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Día: 13 septiembre, 2017

  • La novia del descuartizador de Majadahonda afirma que vive en un mundo irreal

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    13/09/2017

    El descuartizador de Majadahonda

    La novia del presunto descuartizador de Majadahonda, Bruno Hernández, de 34 años, ha declarado hoy en el juicio que su pareja vive en un mundo irreal y que le ve incapaz de cometer un crimen.

    La mujer, que tiene una niña de dos años por su relación con Bruno, ha declarado tras un biombo para no ser reconocida por los presentes en la sala aunque sí era visible a los ojos del tribunal y de Bruno. Sin embargo, su pareja no le ha mirado durante su testimonio y se ha mantenido impasible.

    El verdadero nombre de Verónica es Bárbara pero así la llama Bruno por contener su nombre las letras e y erre, ya que el acusado del doble crimen de su tía y su inquilina pertenece a una supuesta hermandad secreta denominada ER.

    Verónica conoció a Bruno en el centro de salud donde acudía para tratarse de otra enfermedad mental. También ha dicho que el acusado «se negaba a medicarse» de la esquizofrenia paranoide que sufre «porque él estaba convencido de que estaba fenomenal», aunque en realidad estaba «entre dos mundos». La novia de Bruno le ha definido como una persona «muy humana» pero «destrozado» por su enfermedad, que negó a tratarse a pesar de la insistencia de la mujer porque ella entendía que «necesitaba la medicación».

    «Hablaba consigo mismo, veía cosas en la televisión que no existían y no paraba de hablar con su amo ER, parecía que no estaba en el mismo mundo en el que estaba yo», ha relatado al jurado la novia del acusado.

    En este sentido, Bruno negó los crímenes en la vista de ayer y manifestó que está obsesionado con las letras e y erre y que pertenece a una hermandad secreta llamada «ER», de la que forman parte entre otros Esperanza Aguirre, Silvio Berlusconi, David Cameron o Teresa May.

    La novia también ha explicado que se veía a menudo con el acusado, aunque en la semana de los hechos coincidieron «poco», y que por los mensajes que la mujer recibía de Bruno, ella «sabía que estaba pasando algo grave con su salud».