedo hacia la víctima, que había iniciado una relación sentimental con una mujer con la que el acusado había mantenido una intensa amistad hasta que se enteró que había empezado el noviazgo con el hombre que acabó asesinado. La pareja -el hombre que acabó asesinado y su novia- había sido detenida por tráfico de drogas poco antes de que se produjera el crimen.